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Información General Lunes 3 de Mayo de 2021

La voz de Alejandra Pizarnik se multiplica en su 85º aniversario

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REDACCION

Por REDACCION

“No quiero ir más que hasta el fondo”. Estas fueron las últimas palabras que escribió Alejandra Pizarnik en el pizarrón de su departamento de Buenos Aires minutos antes de suicidarse el 25 de septiembre de 1972 a sus 36 años.

A 49 años de su muerte, la escritora continúa siendo recordada por sus cautivantes poemas y, a su vez, por algunas reconocidas obras, como lo fue “La Condesa Sangrienta”, que la ubicaron en el marco de la literatura internacional.

Flora Alejandra Pizarnik nació un 29 de abril de 1936 en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, en el seno de una familia de inmigrantes rusos que perdió su apellido, Pozharnik, al llegar a la Argentina. Luego de cursar estudios de filosofía y periodismo que no terminó, la poetisa se insertó en el mundo artístico de la mano del pintor surrealista Batlle Planas.

Entre 1960 y 1964, la escritora vivió en París, donde no solo realizó traducciones y críticas literarias para la revista Cuadernos, sino que también comenzó su formación en la Universidad de La Sorbona. A su vez, durante sus años en Francia, Pizarnik inició una amistad con el reconocido escritor Julio Cortázar y con el poeta Octavio Paz.

Lamentablemente, sus últimos años en Argentina estuvieron marcados por severas crisis depresivas que la llevaron a pasar algunos meses internada en un centro psiquiátrico bonaerense, hasta que un fin de semana de permiso para volver a su casa, Alejandra tomó la decisión de terminar con su vida. Es así como a sus 36 años, murió a causa de una sobredosis.

Este abril, la escritora hubiera cumplido 85 años. Es por ello que en reconocimiento a ella, el próximo julio se publicará en Argentina una biografía elaborada por Peña y Venti sobre la vida de Pizarnik, la cual contará con material inédito. Según explicaron, el trabajo estará compuesto por testimonios insólitos, entre ellos el de su hermana Miriam, y aportes críticos para comprender cómo fue cambiando a lo largo de estas últimas décadas la imagen de la poeta.

Asimismo, hace unos días, 85 voces de 15 países diferentes (España, Argentina, Chile, Cuba, Uruguay, Perú, México, Polonia, Bulgaria, Australia, Marruecos, Francia, Rumanía, Italia e Israel), se reunieron en un libro para celebrar el aniversario de la autora de una de las célebres frases: “Yo he firmado un pacto con la tragedia y un acuerdo con la desmesura”.

El libro publicado por Huso se llama “Alejandra Pizarnik y sus múltiples voces”, y cuenta con diferentes miradas sobre las obras de la poetisa argentina. A su vez, la editora y escritora Mayda Bustamante, fue la encargada de seleccionar los textos y redactar el prólogo del escrito, en el cual aseguró: “El suicidio le jugó una mala pasada. No contó nunca con que su muerte la convertiría en inmortal”.

No obstante, el libro cuenta también con la participación de la sobrina y la hermana de Pizarnik, quienes aportaron documentos gráficos e imágenes familiares nunca antes vistas.

Por su parte, con motivo del 85 aniversario de “el último objeto de lujo de la literatura argentina”, como la llamó alguna vez el escritor César Aira, el Centro Cultural Kirchner actualizó la lectura de su obra con una selección de sus poemas, acompañados por palabras de Mónica Sifrim y fotografías de Sara Facio.

Entre algunas de las obras que eligió el Centro Cultural Kirchner, se encuentra “La tierra más ajena”, uno de los tantos libros que publicó Pizarnik a lo largo de su trayectoria. En uno de los poemas que se pueden leer dentro del escrito que fue difundido en 1955, con tan solo 19 años, la poetisa ya dejaba en evidencia su postura frente a la vida.


Yo soy...

mis alas?

dos pétalos podridos

mi razón?

copitas de vino agrio

mi vida?

vacío bien pensado

mi cuerpo?

un tajo en la silla

mi vaivén?

un gong infantil

mi rostro?

un cero disimulado

mis ojos?

ah! trozos de infinito


A pesar de haber decidido abandonar este mundo, Alejandra continuará siendo inmortal tanto en sus palabras como en sus libros, siempre y cuando algún lector la encuentre dentro de sus obras. 

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