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Información General Domingo 2 de Agosto de 2020

La importancia del trabajo del mozo en el rubro gastronómico

Ser mozo requiere de vocación y disciplina, además de una formación adecuada, pero las satisfacciones valen la pena.

REDACCION

Por REDACCION

Por Hernán R. Ghilardi. Un camarero, mozo, mesero, mesonero (o waiter en inglés) es la persona que tiene como oficio atender a los clientes, comensales de un establecimiento gastronómico de hostelería, turismo, banquete o evento, proporcionándoles alimentos, bebidas y asistencia durante la estancia. Un camarero suele controlar varias mesas en establecimientos grandes o todas las mesas si es un lugar pequeño. Mozos/camareros son la conexión entre la cocina y el cliente, la cara de las empresas de gastronomía, ayudan a los comensales a resolver su indecisión cuando no saben que ordenar y los más experimentados hasta recuerdan el pedido típico de cada clientes frecuente, ya que los mozos son expertos memoriosos.

Pero, además, sirve. Sirve la mesa a sus clientes. Una profesión de este tipo incomoda en una sociedad individualista, nadie quiere servir y hay muy buenas razones para negarse a hacerlo.

La primera y principal es una pregunta:¿porque habría de servirte yo a ti?

Porque cualquiera puede servir la mesa. No se necesita ningún estudio o requisito previo para traer y llevar platos, más allá, tal vez, de tener una buena presencia -que es fundamental- y una buena sonrisa y, sobre todo, tener mucha personalidad, saber tratar a la gente, ser educado, ofrecerle muchas cosas, darle confianza para que te crea lo que vos le recomendás.

Al igual que la buena comida y el confort del lugar, el rol del mozo es fundamental al momento de brindar un servicio gastronómico de calidad. En muchas ocasiones, su labor permite cumplir con todas las expectativas de los clientes. Definitivamente, nadie regresa a un establecimiento si no fue bien atendido.

La tarea gastronómica es una compleja actividad donde todos deben estar sincronizados, saber qué hacer en el momento justo. Llegar a este nivel no es fácil. Es un trabajo duro y agotador por tener que trabajar de pie por muchas horas. No tenés un fin de semana ni feriados para estar en tu casa con tu familia. Los francos son días de semana, que es cuando todos los demás trabajan, inclusive los horarios son contrarios a los de todo el mundo, porque en el momento en que todos descansan, uno está trabajando.

Pero tiene su lado positivo: es una actividad muy linda, una profesión maravillosa. Hacemos lo que nos gusta, nos preocupamos, nos exigimos día a día para mejorar. Implica sacrificio y responsabilidad pero, para hacerla, fundamentalmente lo que se requiere es vocación de servicio.

Otra de sus partes buenas es el contacto con la gente. El aprender y dominar idiomas como inglés, portugués, etc, resulta útil para afirmarse en la profesión y establecer vínculos mucho más duraderos con los clientes, en muchos casos, turistas.

“Siempre decimos que somos como los psicólogos porque sabemos leer al cliente, detectar qué es lo que quiere y qué le interesa a su familia en una mesa. Para ser un buen camarero hay que saber leer las jugadas de las mesas, intuir mucho, convencer al comensal, recomendar vinos y hablar con el cocinero para conseguir lo mejor”.

“Se trata de ser amable con la gente y de darle la posibilidad de que te pregunten, te hagan una sugerencia, al cliente le gusta que le hables un poco, que le hagas chiste, y muchas veces te sirve como terapia: clientes que vienen solos todos los días, porque les gusta el ambiente; porque los clientes quieren que los siga atendiendo el de siempre, le gusta que le invites algo, un cafecito, un postre, una galletita más. Es una manera de ganarte la propina y que sigan viniendo al local. A veces lo mejor es ponerte del lado del cliente".

Parece fácil pero no es algo que puede hacer cualquiera… No cualquiera trabaja de mozo, hoy ya no son respetados como antes.

Feliz día a todas aquellas personas nucleadas en la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina que, la verdad, no estamos pasando por un buen momento… Un panorama de la complicada situación que atraviesa el sector, dentro del marco de la preocupación transversal a todos los actores sociales y económicos sobre el escenario de pandemia del COVID-19, para que cuando todo esto termine se pueda volver a la normalidad.

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