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Información General Lunes 14 de Marzo de 2022

Hoy cumpliría 100 años China Zorrilla

La artista surgió para el público argentino a los 49 años de edad, cuando Lautaro Murúa la convocó para dirigirla en el papel de madre del protagonista en la segunda versión cinematográfica de "Un guapo del 900", en 1971. Además de actriz era directora, adaptadora y hasta productora teatral cuando se la necesitó.

REDACCION

Por REDACCION

La actriz China Zorrilla, de cuyo nacimiento se cumple un siglo, surgió para el público argentino a los 49 años de edad, cuando Lautaro Murúa la convocó para dirigirla en el papel de madre del protagonista en la segunda versión cinematográfica de "Un guapo del 900", en 1971.
Descendiente de una familia de alcurnia, criada en París y "figura" en el estrecho firmamento estelar montevideano, donde no existe el cholulismo y el actor y su personaje desaparecen cuando cae el telón, en los '50 había sido una de las "protegidas" de Margarita Xirgu, amiga de Federico García Lorca, a las que a catalana prohibía presenciar las funciones de El Galpón o de cualquier elenco independiente.
Su apodo familiar, "China", se oficializó al afincarse en Buenos Aires, donde desde el principio se la consideró una artista propia.
Además de actriz era directora, adaptadora y productora teatral.
La infancia de China transcurrió en París, donde su padre -discípulo del escultor Antoine Bourdelle- eligió trabajar después de ganar el concurso para el Monumento al Gaucho, que fue instalado en 1927 en la zona céntrica de Montevideo.
Allí debutó recitando en francés "La anunciación de María", de Paul Claudel, con la dirección de Román Viñoly Barreto, otro oriental que con los años cruzó el Río de la Plata y se hizo notorio como cineasta y autor de películas como "Corrientes... calle de ensueños!" (1949), "La bestia debe morir" (1952) y "El vampiro negro" (1953).
Esa estadía europea no solo la fortaleció como artista sino que reforzó su personalidad curiosa, inquieta e innegablemente magnética: regresó a su ciudad natal en 1948, en coincidencia con Despouey, que dictó cátedra desde sus columnas sobre teatro en el semanario Marcha y otras publicaciones y con Estruch, que dirigió teatro y fungió como maestro, lo mismo que había hecho después de la guerra con 4000 chicos vascos refugiados en Londres.
Debutó con un papel protagónico en "Una familia", de Antonio "Taco" Larreta, un nombre fundamental en el teatro uruguayo del siglo XX y amigo íntimo suyo, con el que más adelante fundó el elenco profesional Teatro de la Ciudad de Montevideo (TCM), junto a otro prócer, Enrique Guarnero, proveniente de la Comedia Nacional.
Como directora llegó a comandar a la mismísima Xirgu, pero también recibió instrucciones del uruguayo Calderón de la Barca y los argentinos Armando Discépolo y Orestes Caviglia, varios años establecidos en Montevideo por disidencias con el gobierno peronista.
A mediados de los '60 detuvo su actividad escénica y se fue a vivir en Nueva York para trabajar como secretaria en una agencia teatral, dictar clases de francés y establecer un promocionado romance con el cómico Danny Kaye, del cual existen dudas. 
A su regreso y en paralelo a su actividad teatral, Zorrilla se transformó en una presencia habitual en programas vespertinos de la televisión uruguaya, donde desgranaba con su modo particular anécdotas vividas o quizás exageradas –era muy afecta al humor fino y a la exageración- y lograba ratings de audiencia inusitados para ese horario.
A principios de los '70, cuando llegó a la Argentina, produjo una exitosa versión teatral de "Arlequino, servidor de dos patrones", dirigida por su compatriota Villanueva Cosse, recorrió pequeños teatros con su adaptación de "La voz humana", de Jean Cocteau –"Hola, hola...1,2,3"-, y se integró de lleno al teatro, al cine y a la televisión, para transformarse en una verdadera diva.
En teatro cumplió innumerables roles, durante un tiempo formó un dúo con Carlos Perciavalle –su compatriota e imitador- con el que a principios de los '70 estrenó en Broadway "Canciones para mirar", de María Elena Walsh, y con el que durante años hizo giras con "El diario privado de Adán y Eva", de Mark Twain.
En TV tuvo gran popularidad a través de ciclos como "RRDT", "Gasoleros", "Enamorarte", "Durmiendo con mi jefe" y "Los Roldán"; y entre las 35 películas que filmó en la Argentina se recuerdan especialmente "Esperando la carroza" (1985) y "Elsa y Fred" (2005, Cóndor de Plata como actriz protagónica).  
   

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