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Información General Martes 3 de Octubre de 2023

Entre rejas y libros

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REDACCION

Por REDACCION

Por Susana Merke*

Un título atrapa al lector, esa es la primera regla cuando se tiene en las manos “El Bibliotecario de la cárcel”. Extraño e intrigante libro con una excelente tapa mostrando libros y rejas. ¿Misterio, ficción, realidad? Sólo transitar las páginas nos revelará el secreto bien guardado…
La última novela del escritor y periodista rafaelino Edgardo Peretti recorre desde hace unos días las calles de la ciudad narrando una historia, donde lo real y lo ficcional juegan con los recuerdos, que permanecen vivos desde aquella tarde de viernes de los años 90.
El primer capítulo reúne las condiciones imprescindibles para ser perfecto, y todo crítico literario reconoce el mérito del autor para obligar al lector a continuar la lectura sin detenerse.
En este caso particular y después de una larga trayectoria recuperando personajes olvidados, Peretti utiliza la técnica narrativa de distintos narradores contando sus versiones de los hechos, según sus miradas o puntos de vista. Todos creen tener la verdad absoluta al regresar al pasado, a aquel día que conmovió a la provincia y al país después de llevarse a cabo “el robo del siglo”.
Comentarios, habladurías y acusaciones fueron titulares de diarios, sin embargo, las respuestas continúan entre signos de preguntas ¿dónde está el dinero que jamás apareció después de largos 30 años? Un banco, un ladrón/bancario, un botín indefinido, inocentes culpados, despidos y eternas listas de nombres que la justicia olvidó para no comprometer a la institución de larga trayectoria. La verdad y responsabilidad de ciertos personajes no debía ver la luz y nunca la vio.
Con un lenguaje cotidiano acorde a las circunstancias, los protagonistas y los tiempos que corrían nos sentimos obligados a interpelarnos por lo sucedido en aquel momento. Cuando la noticia dejó de ser titular la verdad se convirtió en oficial y como buenos ciudadanos nos conformamos.
En el texto no faltan los momentos poéticos, que todo escritor siempre tiene a su alcance, para demostrar que la literatura es ficción más allá del tema que aborde. Los recursos literarios son la herramienta fundamental para dar vida a la palabra como máxima expresión, y el autor juega con ellas para introducirnos en un tiempo y espacio al que debemos retornar para reconstruir los hechos.
Novela recomendada que merece más de una lectura y seguramente volverá a instalar el tema en la sociedad, para rememorar aquellos días de agitación pública, la entrega del sospechoso, y el juicio expeditivo que pasó sin penas ni glorias. Ciertas historias no deben morir en el olvido y la tarea de hurgar archivos periodísticos y expedientes sepultados abren las puertas para deducir y atreverse a narrar otra versión real/ficticia, posible o imposible y “casi perfecta”, salvo por la ausencia de un plan B que el protagonista nunca previó. La duda permanece al cerrar el libro y las preguntas esperan respuestas.

*Profesora en Letras UNL 

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