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Información General Viernes 18 de Febrero de 2022

"En compañía", una película sobre ese amor puro por las mascotas

A través de numerosos testimonios, que incluyen a la propia directora y a su perra Carli, el filme que se estrena este jueves en el cine Gaumont revela la intimidad de un vínculo en el que no importan las palabras y sí el afecto.

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FOTO ARCHIVO Crédito: AMOR ANIMAL. "En compañía" fue aplaudido en el Bafici 2021.
REDACCION

Por REDACCION

La relación amorosa y muchas veces simbiótica entre los seres humanos y sus perros es el eje de "En compañía", el documental de Ada Frontini que este jueves se estrena en el Complejo Gaumont del barrio porteño de Congreso.
A través de numerosos testimonios, que incluyen a la propia directora y a su perra Carli, la segunda película de Frontini, luego de "Escuela de sordos", documenta el vínculo de diferentes personas con sus mascotas, en donde se revela la intimidad de estas conexiones cargadas de cariño y compañía mutua frente a historias de pérdidas afectivas y soledad.
Con una duración de 63 minutos, la cinta puede verse en la sala María Luisa Bemberg del Gaumont tras su paso por la Selección Oficial del Bafici 2021 y la Selección Oficial del Festival Internacional de Cine de Jeonju, Corea del Sur.
- Ada, ¿cuál fue el motivo de realizar una película sobre la relación de las personas con sus perros?
- Creo que inconscientemente este proyecto empezó a existir desde el momento que adopté a Carli, mi perra mestiza. Ahí empecé a leer y buscar información sobre los perros, gustos, costumbres, necesidades y también sobre la evolución del vínculo con los seres humanos. Después, a través de ella conocí mucha gente y muchos perros. Y me interesó la particularidad de sus relaciones, tan parecidas y diferentes a la vez.
- ¿Y qué es lo que interesó de ese vínculo?
- Me interesa la forma particular en que se manifiesta en cada vínculo, algunos tienen una relación más emocional, otros más racional y práctica, otros más de tipo parental. Pero en todos los casos, cuando animal y ser humano se miran a los ojos, pasa algo químico en el cuerpo de ambos que es de la naturaleza del sentimiento amoroso y es que se genera oxitocina, la famosa droga del amor. 
- La gente habla de la amistad, de la relación casi parental, la compañía y hasta la “conducta impropia” de los animales. ¿Cuál fue el recorte y la línea de trabajo a la hora de la elección y luego la edición de los materiales?
- Aunque no había algo fijo, todo apuntaba a la naturaleza y las formas del vínculo amoroso. Quise mostrar un pequeño abanico de imágenes que, aunque recortado, pudiera contar mundos formados por personas de diferentes edades, lugares, condiciones socioeconómicas y situaciones sentimentales personales.
 - ¿El universo propio que construye cada ser humano con sus mascotas es la excusa del relato para hablar sobre el amor?
- Sí, también es la excusa para intentar ayudar desde mi lugar de cineasta a que algunos perros y por qué no decirlo, también algunos humanos, tengan una mejor vida. Es decir, a concientizar sobre la adopción responsable de animales. Es mi pequeña colaboración con las proteccionistas, que son las personas que aman a todos los perros de la manera más desinteresada que existe y trabajan para ellos de manera incansable. Si después de ver la película alguien adopta un perro de la calle o de algún refugio, se habrá cumplido el objetivo. TÉLAM    

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