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Información General Lunes 8 de Junio de 2020

El mirador de sonidos

Segunda mención E.R.A (Escritores Rafaelinos Agrupados) Concurso Elda Massoni 2015

Orlando Pérez Manassero

Por Orlando Pérez Manassero



▬ Tiene la palabra el acusado Crisólogo Luna.

▬ Gracias señor Juez… ( por la voz parece buena persona; pienso que me va a creer). Permítame usted que le explique; ( debo convencerlo de mi inocencia, voy a contarle todo, y desde el principio ) yo soy Crisólogo, el cieguito del quiosco de la esquina, pero todos me conocen por Loguito ( Loguito y no loquito como algunos me dicen). Estoy allí desde la mañana temprano a la medianoche y es mi hijo quien se ocupa tanto en ayudarme a movilizar mi humanidad como en buscar los diarios y revistas que vendo. El muchacho también se ocupa en acercarme almuerzos y cenas ( y de sacarme algunos pesos de la caja; él cree que no me doy cuenta ). Conozco perfectamente el lugar de cada diario y de cada caja de cigarrillos en cada uno de los diez estantes de mi quiosco, y mis dedos pueden reconocer al tacto monedas y billetes (aunque últimamente me están desconcertando esos nuevos papeles con que los están emitiendo). Con esas destrezas, forzosamente adquiridas debido a mi ceguera, he logrado manejar con relativo éxito mi pequeño negocio. ( Espero no vaya a creer el señor juez que con lo que allí gano puedo vivir… solo es una ayuda ). Debo decirle que nunca un cliente intentó aprovecharse de mi discapacidad ( el Paco sí... él sabe sacarme cigarrillos - de los sueltos - pero como es un pobre diablo yo hago la vista gorda… bueno, es un decir). Por eso ¿qué puedo contarle de mis clientes señor Juez?... que conozco a cada uno de ellos por la voz, los identifico mucho antes de que lleguen al quiosco y no sabe el asombro de ellos cuando los saludo por sus nombres con el diario preferido en la mano. (Lo que no debo contarle es sobre ciertas cosas de las que me entero oyendo encubiertas charlas mantenidas en las cercanías). Puedo hacerlo señor Juez porque, gracias a Dios, soy un mirador de sonidos. Es que en estos últimos años mi sentido de la audición se ha vuelto mucho, pero mucho más sensible digamos que el suyo y, sin desmerecer sus oídos señor Juez, le aseguro que con los míos puedo “ver”.

▬ Crisólogo Luna… no divague y pase directamente a hablar de los hechos que se le imputan, ¡por favor!

▬ Está bien señor Juez… ( parece que se enojó… pero claro, como no me di cuenta, seguramente un juez debe oír tan bien como yo, o mejor… en fin…). Verá usted; esa noche hacía frío y me quedé mucho más tarde de lo habitual esperando que mi hijo trajese la sexta de “La voz del País” ( le diría que el granuja estaba en el bar de la vuelta jugando al billar… pero no vale la pena). Mientras aguardaba hice lo de siempre; “mirar” los sonidos de la noche. “Veía” pasar los roncos zumbidos de los automóviles transitando por la avenida General Pozo, la que está dos cuadras al sur, y también recuerdo haber “visto” esa noche los insistentes ladridos de un perro callejero, el silbato agudo del tren de las veintitrés y las campanadas de la lejana iglesia de la Trinidad… pero le juro señor Juez que en esos momentos no “vi” voces de gente en las cercanías. Es que el frío quita las ganas de salir, ¿sabe?... ( lo que no debe saber, por las dudas, es sobre los tragos de licor que tomé para calentarme por dentro). Más tarde, cuando me pareció “ver” que la noche callaba del todo - y estando medio adormilado - “vi” de pronto gritar a una mujer ¡no!... y un segundo después “miro” como disparan muy cerca del quiosco, a mi derecha. (No creo necesario decirle que casi me caigo de la silla del susto). Después los pasos… ( quizás sea mejor que se los detalle tal como los recuerdo). ¿Sabe señor Juez?... los “vi” venir hacia mí… un golpe de taco, el leve gemido del cuero nuevo y el clic metálico de la puntera, luego otro golpe de taco seguido por un sonido como de zapato arrastrado. Y los podía “ver” cada vez con mayor nitidez a medida que se acercaban. Después “observé” una respiración profunda con un leve silbido al final que me hizo “ver” que alguien estaba parado frente a mí. Es en ese momento cuando ponen en mi mano una pistola, tibia y algo húmeda y enseguida “veo” que los pasos se alejan sin prisa rumbo a la avenida ( no recuerdo si le dije era la General Pozo). Hubo un instante de silencio profundo y después comencé a “ver” voces de gente que venían en tropel, que me rodeaban, que me gritaban tantas cosas al mismo tiempo que no entendía nada. Por fin alguien, que se dijo policía, me quitó la pistola de la mano y del brazo me llevó a la comisaría ( y atrás mi hijo que me decía que hiciste papá). Yo no hice nada les dije al comisario, ¿cómo podría hacerlo?... pero no me creyeron… y ahora estoy aquí. Usted sí me cree, ¿no es cierto señor juez?

▬ Crisólogo Luna… ¿es usted realmente un no vidente total?... ¿me permite ver de cerca sus ojos?

▬ Hace treinta años que perdí la visión señor Juez (no le voy a explicar ahora sobre la infección maldita) y desde entonces comencé a aprender a “ver” los sonidos. Detrás de mis párpados cerrados encontrará dos ojos muertos… acérquese señor Juez…mírelos… (Bueno… ahora me va a dar la razón, se va a dar cuenta que yo no pude haber disparado y creo que… pero… ¡que es eso!...“veo” sus pasos… el golpe de taco, el leve gemido del cuero nuevo y el clic metálico de una puntera…, otro golpe de taco y el sonido como de zapato arrastrado… ¡por Dios!... esa respiración con silbido final… ¡estoy perdido!... nadie me creerá si ahora les digo que…)

▬ Crisólogo Luna… sí, evidentemente es usted ciego… pero como confiesa poder “ver” tan perfectamente los sonidos estoy seguro que muy bien puede acertarle con un disparo a alguien en plena oscuridad apenas haya articulado, digamos, un simple y corto ¡no!… Crisólogo Luna; lo acuso de haber asesinado a ciegas a mi mujer.


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