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Información General Martes 21 de Abril de 2020

"El 2020 es año perdido"

“El 2020 es un año perdido”: a un mes de la cuarentena, los empresarios de espectáculos analizan la crisis del sector. Carlos Rottemberg, Marcelo Fígoli, José Palazzo, Daniel Grinbank y Juan Manuel López Ghisoli coinciden en que la industria del entretenimiento será la última en reactivarse y hablan de pérdidas incalculables.

Agrandar imagen FOTO TELESHOW// EMPRESARIOS//Carlos Rottemberg, Marcelo Figoli, José Palazzo, Daniel Grinbank y Juan Manuel López Ghisoli.
FOTO TELESHOW// EMPRESARIOS//Carlos Rottemberg, Marcelo Figoli, José Palazzo, Daniel Grinbank y Juan Manuel López Ghisoli.
REDACCION

Por REDACCION

Por Nancy Duré


Ayer se cumplió un mes desde que comenzó la cuarentena, el aislamiento social obligatorio que decretó el presidente Alberto Fernández para toda la Argentina, alertado por lo que estaba ocurriendo en países como Italia, España y los Estados Unidos, entre otros. Y la mayoría coincide en que su decisión fue acertada. Pero este “parate” que hoy se está dando casi a nivel mundial afecta directamente a todos los sectores de la economía. Y, sin lugar a dudas, el rubro del espectáculo es uno de los más perjudicados.

“El 27 de marzo se celebró el Día Internacional del Teatro. Y, por primera vez en la historia, los teatros de todo el mundo estuvieron cerrados”, dice consternado Carlos Rottemberg, propietario del Multiteatro Comafi y el Multitabaris Comafi, entre otras salas. Pero no es el único empresario que, en diálogo con Teleshow, se mostró preocupado por la situación que está atravesando la industria del entretenimiento a raíz de la pandemia del COVID-19.

Marcelo Fígoli, dueño de Fénix Entertainment Group, asegura: “En esta actividad no hay zonas grises: hoy está totalmente prohibida y es lógico que así sea. Y la verdad es que no creo que los espectáculos masivos en vivo vuelvan hasta que se logre una cura o una vacuna para el flagelo del coronavirus. Así que el futuro de la industria es muy complicado. Primero, porque a mi entender todo el 2020 está perdido".

El responsable de Cosquín Rock, José Palazzo, por su parte explica: “Si hay algo de lo que tenemos certeza es de que nuestra industria va a ser la última en volver. En el mejor escenario, podríamos llegar a hacer algunos espectáculos en diciembre o noviembre. Pero existen tantos factores que sería prematuro dar una fecha, porque todavía no sabemos cuándo vamos a salir de la cuarentena obligatoria ni cómo va a seguir luego el distanciamiento social, así que menos sabemos cómo va a ser la vuelta a los ámbitos masivos”.

En la misma línea, Daniel Grinbank, dueño de DG Producciones, asegura: “Creo que este año, bajo todo punto de vista, está muerto. Puede que en al final del último trimestre haya algún espectáculo reprogramado del primero. Pero, claramente, esto no les va a generar ningún ingreso nuevo a los productores”.

En tanto, Juan Manuel López Ghisoli, socio de 6 Pasos, intenta no perder la esperanza y señala: “Hoy no se puede hablar de fechas de reprogramación porque sería jugar con la gente. Pero esta situación en algún momento se va a dar vuelta. Yo vivo de esto hace años y, en este momento, me tocó perder como a todos. Pero es una causa de fuerza mayor. Y tenemos que darnos cuenta de que tenemos que ayudarnos para revertir esta crisis”.

¿Qué pasa con toda la masa de gente que vive de estos espectáculos? Con respecto a los empleados fijos, todos coinciden en la necesidad de hacer un esfuerzo para mantenerlos . “Estoy poniendo ahorros de mi vida para soportar todos los costos y tratar de sobrellevar la situación”, asegura Grinbank. Y destaca que AADET (Asociación Argentina de Empresarios Teatrales), está tratando de buscar una solución para los empleados de las salas (maquinistas, técnicos, boleteros, acomodadores, etc), que hoy se encuentran cerradas y sin generar ningún ingreso.

“Estamos buscando la manera de ingeniarnos para seguir manteniendo esa fuente de trabajo, tratando de readaptarnos y ver de qué manera podemos generar cierto tipo de productividad, en esta prohibición lógica de espectáculos en vivo”, señala por su parte Fígoli.

Y Pallazo agrega: “Tener cerrada la empresa es muy conflictivo. Tenemos muchas personas que trabajan con nosotros y estamos evaluando todos los pasos a seguir. Pero hemos tomado la decisión de mantener a todo nuestro personal humano, que es un recurso importantísimo, y aguantar todo lo que podamos”.

No obstante, López Ghisoli asegura que “el mayor problema lo tiene la gente que sin ser empleados nuestros viven de lo que nosotros hacemos”. Y explica: “El tipo que hace sonido calcula que yo voy a hacer una cantidad de shows en el año y que los demás van a hacer otros tantos. Lo mismo el que transporta a los artistas, por ejemplo. Y, al tener que parar los productores, esa gente también está parada y no tiene de dónde agarrarse”.

En ese sentido, Fígoli calcula que hay “más de ochenta o noventa mil personas” afectadas por el trabajo tercerizado, que dependen de la industria del entretenimiento. “Entiendo que el de los contratistas es un problema muy grave y que, de alguna manera, se tendrá que pedir al gobierno cierta aguda para esos sectores tan vulnerables”, explica.

Y Rottemberg hace un punto para hablar del caso particular de los actores, que viven de contratos eventuales que hoy no se están renovando. “Hay mucha gente con nombres conocidos, a la que el público admira y que pueden sacarse selfies en la calle, firmar un autógrafo o dar notas periodísticas, pero que con nada de eso van a poder pagar las expensas a fin de mes o ir al supermercado a comprar la leche”, remarca.

Al no estar claro hasta cuándo se prolongará la situación actual, a los empresarios se les hace imposible evaluar las pérdidas económicas. “No se puede hacer un cálculo porque no se sabe cuándo va a reactivarse la industria. Pero va a ser, sin ninguna duda, el sector más profundamente golpeado”, dice Grinbank.

Pero, para tener una idea aproximada, Pallazo hace un estimativo: “Esta año nosotros vamos a perder un costo fijo de cuatro millones y medio por mes, aproximadamente, más todos los shows que no se van a realizar. Así que calculamos una pérdida de unos ochenta millones de pesos o noventa, quizás”.

Al hablar de cómo sería la vuelta de los espectáculos masivos, en tanto, Pallazo asegura que existen “tres restricciones”: “La primera es la que tiene que ver con la salud, que durará lo que dure el contagio. La segunda es el temor a las multitudes, que va a ser similar a lo que ocurrió después de la Gripe A de 2009 y de la tragedia de Cromañón, en 2004. Y la tercera está relacionada a la recuperación del poder adquisitivo de las personas para poder ir a los shows. Yo creo que todo ese proceso, en total, va a tardar entre 24 y 30 meses”.

En ese sentido, Grinbank hace una reflexión: “La reactivación va a ser paulatina. No hay un parámetro del cuándo, porque no se sabe tampoco cuál va a ser la evolución del virus. En algún momento se suponía que el pico de la pandemia iba a ser en abril, después se fue corriendo gracias al resultado de la cuarentena . Y obviamente, lo que hay que priorizar es la salud. Pero no podemos negar que eso afecta a la actividad".

Sin embargo, el dueño de DG cree que hay un parámetro para seguir. "Dentro de la concentración masiva, también está el transporte público, donde en las horas pico hay cinco personas por metro cuadrado. Y eso sin contar que en el subte, por ejemplo, hay mucha menos ventilación que en un espacio abierto. Así que las medidas que se tomen en relación a este tema nos van a servir como indicio para aplicarlas a los espectáculos cuando podemos volver con ellos”, asegura.

Claro que, en ese sentido, nadie puede aventurar plazos. “Esto va a llevar mucho tiempo. En primer lugar, la recuperación económica va a ser lenta. Y, en segundo lugar, el comportamiento sociológico de la gente a la hora de volver a juntarse masivamente también va a costar. Con lo cual, veo muy factible que recién en 2021 podamos volver a tener eventos”, remarca Fígoli.

Por su parte, López Ghisoli confía en que las figuras también colaboren. “Mi plan de marketing para cuando puedan volver los espectáculos masivos es conseguir un show gratis para los héroes de esta epidemia: médicos, enfermeros... Creo que hay que hacer acciones para generar confianza en la gente. Pero está claro que todo se va a achicar. Y que los artistas van a tener que entender que si antes cobraban cien, ahora van a tener que cobrar setenta, para que los valores de las entradas bajen y todo se puede acomodar”.

Finalmente, haciendo uso de la jerga teatral, Rottemberg asegura que este año fue “debut y despedida”. “Justo cuando iba a empezar la temporada se dio una bajada de telón inesperada por la que, por primera vez en el mundo, las salas están cerradas en forma universal. Casi me animo a decir que a lo mejor podemos abrir con la promoción de ‘vaya al teatro’ que hacemos frente al Obelisco en los meses de octubre, haciendo una especie de ensayo general de la temporada 2021. Pero la de la 2020 está perdida”, asegura. Y remarca la importancia de tener presente al circuito independiente y la actividad cultural no comercial, que también están en crisis.





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