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Información General Sábado 25 de Febrero de 2023

Cosquín Rock: momentos e historias de un festival que superó todos los cálculos

La Renga no tocó, pero dijo presente en el Cosquín Rock. Volvió a los escenarios un personaje entrañable del festival como Panchito Chévez. Una nena y una orquesta sinfónica acompañaron a Ciro y Los Persas. Algunas de las historias que dejó el Cosquín Rock y las más de 200.000 personas que colmaron el Aeródromo del Valle de Punilla.

REDACCION

Por REDACCION

Por Germán Sánchez

Y de repente, en la pintoresca Casita del Blues, aparece una joven y arranca su show. En un rincón llora papá y llora mamá. Ella es Wayra Iglesias y un ratito después de esa escena, fue su papá quien subió al escenario a tocar el bajo. Se trata nada menos que de Tete Iglesias, integrante de La Renga. Y también estuvo su tío, el Tanque Iglesias, con lo que más de la mitad de La Renga estuvo en el Cosquín Rock.
Mientras tanto, un poco más allá, el cantante de El plan de la mariposa invita al escenario a Panchito Chévez (músico rosarino que toca la armónica y que nació sin brazos ni piernas), que celebró su retorno al festival después de la pandemia. “Basta de pandemia”, gritó Panchito, antes de acompañar con su armónica la versión de “La vida cura”. “Quiero abrirme a culturas, quiero tener vitalidad/ Quiero expandir la voz y con amigos cantar/ Quiero que salga otra vuelta y que te la pueda invitar/ Pa' brindar por los del cielo y por los que están acá.”
Más tarde, una mujer abraza a su hijo adolescente y le dice “te amo hijo”, mientras en el escenario, Ciro y Los Persas hace una emocionante versión de “Canción de cuna” junto a la Orquesta Sinfónica de Villa María y a la joven cantante Josefina Guevara.
Se sabe que Juanse es un personaje, además de un gran músico y una vez más lo dejó de manifiesto en su presentación del sábado. Enfundado en una camiseta de la Selección con el 10 en la espalda y su nombre, subió al escenario y se divirtió. En definitiva, continúa con los festejos por sus 60 años. Corrió, saltó, se rio, bromeó con los invitados.
Apenas un puñado de las miles de historias y anécdotas que dejó esta nueva edición del Cosquín Rock. Juanse y Junior jugando al metegol detrás del escenario, mientras arriba del escenario Divididos hacía temblar las sierras cordobesas. Fran de Cruzando el Charco que sube a cantar “Ama a quien llora por ti” con Las Pastillas, canción que grabaron con Andrés Ciro Martínez. El Enano de La Vela terminó el recital queriendo cantar un tema solo con guitarra, pero el sonido jugó una mala pasada. Esto hizo que regalara una versión de "José sabía" a capela junto con los miles de fanáticos que cantaron juntos. Facu Soto, de Guasones, subió a acompañar a los No Te Va Gustar. Ismael Sokol llevó el espíritu de su padre, el querido Bocha, al escenario para acompañar a Las Pelotas.
Y así se fueron sucediendo historias, muchas de fraternidad musical, que cada uno de los miles que asistieron al festival se guardarán en el baúl de los recuerdos.

EL DESAFÍO DE ATREVERSE
En la organización sabían de antemano de qué se iba a tratar el fin de semana. Tenían la información de primera mano y el gran desafío fue atreverse a montar tremendo despliegue de estructura. Se animaron a algunos cambios, como el ingreso al predio, que fue prolijo, que parece más corto a ojos de mal calculador. Tal vez, el hecho de cerrar el portal que da a la ruta le dio menos fluidez, pero este año entrar y salir fue más ágil.
Atreverse a reubicar La Casita del Blues y darle un ámbito mucho más apropiado para el lugar preferido de José Palazzo. Más escenario, más espacio para el público, más comodidades para sentarse. Atreverse a poner un escenario entre los dos gigantes y metido sobre la montaña. Atreverse a darle otro carácter y otra estructura a los escenarios Paraguay y Boomerang. Atreverse a recibir a más de 200.000 personas en dos días tratando de no descuidar a músicos, al público, a los invitados, a la prensa. Siempre habrá cosas por mejorar, siempre estará el que se queje.
Y más allá de los escenarios, el festival popular generó la contratación de 5.600 empleos directos y un movimiento económico de 9.112 millones de pesos que comprende la inversión de la organización, las compras de productos y servicios de los asistentes y la economía derivada en materia de traslados, estadías y gastronomía, según un estudio de triple impacto. Además se recicló el 50 por ciento de los residuos. 
Cosquín Rock se ha transformado en un fenómeno musical de grandes dimensiones -además tuvo 150 mi views por la plataforma de Flow-. Tendrá críticas, tendrá errores. Claro que el respaldo del público es un espaldarazo único. Y eso se notó más que nunca en 22 ediciones.

(*) Periodista rafaelino que cubrió por séptima vez consecutiva el Cosquín Rock para diario LA OPINIÓN. 

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