Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Información General Sábado 7 de Mayo de 2022

Claudio María Domínguez: “es una charla para buscadores genuinos de algo profundo”

“En la India te dicen ‘bienvenido a la noche oscura del alma’ cuando uno se hace consciente de que la vida tiene que ser una vida de transcendencia y no una vida de menudencia, no una vida de chiquitaje, de mendigo emocional…”, dijo el referente espiritual a Diario LA OPINIÓN.

Agrandar imagen FOTO LA OPINIÓN
FOTO LA OPINIÓN Crédito: CLAUDIO MARÍA DOMINGUEZ. El referente espiritual brindó una charla en el Teatro Lasserre ante más de cien personas.
REDACCION

Por REDACCION

Por Silvia Ibarra
Bajo la consigna “Ser capaz de vivir en paz”, Claudio María Domínguez brindó una charla en el Teatro Lasserre ante más de cien personas que llegaron ávidas de una búsqueda espiritual genuina. El encuentro se dio gracias a la agencia Gestión Web y la consigna fue “Ser capaz de vivir en paz”.
Claudio es escritor, conductor de programas, y hoy se destaca como referente espiritual. Descontracturado y relajado con la tranquilidad que le da la costumbre de subirse al escenario y estar frente a una audiencia. En la presentación, que fue posible a través de la agencia Gestión Web, contó con humildad y humor sus experiencias personales que lo llevaron a despertar en una nueva consciencia. Además, invitó a la audiencia a reflexionar sobre vivir nuestro aquí y ahora en paz, libres de culpa, miedo e ira.
Asimismo, propuso al público a encontrarse con uno mismo, abandonando todas las creencias que nos implantaron desde pequeños. Creencias sobre quienes somos, quienes debemos ser, como debemos interpretar el mundo. Despojándonos de todo ello, podremos desconfigurarnos para ser realmente quienes somos.
Por otra parte, durante su visita a Rafaela, Diario LA OPINIÓN tuvo la oportunidad de dialogar con él. Compartimos a continuación la entrevista.
-Fuiste considerado un niño prodigio y con eso llegó la fama, ¿cómo fue transitar ese proceso?
-Sí, me hice conocido en la época de Odol Pregunta, contestando sobre mitología griega, la vida y obra de Homero, la Odisea. Fue en el año 1970, yo tenía 9 años, o sea la gente de más de 50 años va a recordar de que se trata todo esto, era un programa de cultura. Con el tiempo fui cambiando de esa cultura a la espiritualidad práctica, es decir gané dos premios televisivos, viajes por el mundo, eso fue importante e interesante. Pero, faltaba algo más profundo, faltaba “lo esencial e invisible a los ojos”. Eso se fue dando a medida que la adolescencia me llevó a buscar algo más que lo que decían los libros, a percibir que en el corazón había otro tipo de respuestas. Se llegó a este momento que siempre es el mejor momento de una vida, el aquí y ahora, el primer mejor momento del resto de una vida.
-¿Cuándo y cómo comenzaste con este camino espiritual?
-Cuando caí en lo que se llama “la noche oscura del alma” que es cuando aparentemente tenés todo y no te tenés a vos mismo. Y yo bendigo que “noche oscura del alma”, no significaba malas compañías. Nunca me drogué en la vida, no probé ni marihuana, no fumo, no bebo, no como chatarra, pero es esa necesidad de indagar algo más en tu interior que el mero cumplimento de funciones biológicas y la mirada social. En la India te dicen “bienvenido a la noche oscura del alma” cuando uno se hace consciente de que la vida tiene que ser una vida de transcendencia y no una vida de menudencia, no una vida de chiquitaje, de mendigo emocional, de frivolidad, de simplemente plantearse qué comemos, a dónde voy, con quién me encuentro, cuánto cuesta, hasta cuándo sigue el bicho, cuántos están muriendo en la guerra. No vivir de la noticia implantada sino generar uno su propia realidad.
Y eso hizo que yo quisiera entrevistar a grandes seres espirituales que pudieran modificar un poco mi percepción de la vida. Ahí empecé buscando desesperadamente ir a conocer a la Madre Teresa de Calcuta, a Sathya Sai Baba, a Dalai Ama, a Amma, al Papa de esa época que me pareció un Papa ecuménico y amoroso, Juan Pablo II. Y vi que todo es Dios, que todo es uno, que ninguna religión es prioritaria respecto a otra, que todos merecemos creer en algo básicamente y que, ese algo habita en nosotros mismos, somos esa chispa divina. La verdadera religiosidad es amar, respirar, sanar y ser una buena persona y no un hipócrita que repite de memoria enseñanzas espirituales y no las aplica ni practica en su propia vida.
-¿Cómo fue el proceso de transformación para pasar de aprendiz a referente espiritual?
-El proceso es la práctica constante. Viajaba a la India, aprendía a meditar, hacía cursos. Conocer aquellos seres sublimes te marca tu vida, pero solamente cuando lo empiezas a practicar, aplicar y a sentir, a pasar del intelecto al corazón se produce la verdadera transformación. A veces nos “enganchamos” con el contexto, personas que están enojadas, las noticias muchas veces no son alentadoras. ¿Cómo hacemos para que eso no nos invada emocionalmente? ¿Cómo volvemos al eje, a la paz? ¿Es posible vivir en paz? Justamente verlo como eso. No involucrarse emocionalmente, es parte del capítulo de hoy, es parte de la telenovela. Son los personajes que están dando vueltas por ahí y que me recuerdan si yo sigo perdido dentro del personaje, de la personalidad, del rol, o si puedo captar quién soy realmente, el Ser realmente. Entonces ahí puedo actuar con compasión, ayudar, inspirar, pero no creerme que el karma del otro es el que yo tengo que vivir. Bastante tengo con salir de mi propio karma, o sea, ayudo siempre, pero nadie puede hacerte infeliz sin tu consentimiento. Nadie puede hacerte infeliz sin tu permiso. Aprendo a regalar mi ausencia a quien no valora mi presencia, son frases que digo siempre, pero no tienen que quedar como una muletilla. Debe ser una práctica del día, no negocio con mi libertad. No dejo brillar y volar porque el otro no quiera, pero doy elementos, lo inspiro y me salgo de la expectativa de ver si lo toma o no.
-¿Cuáles son las claves para lograrlo?
-Al eje, a la paz, se vuelve aprendiendo a meditar. La respiración y la meditación son la clave. La respiración lenta, consciente, visualizando luz. Enviando el aire al cuerpo, como quien uniese el pensamiento con el aire que ingresa. El decreto del “Yo Soy”, la gran frase de la metafísica de todos los maestros. Eso va calmando la mente rápidamente y se empieza a vivir en paz. Claro que es posible vivir en paz. Cuando el mundo te perturba vos tenés que volver a vivir, recuperar tu paz. Este también es el ejercicio de los heroicos. El mendigo emocional vive turbulento por lo que le hacen, el héroe vive en paz porque genera la paz en su interior. No es que yo quiero paz, yo soy paz y esa es la realidad de mi historia.
-¿Qué busca la gente cuándo va a tus charlas? ¿Por qué crees que hay una necesidad de escuchar tu mensaje?
-Busca elementos para estar mejor, para creer en sí misma. Sabe que al no pertenecer yo a ninguna religión en particular sino respetuoso de todas, lo que pueden encontrar son ganas de volver al eje más rápidamente, de ser los dueños de su historia y no los actores de reparto de los demás. Y la necesidad tiene que ver con el despertar de la consciencia, si una persona quiere despertar necesita estar vinculada con elementos que la ayuden. Si una persona no planea o no se baña en aguas profundas del despertar individual va seguir picoteando en el mundo exterior. Entonces, lo mío es una charla para buscadores genuinos de algo profundo.
-Das talleres de meditación, ¿notas mayor interés de la gente por sí misma, en el último tiempo? ¿Cuáles son los beneficios que puede traer la meditación a la vida del practicante?
-Sí, los talleres de meditación son un pequeño gran boom porque si bien la mayoría, yo creo, ha quedado “zombificada” con todo el “pandemiaje”, con el cierre, la confinación, las mentiras, los abusos, el experimento del rebaño; una minoría busca meditar. Y lo busca, lo obtiene y capta que en esa meditación puede pasar de la medicación a la meditación y tomar el control de su energía; unir su campo mental, físico, espiritual. La meditación desde todos los tiempos milenarios para los grandes maestros es el amor puesto en acción por uno mismo. Y al meditar te haces una persona noble, empática, servicial, solidaria, pero que pone la importancia donde la importancia está, no rifa nunca más el alto vital. Es decir, me priorizo y eso no es ningún egoísmo, simplemente me priorizo.
-Un mensaje, una frase que quieras compartir con nuestros lectores.
-Nos merecemos ser felices, ya mismo nos lo merecemos. El único momento que tenemos es aquí y ahora, el pasado ya pasó, el futuro no llegó, eso es casi obvio, lo dicen hasta en las películas de Kung Fu Panda, pero no lo ponemos en práctica. El único momento en que podemos recuperar nuestra vida, nuestra vitalidad, nuestra energía, nuestras ganas de vivir, de vibrar, de volar es ahora. No podemos esperar a que nos autoricen a ser felices. Vinimos a eso, a vaciar nuestro ego, a fortalecer la esencia, a saber que somos seres divinos viviendo una experiencia humana. Somos seres, literalmente, de una energía electromagnética absolutamente maravillosa, merecemos ser felices. No confundir vivir con sobrevivir. No confundir vivir con cumplir funciones biológicas. 

Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso