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Información General Lunes 18 de Abril de 2022

Biografía de Julio Iglesias

El libro ‘Hey’, de Hans Laguna, documenta los años decisivos del artista español más universal, 1983-1985, cuando se propuso conquistar Estados Unidos.

REDACCION

Por REDACCION

Un día de agosto de 1986 dos hombres de negro se anunciaron en el Hotel Pikes de Ibiza, lugar de hospedaje de George Michael, Grace Jones o Freddie Mercury. Dijeron venir de parte de un cantante “muy famoso” que quería aislarse allí unas semanas. Necesitaba ocho habitaciones. El hotel tenía 20; el cantante las quería para el día siguiente: tras un concierto en Nueva York volaría en su avión privado a la isla. En Ibiza se desplazaba en una caravana de cinco coches blancos y alquiló, para esos días, un yate, un velero y una lancha.
Julio Iglesias nadaba por las mañanas, tomaba el sol en alta mar, recibía la visita de ¡Hola! y tenía cada día marisco gallego que le preparaban sus propios cocineros. Vivía rodeado de mujeres que iban y venían de su lado y entraban y salían de su suite bungaló por un acceso privado. 
Julio Iglesias sobrevolaba todo aquello sin mancharse. Todos los testimonios recogidos por el libro coinciden en que le producía rechazo la cocaína, aunque su propio entorno consideraba inhumano el esfuerzo que hacía cada día y lo bien que se presentaba siempre, a pesar de no dormir, a sus citas promocionales. Mucho sexo con muchas mujeres muchas veces al día, mucho -muchísimo- sol y ropajes blancos en piel bronceada para las fotos de la prensa rosa.
A ese trayecto a mediados de los 80, sus causas y consecuencias, dedica el músico y ensayista Hans Laguna Hey! Julio Iglesias y la conquista de América (Contra, 2022), un trabajo de 430 páginas en el que repasa con exhaustiva documentación y testimonios los años decisivos de la consagración de Julio Iglesias como artista universal.
Más allá de la caricatura del meme, más allá del personaje fagocitado por la prensa y que él se encargó de no desmentir, aparece la figura de un hombre cuyo éxito global se construyó, en esos años decisivos, sobre un trabajo desesperado por todo el mundo entre discos, conciertos y una campaña sin respiro de promoción para llegar a ser, por fin, el cantante de los 100 millones de discos. ¿Cómo seguir después de eso? 
“Los orígenes de esta obsesión”, dice Hans Laguna, recién llegado a Barcelona tras la gira mexicana de Nacho Vegas, con el que toca, “se situarían en su infancia”. Sus padres no eran felices juntos y aprendió a leer sus reacciones para complacerlos. “A esta capacidad para interpretar las demandas ajenas se le sumó en la adolescencia el deseo de sobresalir. Primero como portero y después, tras un accidente que casi le cuesta la vida y acabó con su carrera en el Real Madrid, como cantante”, explica el autor del libro.
Cuando se instaló en Miami, poco antes de comprarse su primer avión privado, “Julio paraba a muchas chicas o señoras en el aeropuerto y les preguntaba sonriente si sabían quién era él”. Las latinoamericanas, casi todas; las estadounidenses, casi ninguna. Pero para eso estaba en Miami: no para parar a la gente en el aeropuerto, sino para tener que huir de ella.
El estilo de Julio Iglesias, según concluye Hans Laguna, no solo se debe a que evita las situaciones que le pongan en aprietos, “sino sobre todo a que utiliza su técnica vocal para lograr que lo difícil parezca fácil”. “La clave de la imagen de un personaje no está en él, sino en lo que los demás perciben de él”, dejó dicho Fraile.
Hey! Julio Iglesias y la conquista de América documenta la más insólita trayectoria de un artista español hasta convertirse en leyenda universal. Se apoya en reflexiones y teorías de la mano de ensayistas o filósofos, además de músicos, managers y demás entorno del artista que dijo, y dice como en Soy un truhán, soy un señor, que lo mejor de la vida después de tantos años sigue siendo las mujeres y el vino. Julio Iglesias, enclaustrado entre luces tenues, huyendo públicamente de la vejez, dijo una vez una frase que resume una biografía: “La vida ha sido generosísima conmigo, y la luz me ha dado en los ojos como a los conejos en la carreteras”.    

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