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Información General Sábado 17 de Diciembre de 2022

Aspectos psicológicos de la enfermedad

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REDACCION

Por REDACCION

Por Ing. Hugo N. Bruno*

¡El síntoma corporal hace sincero al ser humano!
Podría ser esta afirmación la síntesis del libro “La enfermedad como camino”, de Rudiger Dahlke (Alemnia, 1951). La conciencia humana es polar. Esto por un lado nos da discernimiento, y por otro nos hace incompletos e imperfectos. El ser humano está enfermo. La enfermedad es expresión de su imperfección, y en la polaridad es inevitable.
Un deseo no vivido conscientemente procura su justificación de existencia y de vida a través del síntoma corporal. En el síntoma, el ser humano tiene que vivir y realizar aquello que en realidad no quería vivir. Así pues, los síntomas compensan todas las unilateralidades. En el síntoma, el ser humano tiene aquello que le falta en la conciencia. La enfermedad del ser humano se manifiesta por síntomas. Los síntomas son parte de la sombra de la conciencia que se precipitan en la materia.
El ser humano es un microcosmos que lleva latentes en su conciencia todos los principios del macrocosmos. Dado que el hombre, a causa de su facultad de decisión, solo se identifica con la mitad de los principios, la otra mitad pasa a la sombra y se sustrae de su conciencia.
La curación solo es posible cuando el ser humano asume la parte de la sombra que el síntoma encierra. Al encontrar lo que le faltaba, huelgan los síntomas.
La curación apunta a la consecución de la plenitud y la unidad. El hombre está curado cuando encuentra su verdadero ser y se unifica con lo que es. La enfermedad obliga al ser humano a no abandonar el camino de la unidad. Es por ello que la enfermedad es el camino de la perfección.
El autor incursiona en la relación insana existente entre la enfermedad y el poder, puesto que el afán de dominio es un problema básico del ser humano.
Como el poder es un concepto visto generalmente como negativo, los humanos se sienten obligados a disimularlo y/o ocultarlo. Son pocas las personas que tienen el valor de declarar y asumir abiertamente sus ansias de poder. La mayoría trata de imponerlo indirectamente utilizando la enfermedad y el desamparo, puesto que nuestro mundo es factible de coaccionar al respecto.
Por medio de la enfermedad casi siempre se puede lograr atención, compasión, dinero, tiempo libre, ayuda y, sobre todo poder sobre los demás. Este “beneficio” de la enfermedad que se consigue utilizando el síntoma como instrumento de dominio, frecuentemente impide la curación.

* Hugo N. Bruno es Ingeniero, habiendo sido Profesor Consulto de la UTN. En la actualidad se dedica a escribir sobre temas de divulgación.   

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