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Editorial Martes 25 de Junio de 2013

Una temporada más

Atlético dependió de terceros para lograr la continuidad en el principal torneo de la AFA. La merma de las últimas fechas fue preocupante.

REDACCION

Por REDACCION

Atlético de Rafaela, es decir la ciudad, continuará una temporada más en el círculo privilegiado del fútbol de la Argentina, lo cual significa estar participando de una de las grandes vidrieras del mundo en lo que hace a esta disciplina deportiva, dada la condición de potencia que alcanza nuestro país junto a otras grandes ligas, como Brasil, Uruguay, Italia, España, Alemania e Inglaterra, entre otras, más allá que en esta época el juego haya logrado un gran equilibrio entre casi todos los lugares en que se practica.

Otra vez, y al igual que había sucedido la anterior temporada, la Crema alcanzó la permanencia en la última fecha del torneo. Antes logrando la victoria en Mendoza frente a Godoy Cruz y sumando los puntos salvadores; esta vez, y aunque perdiendo frente a Vélez Sarsfield, por la gracia de resultados de terceros, en este caso preciso por la victoria de River ante San Martín de San Juan, quien finalmente completó el terceto de descendidos junto a Unión de Santa Fe e Independiente de Avellaneda, que estaban en esa condición desde antes. Sobre el filo, alcanzó a salvarse Argentinos Juniors, que le ganó de visitante nada menos que al campeón Newell´s Old Boys, siendo esta clase de resultados sorpresivos bastante frecuentes cuando llega esta instancia final en la definición de los descensos. Justamente por lo apuntado, es que debe valorarse como corresponde la victoria de la escuadra riverplatense, ya que de haber ocurrido lo contrario -lo cual por otra parte y considerando algunas flojísimas performances, como la reciente goleada frente a Lanús por ejemplo, no debería haber sorprendido demasiado-, el destino final de Atlético hubiese sido el descenso.

Se quedó entonces "por el filo de una uña", aunque en realidad y cuando todavía restaban varias fechas para la conclusión, llegar a esta situación tan dramática no estaba en los supuestos de nadie, ya que la posición era lo suficientemente cómoda para tener un final sin sobresaltos. Sin embargo, la caída fue vertiginosa al punto que de los últimos 21 puntos en juego apenas alcanzó a sumar 3 productos de igual cantidad de empates. Lo cual sin dudas, impone una revisión meticulosa de lo actuado, ya que bajo ninguna circunstancia, se barajaba esta posibilidad de llegar hasta el mismísimo instante final teniendo la amenaza del descenso, y finalmente dependiendo de un tercero para poder conseguir lo continuidad.

Fue sin dudas este torneo de la AFA que acaba de concluir, y sin pretender invadir jurisdicciones que corresponden a la sección Deportes, una muestra de absoluta mediocridad en el juego, en el desarrollo y enmarcado en una organización que siempre va en retroceso, con la incomprensible sucesión de muertos en durísimos enfrentamientos de barras brava, es decir, toda una mezcla en la cual el deporte parece alejarse cada vez más. Es que, la conducción más que nunca ahora, aunque viene desde hace tiempo, ha dejado de responder directamente a los intereses del fútbol y del deporte, para hacerlo con la política, llegando incluso a la incongruencia de estas últimas fechas en que se ubicaron partidos en igual horario para tratar de reducir la audiencia de un programa crítico del gobierno como Periodismo para Todos, del periodista Jorge Lanata. De tal modo, la seguridad por la que tanto se proclama, fue echada por la borda, jugándose encuentros que concluyeron cerca de la medianoche, en pleno invierno, conformando un escenario de altísimo riesgo al momento de la desconcentración de los estadios.

En lo deportivo, la mediocridad y el nivelar hacia abajo, quedó plasmado a través de los números y estadísticas del campeón rosarino Newell´s Old Boys, siendo con las 5 derrotas sufridas, el que mayor cantidad de ellas sufrió en todo el historial de estos certámenes cortos de la AFA. 

Más allá de estas disquisiciones al momento del repaso, quedan dos aspectos salientes en el momento final del análisis. Por un lado, y en primera mención, la alegría que significa que se haya mantenido la categoría, más allá de las circunstancias que permitieron el logro; y segundo, la preocupación que quedó tras lo ocurrido en estas últimas fechas, que transformaron una situación cómoda en una cargada de interrogantes hasta el desenlace final. Será sin dudas, lo que demandará una ardua tarea de la dirigencia para reformular la situación para el torneo que comenzará en agosto.

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