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Editorial Miércoles 25 de Marzo de 2020

Una crisis sanitaria y económica

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REDACCION

Por REDACCION

Mientras el coronavirus se expande como un imperio en todo el mundo sin que hasta ahora nadie pueda frenarlo, y los países concentran el 110 por ciento de sus energías en morigerar su impacto a través de medidas como el aislamiento social y mejorar las pautas de higiene personal, dos interrogantes dan vueltas sin todavía tener respuestas. El primero el cuál será el balance final de la pandemia en lo que hace al ámbito de la salud. El segundo es cuánto deterioro causará en la actividad económica, aunque no pocos ya admiten que habrá tierra arrasada. Las señales que se perciben no son positivas y el estado de ánimo golpeado por el auge de la enfermedad está por el piso. 

Hace casi dos semanas, el Fondo Monetario Internacional había advertido que la pandemia de coronavirus tendrá un "impacto sustancial" sobre la actividad económica mundial. Los ministros de Economía y gobernadores de los Bancos Centrales de los países del G20, que integran Argentina, Estados Unidos, Francia, Alemania, Brasil y el Reino Unido entre otros, se comprometieron este lunes a elaborar un plan de acción para coordinar la respuesta frente al coronavirus y las medidas para hacer frente a las consecuencias de la pandemia. 

En la misma línea, los dirigentes del G7 (Grupo de los Siete, los países más industrializados y ricos del mundo), reiteraron su compromiso de hacer "todo lo necesario" para restaurar "la confianza y el crecimiento económico", ante la magnitud de la crisis mundial por la pandemia de coronavirus. 

En Estados Unidos, la Reserva Federal recortó de manera drástica las tasas de interés hasta dejarlas entre el 0% y el 2,25% y anunció un programa de compra de bonos del Tesoro de carácter ilimitado; mientras que en el Congreso los legisladores ultiman un paquete de estímulo fiscal por valor de US$ 2 billones para mantener a flote a la economía. En la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo también sacó toda la artillería monetaria con un multimillonario programa de compra de deuda y se eliminaron las exigencias de control del déficit fiscal ante el impacto económico del virus.

Así, la UE estudia activar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), un fondo de rescate de la eurozona de 410.000 millones de euros, con el objetivo de paliar el impacto económico de la pandemia. La función del MEDE es actuar como prestamista de última instancia para los Estados miembros cuando estos ya no pueden acceder a la financiación de los mercados, una situación que vivieron Grecia, Irlanda, Portugal, Chipre y España (en este último caso para reactivar la banca). Por su parte, para el experto del "think tank" económico Bruegel Claeys, la respuesta al coronavirus debería pasar por crear un "seguro común" para que los Estados paguen juntos el costo de la crisis sanitaria y se evite así que las medidas adoptadas ahora disparen los ratios de deuda de cada país.

En este escenario, el desempleo en los Estados Unidos podría llegar al 30% en el segundo trimestre de 2020 debido a los efectos del Covid-19 que, a su vez, implicarían una caída sin precedentes del 50% del PBI en el mismo período, afirmó el presidente del Banco de la Reserva Federal (FED) de Saint Louis, James Bullard. En caso de cumplirse esta proyección, Estados Unidos alcanzaría un récord de desempleo para el país, superior a casi el 24% que llegó a tener en 1932 luego de la crisis del 30 y el triple del alcanzado en el período 2008-2009, con la crisis de las hipotecas subprime, según reporta la agencia Bloomberg.

Mientras las instituciones de la gobernanza mundial en el ámbito de la economía debate cómo reconstruir el sistema, comienzan a surgir propuestas como en el caso de la deuda soberana, una problemática que golpea de lleno a la Argentina que tiene en marcha un proceso de renegociación ante la imposibilidad de cumplir. En este marco, el presidente del Banco Mundial, David Malpass, pidió a suspender el cobro de deudas soberanas hasta que esa entidad y el FMI hayan hecho una valoración plena de sus necesidades de financiación ante el coronavirus. En tanto, un relevamiento del FMI advirtió que los fondos de inversión retiraron unos US$ 83.000 millones de los países

emergentes, en medio del agravamiento de la pandemia de coronavirus. 

Según Malpass, las naciones "necesitan moverse rápido para incrementar su gasto sanitario, fortalecer sus redes de

seguridad social, apoyar al sector privado y revertir la interrupción de los mercados financieros". Por su parte, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, alertó que el impacto del coronavirus generará una recesión "tan mala o peor" que la ocurrida por la crisis de las hipotecas subprime de 2008.

Por último, el FMI especificó que 80 países ya le solicitaron ayuda financiera, a la vez que advirtió que, aunque los países desarrollados están en una "mejor posición" para responder a la crisis, los mercados emergentes y países pobres afrontan "desafíos significativos".





 

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