Por REDACCION
A confesión de parte, relevo de pruebas sostiene un antiguo axioma jurídico. La catarata de variables económicas negativas que se dieron a conocer en los últimos días dan cuenta de que la economía argentina necesita del respirador mecánico. El INDEC reveló que la producción industrial cayó 8,8% en abril en forma interanual, acumula doce meses consecutivos de baja y sufrió una contracción del 10,6% en los primeros cuatro meses del año. Por su parte, la construcción registró en abril último una caída interanual del 7,5%, y alcanzó su octavo mes consecutivo de baja, con una contracción en los primeros cuatro meses del año del 10,3%, también según las mediciones del organismo nacional.
Por si esto no fuera suficiente, el patentamiento de vehículos cayó 56% interanual en mayo último, con 36.610 unidades, informó la Asociación de Concesionarios de Automotores. En la comparación con abril, la baja fue del 1,9%, mientras el acumulado enero-mayo de este año reflejó una baja del 51,1% (213.271 unidades contabilizadas) con relación a igual período de 2018, cuando se habían patentado 436.356 vehículos. El panorama es similar en lo que hace al patentamiento de motos, que en mayo experimentó un retroceso interanual de 55% según la misma asociación.
El presidente de la Unión Industrial Argentina, Miguel Acevedo, advirtió que el país atraviesa el peor de los momentos a nivel económico, como consecuencia de la recesión y las altas tasas. Según el dirigente, hay una caída generalizada en casi todos los sectores, en un contexto de altas tasas con recesión y caída de consumo. En la misma línea se pronunció el presidente de la Federación de Industriales de Santa Fe, el esperancino Víctor Sarmiento, quien admitió estar preocupado por lo que consideró el pésimo presente de la industria automotriz nacional y advirtió sobre el impacto que tiene en la zona sur de la provincia donde la planta de General Motors decidió paralizar durante un mes su producción de autos Chevrolet, lo que afecta a más de 1.500 trabajadores en forma directa y más de 1.100 de modo indirecto.
Más de 3 mil pymes cerraron o bien comenzaron a trabajar en la informalidad durante los últimos cinco años, situación que provocó la pérdida de 128 mil puestos de trabajo, alertó Industriales Pymes Argentinos (IPA). Ante este panorama, el presidente de la entidad, Daniel Rosato, reclamó al Gobierno un plan de contingencia para el sector, que permita contener la crisis que sufren y que se está profundizando. El dirigente industrial aseguró que los últimos 12 meses fueron particularmente crudos: cerca de 1.500 pymes quebraron o redujeron a cero su plantilla de trabajadores.
Desde la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios y la Asociación de Empresarios Nacionales advirtieron esta semana que unas Unas 50 pequeñas y medianas compañías están cerrando por día en la Argentina debido a la crisis económica.
Por otra parte, más de 900 inmobiliarias de Capital Federal y Provincia de Buenos Aires cerraron sus puertas durante el primer cuatrimestre del año, afectadas por el fuerte encarecimiento en los créditos, el persistente proceso recesivo y la inflación. Hasta hace poco las inmobiliarias cerraban operaciones a diario pero con la muerte de los Créditos UVA y una mezcla de recesión e inflación que imposibilita cerrar hasta un alquiler de vivienda, la supervivencia de las inmobiliarias se ha vuelto difícil, explica en su informe la Agrupación Defendamos Buenos Aires. Los últimos datos vinculados con el mercado inmobiliario dan muestra de la crítica situación del sector: en Ciudad de Buenos Aires, la venta de inmuebles se desplomó 53,9% en abril con relación a igual período del año pasado y alcanzó once meses en caída, según los registros del Colegio de Escribanos porteño.
Ante esta pésima coyuntura, el Gobierno y la Asociación de Fabricantes de Automotores lanzaron el programa "Junio 0km", que buscará promover en este mes la venta de automóviles cero kilómetro con descuentos que llegan a 90.000 pesos en el precio de las unidades de venta al público. Una medida que busca oxigenar la crítica situación de las automotrices que periódicamente frenan su producción y si bien la caída de ventas no se traduce en despidos, sí acuerdan con los gremios pagar el 70 por ciento de los salarios, lo que claramente afecta el poder adquisitivo de esas familias y el consumo en general. Y como efecto dominó impacta en la cadena de proveedores de la industria automotriz y en las concesionarias, que hoy sostienen el empleo con el colchón logrado en otros tiempos de bonanza y a la espera de una recuperación.
Tampoco ayudan los datos de la inflación, más allá de que con la relativa calma del dólar pareciera mostrar una tendencia a la baja. La semana entrante el INDEC informará el índice de precios al consumir de mayo, que se ubicará en alrededor de un 3%. Es un pequeño alivio considerando como había empezado el año, aunque si vemos lo que sucede en los países vecinos es difícil no deprimirse: en mayo la inflación de Brasil fue 0,13%, en Chile 0,6 y en Uruguay 0,4%.
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