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Editorial Miércoles 2 de Enero de 2013

Un vuelo bajo

La empresa aérea tiene desde 2008 en que fue reestatizada una pérdida acumulado de 3.324 millones de dólares. En 2012 perdió 2,7 millones por día.

Redacción

Por Redacción

Aerolíneas Argentinas, la empresa de bandera reestatizada luego de las fracasadas gestiones de sus privatizadores, que no hicieron otra cosa que endeudarla y vender algunos de los patrimonios de mayor valor, como los locales en algunas de las principales capitales del mundo, continúa batiendo récords en materia de pérdidas, habiéndose transformado en un verdadero barril sin fondo.

Decir que la pérdida de la empresa aérea fue de 2,7 millones de dólares por día durante todo 2012, marca con gran elocuencia el enorme esfuerzo que se debe hacer para sostenerla en actividad, contrastando su balance de manera contundente contra los pronósticos que habían formulado sus responsables al comienzo de este año, cuando se había anticipado que se alcanzaría un balance positivo.

Contrariamente, el rojo es cada vez más refulgente, ya que el año fue cerrado con casi 1.000 millones de dólares de déficit, con lo cual desde su reestatización en el mes de julio de 2008 la pérdida acumulada ha sido de 3.324 millones de dólares. Este déficit del año pasado recientemente concluído es el mayor de los últimos 21 años operativos de la empresa, llamando la atención que tal situación se registre aún cuando en el ejercicio se transportó un millón más de pasajeros.

Recordemos que cuando AA fue recuperada para el Estado se lo hizo bajo rimbombantes declaraciones de la recuperación de la línea de bandera, además con la promesa de volver a ponerla de pie y justamente, que en 2012 se tendría un balance positivo, declaraciones que fueron variando con el correr del tiempo y los acontecimientos, ya que ahora se comenzó a decir que "la búsqueda de una rentabilidad económica está en un segundo plano", por boca de su titular Mariano Recalde, contradiciendo de forma absoluta sus propios dichos anteriores.

Según detalles ofrecidos por la misma empresa, en aquellas rutas donde vuelo sin competencia se lograron importantes ganancias, pero en cambio son bastante fuertes las pérdidas donde existe competencia, especialmente las rutas internacionales, consignándose como claro ejemplo que mientras un pasaje desde Buenos Aires a San Martín de los Andes cuesta 2.400 pesos para cubrir 1.200 kilómetros, en el plano internacional para volar desde Buenos Aires a Río de Janeiro el pasaje se expende a 2.200 pesos, siendo el tramo de casi 2.000 kilómetros. 

Algo llamativo es que desde hace cuatro años, cuando fue reestatizada, la empresa no presenta balances, acumulando en ese lapso la referida pérdida de 3.324 millones de dólares. Una situación que fue descripta por el jefe de Gabinete del gobierno nacional como "administración brillante, eficiente, moderna e inteligente", encontrándose justificativo en las pérdidas por la crisis mundial del sector aéreo y el encarecimiento del combustible, el cual representa un alto porcentaje del costo operativo.

Se plantean de tal manera aspectos absolutamente contrapuestos, casi los dos extremos, razón por la cual sería sumamente importante e interesante a la vez, que se conociera la verdadera situación que atraviesa la empresa, ya que una pérdida de 2,7 millones de dólares por día, es una suma realmente impresionante, de manera especial en un escenario en el cual la pobreza y la indigencia aparecen en volúmenes que nada tienen que ver con el relato oficial.

Los cinco destinos que encabezan el ránking de las mayores pérdidas de AA son los vuelos a Madrid con 64 millones de dólares en rojo, Barcelona 59, Miami 51, Roma 49 y Sidney 37 millones de dólares. Mientras tanto, otros destinos más próximos como Posadas, Corrientes, Santa Fe, Resistencia y Mar del Plata, es decir los vuelos de cabotaje, arrojaron ganancias de 1 millón de dólares. Un dato que contradice el discurso oficial de que la aerolínea vuela a las provincias para que todo el país se mantenga conectado, aunque muchos destinos no son rentables, y que todas las líneas se disputan para cubrir destinos a Iguazú y Mar del Plata por la afluencia del turismo, en tanto que el Estado debe afrontar otros destinos deficitarios como Santiago del Estero o Corrientes, algo que las estadísticas y balances ponen en descubierto como todo lo contrario.

Esta es la realidad, línea aérea disponemos, pero a un costo enorme, debiendo desembolsillar lar arcas del Estado a razón de 2,7 millones de dólares por día. Un verdadero barril sin fondo.

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