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Editorial Jueves 12 de Febrero de 2015

Un problema sin solución

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REDACCION

Por REDACCION

Una inflación del 38 por ciento anual, tal el promedio de las mediciones efectuadas por las consultoras privadas que se difunden a través de legisladores de la oposición en el Congreso, es altísima. El aumento del 24 por ciento registrado por los precios durante el 2014 según el INDEC, también es muy elevado. Desde hace años la inflación se consolidó entre los problemas centrales de la economía nacional y del país en general, junto a la inseguridad y las dificultades para crear empleo genuino en el sector privado. Pero más allá de un tibio esfuerzo del Gobierno, a través del programa Precios Cuidados, no se observan en general medidas para contener un alza sostenido de bienes y servicios que corroen el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones. 

Con el mecanismo de discusiones paritarias en pleno desarrollo, principalmente en el ámbito de la administración pública (estatales, docentes, médicos, etc.), reaparecen las tensiones para definir el porcentaje de las recomposiciones salariales. Por caso, la provincia de Buenos Aires ofreció a los docentes un incremento del 25 por ciento en distintos tramos para todo el año, una cifra en consonancia con la inflación oficial del 2014. Los gremios rápidamente descartaron la propuesta y ya amenazan con no iniciar el ciclo lectivo en marzo próximo. 

De la misma manera, los municipales de la provincia de Santa Fe plantearon sus aspiraciones salariales teniendo en cuenta el índice de precios al consumidor promedio medido no por el INDEC sino por las consultoras privadas, la que se conoce como inflación Congreso. Concretamente, la Festram condicionó las negociaciones ante sus empleadores, intendentes y presidentes comunales, al dejar en claro que pretenden un aumento que se acerque al 35 por ciento sobre la creencia que el salario del sector se depreció el año pasado un 6 por ciento. Esta cifra surge de restar a la inflación del 35 por ciento del 2014 el aumento logrado para los municipales para el mismo período, que fue de 29 por ciento. 

Por tanto, la redistribución del ingreso otra vez está en la mesa de discusión y si no hay acuerdos la hipótesis de conflicto adquiere más fuerza, con protestas en el horizonte. De todas formas, los distintos gobiernos harán el máximo esfuerzo por evitar una mayor conflictividad en un año electoral en el que todos los gobernantes -de las provincias o de las ciudades- tienen algo en juego, léase candidaturas. 

Los argumentos que tiene la Festram para sentarse a discutir mejoras en los sueldos se sostienen en estudios de distintas consultoras, como el de Managment & Fit, que en un reporte divulgado esta semana afirmó que el año pasado la pérdida de los salarios reales de los trabajadores formales acumuló 4%.

En tanto, en su informe semanal el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) mostró que la Argentina se ubica entre los países con mayor inflación en el mundo. Desde una perspectiva conceptual, la inflación "es un fenómeno muy perjudicial" pues mientras por un lado "genera incertidumbre y desalienta el ahorro, lo que da lugar a un clima adverso a la inversión que limita la expansión de la producción y los empleos de calidad, por otro lado opera como un impuesto muy regresivo porque recae con mayor intensidad sobre los sectores más vulnerables".

El análisis, por tanto, plantea que en tanto "la estabilidad de precios es una condición necesaria para el desarrollo, la inflación es fuente generadora de empobrecimiento". Además, Idesa lamenta que "en la Argentina gran parte de la discusión en torno a la inflación está centrada en las distorsiones de las estadísticas oficiales". Ya en términos comparativos, el reporte contrata tasas de inflación entre países de ingresos medios comparables con Argentina según datos de los organismos de estadísticas oficiales de cada gobierno. Concluye que en los países de América del Sur y México, la inflación promedio es de 5,0% anual, en las naciones de ingresos medios de Asia, el aumento promedio de los precios al consumidor es de 2,7% anual. Y en los países de Europa del Este la tasa de inflación promedio es de 0,1% anual.

A partir de estos guarismos, la inflación de las consultoras privadas o la oficial de Argentina está entre las más altas del mundo. Solo se ubica por debajo de Venezuela (63,9%) y en niveles similares a un país en guerra como Ucrania (24,9%). "No hay dudas de que el ritmo de aumentos de precios que sufre la Argentina, aun considerando como válidas las estimaciones oficiales del INDEC, se corresponde con una economía que está funcionando muy mal", sostiene Idesa más allá de que "la visión oficial es que la alta inflación oficial ayuda a sostener el crecimiento". Pese a esta interpretación, el año pasado la actividad económica y el consumo retrocedieron, desarticulando la teoría oficial. Por último, advierte que "la inflación no se combate manipulando índices" ni negociando precios con empresarios en torno a una mesa y planillas de costos. 

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