Por REDACCION
A pesar de soportar una crisis económica que se resiste a terminar, la Argentina logró un avance en materia de corrupción durante 2019 al mejorar su puntuación en el Indice de Percepción que cada año elabora la ONG Transparency International, ya que logró trepar del puesto número 85 que ocupó durante el 2018 al 66, sobre un total de 180 países.
El ránking califica a los países en función de sus niveles percibidos de corrupción en el sector público, basándose en 13 evaluaciones a expertos y encuestas a empresarios. A partir de allí se utiliza una escala que va de 0 (máximo nivel de corrupción) a 100 (sin corrupción). En ese marco, la Argentina obtuvo 45 puntos en el reciente índice, por lo que se ubicó en el puesto 66 entre todos los países, mientras que el año pasado, con 40 puntos, se había ubicado en el puesto 85.
En el caso de Argentina, la evaluación se hizo en base a ocho encuestas de distintas entidades internacionales, como el Índice de Gobierno Sustentable de la Fundación Bertelsmann, las Calificaciones de Riesgo País de Global Insight, el Anuario de Competitividad Mundial del International Institute for Management Development (IMD) y el Ranking de Países de la Unidad de Inteligencia Económica. También se utilizaron la Guía Internacional de Riesgo País de PRS Group, el Proyecto Variedades de Democracia, el Foro Económico Mundial EOS, y el Índice de Estado de Derecho del Proyecto Justicia Mundial.
En cuatro años, de 2015 a 2019, la Argentina subió del puesto 107 al 66 en ese ránking internacional, aunque la actual posición implica que sólo se está apenas por encima del promedio global, que es de 43 puntos. Si se tomaran en cuenta sólo los países de América, la Argentina también se encuentra levemente por encima del promedio, ocupando el puesto 13 de las 32 naciones del continente incluidas en la muestra, siendo las peor calificadas Venezuela y Nicaragua.
El CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento), una organización independiente, apartidaria y sin fines de lucro que produce conocimiento y ofrece recomendaciones para construir mejores políticas públicas, consideró en uno de sus documentos que la corrupción es, posiblemente, uno de los mayores problemas de nuestros tiempos
porque debilita las instituciones democráticas, contribuye a la exclusión social e
impide el crecimiento económico sustentable. Además, impacta negativamente sobre
la eficiencia, en tanto implica desperdicio y desviación de recursos públicos, y en la
redistribución de fondos públicos, al tiempo que crea incentivos negativos en la
sociedad. Como consecuencia, se alimenta la inestabilidad política, se afecta la plena
vigencia de los derechos humanos, que pasan a estar supeditados al acceso a las redes
informales de poder, y se acrecienta la inequidad social.
En este escenario, para revertir esta tendencia el CIPPEC propuso en un Memo dirigido a las máximas autoridades del país establecer un
sistema eficaz de acceso a la información pública; impulsar la adopción de estándares
esenciales de transparencia en todos los niveles de gobierno; fortalecer la Oficina
Anticorrupción y complementar sus esfuerzos; consolidar mecanismos idóneos de
recuperación de activos provenientes de la corrupción y establecer un sistema
de protección de testigos que denuncien de buena fe hechos de corrupción; mejorar la
transparencia del régimen de contrataciones públicas, e impulsar la incorporación del
sistema acusatorio en el Código Procesal Penal.
Respecto al ránking de Transparency International, el primer lugar es compartido por Dinamarca y Nueva Zelanda, con 87 puntos y completa el podio Finlandia, con un punto menos, mientras que los primeros lugares continúan con Singapur, Suecia y Suiza, con 85. De los primeros 10 lugares de este Índice de Percepción de Corrupción (IPC), ocho corresponden a países europeos, que es la región que obtuvo mejores indicadores.
Transparency International es una organización no gubernamental fundada en 1993 que se dedica a promover medidas contra crímenes corporativos y corrupción política en el ámbito internacional.
La corrupción fue quizás el eje que inclinó las elecciones presidenciales de la Argentina en el 2015 hacia uno de los candidatos. La sociedad o parte de ella buscaba en ese momento erradicar este flagelo que convierte en millonarios a funcionarios y quita recursos al desarrollo de un país. Es decir, era una demanda que creció a la par de los casos de corrupción y que aún se mantiene, por lo que el gobierno actual no debe descuidar las estrategias para garantizar el máximo de transparencia de sus actos.
Transparencia y rendición de cuentas en la función pública es un requisito básico para aprovechar los impuestos de los contribuyentes en acciones que mejoren la calidad de vida de la gente.
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