Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Editorial Sábado 9 de Marzo de 2013

Un Papa latino

De los 1.200 millones de fieles, 500 millones residen en América Latina.

Redacción

Por Redacción

La Iglesia Católica se prepara para revivir uno de los momentos más trascendentes de su vida institucional y todas las miradas vuelven a posarse sobre el perfil que tendrá el nueva Papa y, sobre todo, si responderá una vieja demanda de la comunidad universal: que su nacionalidad sea latinoamericana.

Cuando Joseph Ratzinger fue elegido, dada su edad, se sabía que era un Papa de transición. A pesar de su cercanía a Juan Pablo II, sus personalidades eran bien disímiles. Uno, fajado en la lucha contra el comunismo, atlético, deportista, vitalista y con un carisma personal indudable; el otro intelectual, tímido, con una salud precaria. Se esperaba un papado tranquilo tras lo que significó el paso de Karol Wojtyla por el Vaticano. Pero aparecieron algunos escándalos que, con el correr el del tiempo, parecen haber determinado la abdicación de Benedicto XVI.

¿Qué pasará ahora? La realidad de la Iglesia Católica indica que, a pesar de que todos los papas tuvieron nacionalidad europea, el Viejo Continente representa el lugar con menor cantidad de nuevos miembros. A diferencia de esto, el número de adeptos en Africa ha crecido significativamente y en América Latina reside la mayor cantidad de fieles (unos 500 millones de un total de 1.200 millones).

Es por esto que muchos se animan a pesar que ha llegado el momento de que el trono de San Pedro sea ocupado por un cardenal de los países con mayor presencia del catolicismo. En este sentido, ya se han producido algunos pronunciamientos que alientan esta posibilidad.

El cardenal suizo Kurt Koch, que dirige el Departamento de Unidad Cristiana, dijo que el futuro de la Iglesia "no estará en Europa". "Sería bueno que los candidatos fueran de Africa o de América del Sur en el próximo cónclave", expresó.

Por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Robert Zollitsch, acaba de defender que el nuevo papa no sea europeo y apoyó la opción de que el sucesor de Benedicto XVI venga de Latinoamérica. Además, el investigador de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones, Iván Franco Cásares, calificó de un escenario "altamente hipotético" la posibilidad de que el sucesor de Benedicto XVI surja de América Latina o del Tercer Mundo.

Entre los posibles sucesores latinoamericanos figura el cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez Madariaga, cuyo nombre ya sonó con fuerza para sustituir a Juan Pablo II. El arzobispo de Tegucigalpa, de 70 años, a quien Benedicto XVI nombró presidente de Caritas Internacional, tiene un perfil conservador en temas doctrinales.

Brasil, el país con el mayor número de católicos en el mundo, cuenta con varios "papables". Odilo Pedro Scherer, arzobispo de San Pablo, de 63 años, es uno de los nombres que con más fuerza suenan entre los posibles sucesores latinoamericanos. Por su parte, el cardenal João Braz de Aviz, de 65 años, cuenta también con un enorme prestigio.

Cabe destacar que los cardenales argentinos Jorge Mario Bergoglio y Leonardo Sandri también aparecen entre las posibilidades. En el cónclave de 2005, Bergoglio, de 76 años, fue el segundo más votado después de Ratzinger.

De todas maneras, algunos especialistas también recomiendan no esperanzarse con este tipo de cambio. "No elegirán un papa negro ni un latinoamericano", aseguró el veterano vaticanista Sandro Magister, quien ve con más posibilidades de suceder a Benedicto XVI al arzobispo de Milán, el cardenal Angelo Scola, o al cardenal canadiense Marc Ouellet.

La composición del colegio cardenalicio tampoco muestra un escenario favorable a la aparición de un Papa latino. Está formado por 118 cardenales con derecho al voto, es decir, con menos de 80 años de edad. La mayoría de esos purpurados (67) fueron designados por Benedicto XVI; 51 recibieron el birrete cardenalicio de manos de Juan Pablo II y casi todos pertenecen a corrientes conservadoras dentro de la Iglesia.

De 118 electores, 62 son europeos, de los cuales 28 son italianos. Sólo 19 provienen de América del Sur, 14 de América del Norte, 11 de Africa y 11 de Asia, y uno solo de Oceanía.

El cónclave comenzará a funcionar el próximo martes. La decisión que de allí surja seguramente contará con el respaldo que tradicionalmente la Iglesia ha sabido otorgar a estas definiciones. Pero no le haría nada mal a la imagen de la Iglesia que el nuevo Papa sea de América Latina. Un lugar que desde hace tiempo se ha convertido en un bastión del catolicismo.

Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso