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Editorial Lunes 2 de Abril de 2012

Un 2 de abril especial

Los 30 años de la guerra y la reciente intensificación de los reclamos argentinos obligan a repensar el pasado y proyectar el futuro de nuestra postura frente a las islas.

Redacción

Por Redacción

La conmemoración de los 30 años del desembarco argentino en Malvinas y la intensificación actual de los reclamos por la soberanía de las islas, convierten a este 2 de abril en una fecha muy especial para los sentimientos y la historia de todos los argentinos.

Lo sucedido en 1982, hoy es recordado desde dos puntos de vista bien diferentes. Por un lado, como un hecho que despierta el más sentido reconocimiento y motiva el homenaje a los soldados que participaron de la contienda. Pero, al mismo tiempo, Malvinas se ha convertido en símbolo de un camino que la Argentina no debe volver a transitar.

El Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra representa una fecha marcada por el recuerdo de los 649 jóvenes que dejaron su vida en el sur y por los 439 ex combatientes que no lograron recuperarse tras el regreso y terminaron incrementando la lista de víctimas a causa de los suicidios.

En los últimos tiempos se han dado a conocer nuevos testimonios sobre actitudes heroicas de nuestros soldados, que merecieron el respeto y la admiración de hasta quienes integraron el sofisticado ejército inglés. Uno de ellos, y como simple ejemplo del espíritu que caracterizó a nuestros soldados, es el caso del soldado Poltronieri.

Oscar Poltronieri es el máximo héroe civil, vivo, que tiene la Argentina. Es la única "Cruz Nación Argentina", el Máximo y único Galardón al Heroico Valor en Combate que el Ejército Argentino otorgara a un soldado Raso. Ejemplo permanente de sus camaradas, supo ofrecerse como voluntario para misiones riesgosas, a punto tal que se lo tuvo por muerto, según sindica el informe del Ejército Argentino.

Poltronieri salvó la vida de ciento cincuenta de sus compañeros. Perteneciente a la unidad apostada en el monte Dos Hermanas, él y sus compañeros fueron sorprendidos una madrugada por un ataque de los ingleses. Vio como empezaron a caer sus compañeros y ante la orden de retirada decidió quedarse para cubrirlos, negándose incluso a las órdenes de sus superiores. 

La historia cuenta que el Ejército británico luchó durante horas para poder ganar esa posición. Poltronieri, decidió huir sólo cuando ya no le quedaban más balas. Llegó a Puerto Argentino al otro día y fue recibido entre aplausos por sus compañeros.

Es es sólo de una de las tantas historias que ha dejado Malvinas y que, en general, mantiene denominadores comunes. Poltronieri no sólo poseía una escasa instrucción militar, sino que ni siquiera sabía leer ni escribir. A pesar de las condecoraciones, fue pasado al olvido y durante muchos años vivió en la más extrema pobreza.

Es por estas cosas que una vez más, y en especial por el hecho de cumplirse 30 años, este 2 de abril debe contribuir a revalorizar el sacrificio realizado por nuestros soldados y que, de una vez por todas, se cumplan con todos los reclamos pendientes que aún persisten a pesar del paso de los años.

De todas maneras, tampoco se debe olvidar que el conflicto fue producto de decisiones apresuradas y poco felices por parte de un Gobierno Militar que supo agregar a su nefasto legado al devenir del país una de las tragedias más grandes de la historia nacional, producto de la ambición de poder y de la necesidad de recomponer una imagen que se caía a pedazos.

Por último, cabe mencionar que durante estos 30 años Malvinas siempre ha estado presente, aunque fue recién en los últimos años donde Argentina intensificó los reclamos por vía diplomática, obteniendo algunos resultados positivos, pero todavía insuficientes como para cambiar el statu quo.

El ex canciller Jorge Taiana dijo esta semana, en ocasión del cumplimiento del trigésimo aniversario, que "Londres va a negociar cuando le resulte políticamente más gravoso que no hacerlo". En este sentido, a la Argentina sólo le queda crear las condiciones para que los eventuales cambios en la gobernanza mundial lo favorezcan. Una tarea para nada sencilla, pero que cuenta con algunos puntos auspiciosos: China y Brasil, dos de los países llamados a equilibrar la balanza de poder global en este siglo, apoyan la causa argentina.

Desde ya que los cambios no se verán de un día para el otro, sino que se trata de un largo proceso que se deberá mantener vigente si se quiere reivindicar nuestros derechos sobre las islas, honrar nuestra historia y, por qué no también, dar el mejor homenaje que se podría a nuestros soldados.

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