Turismo en baja

Lentamente, consecuencia de una serie de factores que provocan impacto negativo, el turismo se encuentra en situación de crisis. Entre las razones que han empujado hacia esta situación, aparecen como las más contundentes las restricciones impuestas al dólar y las sucesivas marchas y contramarchas sobre el tema, la inflación que hace perder competitividad y la conducta errática impuesta en la política aerocomercial.

Un dato elocuente es que en todo 2012 la salida de argentinos al exterior creció 13% con relación al año anterior, mientras que las divisas gastadas ascendieron a 7.611 millones de dólares, un 53% más. Pero si eso conformaba una perspectiva preocupante, se agravó aún más en el primer trimestre de 2013, siendo la demanda de dólares para viajes al exterior de 2.800 millones, un 67% más que en igual lapso de 2012. Y algo parecido sucede cuando se analizan los gastos con tarjetas de crédito en el exterior, ya que en 2012 fueron un 75% más que en 2011, y en lo que va del presente año la suba fue de 83%.

Y mientras los egresos se encuentran en permanente ascenso, los ingresos están en retracción, conformándose de tal manera un cuadro que excede lo preocupante, más considerando que el turismo se había transformado en los últimos años en la cuarta fuente de ingreso de divisas al país, razón por la cual le cabía perfectamente el calificativo de industria sin chimeneas.

Un dato lo refleja con claridad, en el primer trimestre de este año los turistas extranjeros que nos visitaron gastaron 500 millones de dólares, es decir, 350 millones menos que en ese mismo período de 2012.

Tratando de buscar justificaciones, como siempre se hace cuando aparece alguna de estas situaciones conflictivas y víctimas de las políticas equivocadas, se adujo que la mayor responsabilidad es de la crisis internacional, lo cual queda totalmente sin validez cuando se observa que todos los países vecinos tienen al turismo en expansión, como los casos de Chile con 14%, Perú 9%, Brasil 5% y Colombia 2%. Mientras el resto crece, la Argentina retrocede, lo cual es una muy contundente señal de que hay algo que no está funcionando como corresponde.

Un caso elocuente es el de nuestro vecino Brasil, donde el gasto de los turistas de esa nacionalidad en el exterior creció 10% el año pasado -y además duplicó ese gasto en el breve lapso que va entre 2008 y 2012-, pero en cambio cada vez menos teniendo como destino nuestro país, habiendo sido la caída de visitantes brasileños del 29% en enero, el 31% en febrero y nuevamente 31% en marzo últimos.

De esta manera, la hotelería argentina perdió en estos tres primeros meses del año alrededor de 1 millón de pernoctaciones y 236.000 viajeros alojados, con una caída de 13,4% de visitantes. Una afectación que no sólo afecta a la parte empresaria, sino que se extiende a todo el personal, tanto directo de esas organizaciones hoteleras como gastronómicas, como así también de otras actividades afines que se ven favorecidas por los gastos del turismo internacional.

Un evento de empresarios hoteleros y gastronómicos realizado en Iguazú, en el cual participaron 63 filiales, dejaron como conclusión "una alta preocupación por la acentuada pérdida de competitividad y rentabilidad" que se advierte en las empresas del sector, en tanto que la situación en las agencias de viaje es bastante parecida, ya que las confusas directivas que se fueron dando una sobre otra, mantuvieron paralizadas las operaciones durante bastante tiempo, generando una incertidumbre que aún se mantiene ahora.

El encarecimiento de los precios fue también uno de los factores que convirtió a la Argentina en un destino menos atractivo para los turistas internacionales, provocando un efecto inverso en los turistas argentinos que se ven incentivados para viajar al exterior. Las idas y venidas dispuestas, con medidas que no tuvieron el efecto buscado, fueron generando estas alteraciones que afectaron fuertemente la actividad.

Queda en evidencia que la situación exige determinadas correcciones, que vuelvan a recuperar una actividad que se encontraba en auge y pleno desarrollo positivo, y que ahora ha comenzado a retroceder muy aceleradamente, con estadísticas que son sumamente elocuentes.