Por REDACCION
La inseguridad vial en la Argentina continúa con números en rojo más allá de las políticas públicas impulsadas con mayor o menor decisión por los distintos niveles de gobierno. Como se ha reiterado en esta columna editorial, el diseño de las campañas de educación y prevención para mejorar la seguridad en las calles, caminos, rutas y autopistas argentinas es necesario que comunas, municipios, provincias y gobierno nacional hablen el mismo idioma. Es decir, se entiende la autonomía de las provincias, pero no puede ser que de un territorio a otro cambien las reglas de juego, se controle con otros criterios y así se relaje la aplicación de la legislación que procura ordenar el tránsito y sancionar a los que no respetan las normas.
Cada vez con mayor frecuencia encontramos estrellas amarillas pintadas en el cemento de calles o rutas en memoria de una persona que murió en ese lugar víctima de la inseguridad vial y para generar conciencia en los conductores para que respeten las reglas que buscan que todos circulemos con mayor tranquilidad de volver vivos a nuestros hogares. Siempre se destaca que la educación y la prevención son claves, como así también la responsabilidad de los conductores, los sistemas de control y aplicación de sanciones para completar el círculo, como así también la infraestructura de calidad.
Y más allá de algún mejoramiento circunstancial en las estadísticas, la tarea pendiente sigue siendo enorme. Por caso, esta semana el Instituto de Seguridad Vial (ISEV) señaló que lejos de los objetivos de la década mundial de la seguridad vial, Argentina cierra un año 2019 desastroso en la materia. Aumentos en siniestralidad, mortalidad y morbilidad vial, principal causa no natural de muerte y lesión de los argentinos, advirtió en un documento divulgado esta semana.
Contrastando respecto a 2018 la tasa de siniestralidad vial grave (hechos que registran como mínimo un lesionado Grado 3, o sea con fractura) presenta un aumento sustancial del 29.2 %. En tanto, la tasa de mortalidad vial evidenció el año pasado un incremento del 4% en relación al 2018. Con respecto a morbilidad vial, que pondera los lesionados graves consecuencia de los siniestros viales, muestra una suba del 12.8 % respecto al 2018.
Por su parte, la Asociación Civil Luchemos por la Vida también difundió su reporte anual, en el que sostiene que durante 2019 hubo en el país 6.627 muertes ocurridas por accidentes de tránsito, lo que marca un promedio diario de 19 víctimas fatales y mensual de 552. Al comparar el número total de víctimas fatales con el del año 2018, se observa que hubo 647 víctimas menos, remarca.
Santa Fe se encuentra entre las provincias con mayor cantidad de accidentes de tránsito con víctimas fatales con un total de 563 en el 2019, solo detrás de Buenos Aires que encabeza el ránking con 2.123. Después siguen en la lista Tucumán (399), Córdoba (378), Misiones (299) y Santiago del Estero (291). En tanto, las provincias que menos víctimas se cobraron los accidentes viales fueron Tierra del Fuego (12) y La Pampa (73), agrega el informe.
En 2018, el número total de muertos había sido de 7.274, lo que marcaba un promedio diario de 20 víctimas y mensual de 606. Las cifras fueron obtenidas por la asociación civil y son proyecciones de los datos recabados durante todo 2019 y hasta el pasado 6 de enero. Además, se indicó que la información incluye a personas fallecidas en el lugar del hecho o como consecuencia del mismo y hasta dentro de los 30 días posteriores.
Por otra parte, un sondeo realizado por el Observatorio Vial de la Cámara de Empresas de Control y Administración de Infracciones de Tránsito de la República Argentina que se llevó a cabo para indagar sobre cuestiones que hacen a la seguridad vial determinó que el 70% de las personas consultadas considera que no se respetan las normas de tránsito. Es decir, siete de cada diez opinaron que era bajo (43%) o muy bajo (26%); mientras que el 25% de los encuestados dijo que los argentinos tienen un alto respeto y sólo el 6% muy alto.
Entre las faltas de tránsito más frecuentes en las ciudades está la de cruzar el semáforo en rojo, seguida del estacionamiento en doble fila y el giro en U donde no está permitido; y en rutas y autopistas el exceso de velocidad encabeza el ranking de infracciones.
En el sondeo que fue realizado a 550 conductoras y conductores en la Ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires, también se quiso saber cómo se definían los consultados ante las normas de tránsito. Allí el resultado fue totalmente inverso: más de 8 de cada 10 (el 85 por ciento) sostuvieron que su respeto era alto o muy alto;
y sólo un 15% se calificó como "irrespetuoso" al decir que el nivel de respeto era bajo o muy bajo. Lo que confirma que señalar la paja en el ojo ajeno siempre va a ser más fácil que mirar la viga en el propio ojo.
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