Por REDACCION
No es más que una frase corta en un libro de más de 200 páginas, pero las alarmas han saltado en todas partes en una época en que las teorías conspiracionistas y las fake news se expanden sin control por el mundo: una editorial francesa ha dejado colar en un manual de historia dirigido a alumnos adolescentes una frase que plantea que los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos como un posible ataque "orquestado por la CIA".
Aunque tanto la editorial como el propio autor se han disculpado rápida y profusamente por lo que atribuyen a un error y no a una acción malintencionada, el caso ha saltado a la prensa nacional por sus implicaciones más allá del incidente concreto.
El párrafo de la discordia se halla en la página 204 del manual Historia del Siglo XX en fichas, publicado por la editorial Ellipses y destinado a los estudiantes que preparan su ingreso en la reputada escuela de Ciencias Políticas (Sciences Po), a la que se puede aspirar una vez concluida la secundaria, a partir de los 17 ó 18 años. En el capítulo dedicado al 11-S, los atentados yihadistas que causaron casi 3.000 víctimas inocentes, el autor, licenciado él mismo por Sciences Po, escribe: "Este acontecimiento mundial -¿sin duda orquestado por la CIA (servicios secretos) para imponer la influencia norteamericana en Oriente Medio?- apunta a los símbolos del poderío norteamericano en su territorio".
El manual, que sintetiza temas para las clases preparatorias, salió a la venta este invierno europeo. La alarma saltó cuando una estudiante, hija de un profesor de historia de secundaria, avisó del controvertido párrafo, según Le Monde.
El padre forma parte de una asociación de profesores de historia y geografía, Les Clionautes y envió el 13 de enero una foto del texto a la página cerrada de Facebook del grupo.
Los comentarios no tardaron en multiplicarse, porque, según explicó el portavoz de la asociación al rotativo, Bruno Modica, la conspiranoia es una realidad con la que viven a diario los profesores. "Este inciso transmite una teoría conspirativa que escuchamos en nuestras clases, de la boca de algunos alumnos, pero que es inadmisible encontrar en la pluma de un enseñante y en una publicación de este tipo", sostuvo.
Ni siquiera el signo de interrogación al término de la controvertida afirmación mitiga el peligro de afirmaciones como esta, alertó por su parte en su web Conspiracy Watch el Observatorio del Conspiracionismo, una asociación que cuenta con el apoyo de la Fundación por la Memoria de la Shoah y que denuncia teorías conspirativas que se propagan en Francia y en el mundo.
El Observatorio advierte de que esta frase "siembra confusión en les espíritus de aquellos a los que el libro está destinado: jóvenes de los que se sabe son más permeables que la media a las teorías del complot. Son también el 21% de los menores de 35 años (contra el 7% solo de los mayores de 65) quienes aprueban la idea de que el Gobierno estadounidense estuvo implicado en los atentados del 11-S", agrega la organización, que en 2018 publicó un estudio junto con la Fundación Jean-Jaurès que alertaba de que el 79% de los franceses creen al menos en una teoría conspirativa.
Tras ser alertada del párrafo, la editorial Ellipses aseguró en un comunicado que "lamenta amargamente" haber dejado "escapar" a su vigilancia el controvertido texto. "Esa frase, que se hace eco de teorías conspirativas que carecen de cualquier base, no debería haberse publicado jamás en esta obra. No refleja la línea editorial de Ellipses ni la posición de su autor", afirmó la empresa en un comunicado publicado en su página, donde subraya que "desea suprimir" la controvertida frase. La corregirá en próximas ediciones del manual, que sigue a la venta en su web por 22,5 euros.
Este caso pone de relieve, según Bruno Modica, a Le Figaro, la necesidad de hacer con urgencia una reflexión sobre las teorías del complot en los colegios. "Hay que comprender que no son solo ideas que se discuten en bares, son teorías políticas que se inscriben en un proceso de crear un ambiente perjudicial. Más allá de mi trabajo como profesor de historia y geografía, mi combate está dirigido también al debate público y a la enseñanza de la historia: no hay que dejárselos a los ideólogos", afirmó. (Fuente: Diario El País, de España).
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