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Editorial Lunes 23 de Marzo de 2020

Tenemos que estar en casa

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REDACCION

Por REDACCION

Hay una gran necesidad de que los argentinos permanezcan en sus hogares, esta vez a modo de "sacrificio" por la causa, que es la salud pública y en definitiva, la vida misma, la nuestra, la de nuestra familia y la de todas. Las directivas de los gobiernos de aquí y de allá coinciden en que la excluyente manera de no propagar con mayor velocidad el coronavirus es, simplemente, el aislamiento y la higiene personal. A tantos que acatamos esta disposición, que en el caso de la Argentina ya es obligatoria, nos llama la atención la falta de compromiso y de responsabilidad de no tan pocos ciudadanos de rompen la cuarentena ordenada a tal punto de desafiar la autoridad. ¿Por qué lo harán? Los especialistas en infectología y médicos sanitaristas han copado todas las pantallas multimedia y las ediciones en papel de los diarios dando una y otra vez las razones para aislarse, pero vaya a saber por qué motivo hay gente que deambula en las calles sin una razón comprendida entre las excepciones dispuestas por el Gobierno nacional. 

Ante ese escenario en el que se observa cierta resistencia, desde el Presidente hacia abajo pusieron sobre la mesa la posibilidad de declarar estado de sitio. Por ahora no tiene pleno consenso, pero cuando la herramienta institucional se instala en el ambiente es porque la posibilidad es, si bien remota, posible. "El estado de sitio no está descartado, pero esperamos no llegar a eso", sintetizó la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic al ser consultada sobre qué hacer con tantos imprudentes. Reflexiva, la funcionaria consideró que "hay gente que cree que su vida no está atada a las demás" en referencia a quienes intentan seguir con su vida normal y hacer oídos sordos a la cuarentena dictada por el presidente, Alberto Fernández. 

Con gesto adusto, el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, se mostró muy firme el sábado por la tarde cuando insistió en su pedido a todos los santafesinos para que se queden en sus casas porque el objetivo es reducir las chances de propagación del virus, para lo cual la cuarentena es clave. Con un discurso duro y enfático en busca de generar una reacción positiva entre quienes no se ajustan al aislamiento, subrayó que "el margen de recursos, en una situación de emergencia como esta, tienen un solo objetivo y prioridad: cuidar la vida de los santafesinos" a la vez que definió la situación actual en términos bélicos al advertir que "estamos en guerra, y en la guerra se busca salvar vidas". 

Al dejar en evidencia cierto egoísmo de muchos santafesinos, Perotti indicó que "sólo tomando los últimos cuatro días, 7.338 personas han regresado del exterior, 3.141 del departamento Rosario y casi 1.000 del departamento La Capital y que predominantemente, el destino del regreso de estos últimos días ha sido Brasil". 

Lo cual permite concluir que muchos que nos cuidamos tenemos dos enemigos a vencer: al propio coronavirus y los tontos que aumentan los riesgos con su caprichoso comportamiento irresponsable ante un adversario letal. Ni siquiera las impactantes y a la vez dramáticas cifras de la tragedia italiana conmueven a esos tipos que dejan sus casas para andar sin necesidad por las calles de Rafaela y tantas otras ciudades. Los operativos de control por parte de las autoridades aumentan fuertemente e incluso terminan con varios detenidos que van a la comisaría con las esposas puestas. Deberían avergonzarse por tal escena y claro, arrepentirse. 

En Francia comenzaron a aplicar, además de la detención de los irreverentes, multas económicas de importancia para golpear en uno de los "órganos" más importantes de las personas, que es el bolsillo. No debería descartarse en la Argentina la imposición de multas para quienes son detenidos, y que el pago de las mismas sea condición indispensable para recuperar la libertad, más allá de que con el tiempo deberán dar respuestas a los procesos judiciales.  

En Santa Fe, un hombre de 46 años fue imputado ayer por incumplir el aislamiento social, preventivo y obligatorio establecido en el decreto número 297 del presidente de la Nación. La fiscalía le atribuyó la autoría del delito de violación de medidas para evitar epidemia en concurso real con desobediencia a la autoridad. ¿Qué hizo? Solo había salido a correr a la costanera santafesina. Pero es muy grave hacerlo en cuarentena. Luego de la audiencia imputativa, el hombre investigado recuperó su libertad y se le impusieron normas de conducta, entre ellas, la fijación de domicilio y la implementación de una aplicación en su teléfono móvil que permite tener control del lugar en el que está.

A esta altura deberíamos celebrar que todos cumplen con las disposiciones oficiales en defensa de la salud pública. También para cuidar a los médicos, enfermeras, auxiliares y todos los que integran el sistema de salud. Lamentablemente el Estado debe ponerse inflexible para tratar a los que carecen deber cívico y el don de la solidaridad. Quedémonos en casa, por favor. 



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