Superávit al piso

La baja del superávit comercial en el pasado mes de febrero fue realmente estrepitosa, cayendo nada menos que 92% con relación a la medida interanual, dejando un saldo favorable de sólo 44 millones de dólares. Aun cuando son varias las situaciones que están convergiendo en tal sentido, tenemos que mientras las exportaciones se contrajeron 6% para ubicarse en 5.393 millones, las importaciones en cambio aumentaron 2% a razón de 5.349 millones de la divisa estadounidense. Y dentro de las compras al exterior, gran parte es explicada por el 43% más que se debió destinar a combustibles.

De tal modo, en el primer bimestre del año y según datos oficiales del INDEC, el superávit fue de 79 millones, con una reducción del 90% comparativamente con igual lapso de 2013, durante el cual si bien las compras al exterior subieron apenas 1% -merced a las restricciones existentes que sólo dan carta libre a los combustibles-, las ventas en cambio cayeron 7%, teniendo la mayor explicación por la caída del 34% de los granos.

La situación, en general, es observada con gran preocupación, especialmente desde el mismo gobierno ya que la balanza comercial era la única que mantenía márgenes considerables de superávit, siendo además la que permitía el ingreso de divisas para enfrentar otros compromisos. Al igual que con la balanza fiscal, que desde hace rato dejó de ser superavitaria y se consigue disimular el desequilibrio mediante a aportes desde el Central, el Nación, la ANSeS y algunas otras cajas menores a las que se recurre de manera constante, la comercial se encuentra ahora en problemas, los que desde el Gobierno confían revertir cuando comiencen a ingresar los dólares de la cosecha.

Desde la Cámara de Importadores se destaca que "la caída de las exportaciones está íntimamente ligada al freno de las importaciones que produjo el gobierno porque gran parte de lo importado se destina a la producción de bienes que luego se comercializa fuera del país", para sentenciar sobre el final "estamos viviendo el peor parate de las importaciones".

Capitalismo de amigos

En base a datos del World Economic Forum, del FMI, la revista Forbes, además de los propios aportados para la elaboración del estudio, la publicación británica The Economist elaboró un ranking del "capitalismo de amigos" en los distintos países del mundo, tratándose de los empresarios que por su cercanía al poder lograron enriquecerse muy por sobre el resto, siendo algo que se produce merced al debilitamiento de las instituciones, incapaces de controlar los beneficios que algunos gobiernos les otorgan a hombres de negocios que se mueven en sus cercanías, por otra parte, siempre dispuestos a la devolución de favores.

Sobre un ranking de 23 países entre los que se cuenta varias economías emergentes, la Argentina es quien posee la mayor debilidad institucional, aún por sobre Ucrania, Rusia, Brasil, Hong Kong, Malasia y Singapur, ubicándose en la undécima posición del ranking del capitalismo de amigos con relación a su PBI. Un dato revelador: la Argentina en 2007 se encontraba en el puesto 16, razón por la cual desde entonces escaló cinco posiciones.

Cuanto más arriba se va en esta escala, mayor es el nivel de prebendas y la cercanía con el poder de toda clase de negocios, que van desde los más estrechamente vinculados con áreas públicas como el petróleo, las comunicaciones y el transporte, hasta otras actividades como la financiera y el juego por ejemplo. Abanico dentro del cual nada queda exceptuado, ya que todo es bueno al momento de obtener estas ganancias que a veces, no tienen límites al momento de ser distribuidas.

Las instituciones débiles y la falta de controles se ponen en toda evidencia cuando se trata de negocios que requieren de una fuerte regulación estatal, ya que esto avanza simultáneamente con el avance del capitalismo de amigos.

Pasando al otro extremo, es decir, aquellos países que observan la mayor fortaleza en sus instituciones al punto de hacer prácticamente imposible el concretar negocios con los amigos del poder, simplemente por esa razón, se menciona en los tres primeros lugares a Gran Bretaña, Japón y Alemania. Sencillo resulta entonces ver cuáles son las diferencias entre unos y otros.