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Editorial Jueves 23 de Agosto de 2012

Soja e impuestos

La carga impositiva sobre la soja llega al 44,51% de cuyo total el 87% va a la Nación, el 12% a la Provincia y el 1% a la Comuna.

Redacción

Por Redacción

Un trabajo realizado por el Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, analiza en profundidad, con todos los números y sus consecuencias, la presión fiscal que existe sobre la producción de soja, en la actualidad y como desde hace bastante tiempo -desde que comenzó la bonanza que llevó a nuestro país a crecer varios años a tasas chinas- el factor principal de sostén de la economía.

La entidad mencionada tomó todos los factores que influyen sobre los costos de una hectárea de soja, es decir, impuestos y beneficios, tomando como modo de ejemplo la zona centro-norte de la provincia de Santa Fe, justamente donde se encuentra la zona del distrito Rafaela y demás del departamento Castellanos, donde la soja tiene una participación superlativa en la producción agropecuaria.

Se destaca en ese informe que "la presión fiscal para el productor con campo propio sin amortización de tierra, alcanzó al 44,51% del producido por hectárea de soja obtenida", agregándose que "además de las retenciones del 35%, el productor debe hacer frente a otros siete impuestos o contribuciones fiscales: tres de carácter nacional; otros tres de origen provincial; y uno comunal. Respecto de la presión fiscal la Nación se queda con el 87% de la carga tributaria, la Provincia con el 12%, y el distrito Comunal con el 1%".

Cabe destacar que el productor de soja recibe por su cosecha el precio que la oleaginosa fija Chicago, del cual se debe reducir en forma directa al 35% correspondiente a las retenciones, pero además se debe añadir el gasto de la exportación, cuya cifra final en dólares se debe convertir en pesos al valor oficial que tiene en nuestro país, en el orden de 4,56 pesos por dólar.

Pero además, dentro de ese valor se deben restar los costos directos que insume la producción, como por ejemplo semillas, labranza, agroquímicos, fertilizantes y finalmente cosecha, pero también deben agregarse los gastos de administración, movilidad y conservación de mejores, y por último los gastos de comercialización, que incluyen  el flete, comisiones, paritaria, secada y zarandeo, rubros estos tres últimos que han registrado alzas por inflación en dólares.

Agrega el informe, avanzando en su desarrollo, que "a partir de allí, el productor debe hacer frente a los otros impuestos. Los nacionales: Impuesto a las Ganancias, a los Débitos y Créditos, o los Bienes Personales o Tenencia Accionaria. Los provinciales: Ingresos Brutos, Inmobiliario, Sellos y Derechos de Registro. El comunal: la tasa vial o por hectárea".

Vistos estos datos, tomando como base una hectárea de soja en la región centro-norte de la provincia, en la cual se obtuvo como promedio un rendimiento de 22 quintales, se concluye un ingreso bruto para el productor de 1.394,80 dólares por hectárea producida. Esa es entonces la cantidad que corresponde al precio FOB, de acuerdo a lo establecido en la circular 438 fechada el 9 de agosto de 2012, refrendada por el Ministerio de Agricultura de la Nación. De paso, es conveniente también aclarar lo que significa el "precio FOB", sigla que se desprende de las palabras en inglés "free on board", lo cual significa que el vendedor asume los gastos hasta la puesta de la mercancía en el barco o medio de transporte.

Pero claro, ahora vienen las restas, pues de ese valor bruto obtenido por el productor de soja de 1.394,80 dólares por rendimiento de 22 quintales por hectárea, sólo le quedan 68 dólares, que es apenas el 5%. A ello se llega deduciendo los gastos de producción que ascienden al 22% (310 dólares), los de estructura del 10% (143 dólares), los de exportación del 3% (38 dólares), y los correspondientes a la comercialización que sumaron el 15% (214 dólares). Como la carga tributaria se llevó la principal porción ya referida de 44,51% (621 dólares), es que así arribamos a la cuenta final que al productor sólo le quedó el reducido 5 por ciento.

¿Cuál es la conclusión a la cual se arriba? Pues, una de ellas, y que rebate cualquier otra clase de argumentación sobre este tire y afloje entre el gobierno y el campo, es que el el fisco lleva para sus arcas 9 veces más que el productor, que es quien pone el capital, el trabajo y el riesgo.

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