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Editorial Jueves 21 de Junio de 2018

Sobre política de tránsito

En la Argentina, durante el año 2017 murieron a causa de la inseguridad vial 7.213 personas, 628 de las cuales perdieron su vida en rutas y calles de ciudades santafesinas, según estadísticas de la Asociación Luchemos por la Vida.

REDACCION

Por REDACCION

Resulta difícil para cualquier Estado buscar un ordenamiento del tránsito si el grado de cumplimiento de las normas es bajo, si la cultura del respeto brilla por su ausencia. Para garantizar la seguridad vial se necesita una infraestructura adecuada en lo que hace a autopistas, rutas, calles, leyes u ordenanzas adecuadas y el compromiso de los ciudadanos, sean conductores de autos, camiones, motos o bicicletas, y los peatones para configurar un ecosistema saludable donde todo funcione bien, simplemente eso. 

En el caso de la Argentina, la Asociación Civil Luchemos por la Vida que se ocupa de la prevención de los accidentes de tránsito, señaló en sus estadísticas que durante el 2017 murieron a causa de la inseguridad vial 7.213 personas (son cifras provisorias), esto es 20 vidas que se apagan cada día y un promedio de 600 por mes. De esta cantidad, 628 murieron en las rutas o calles de ciudades de la provincia de Santa Fe. Además, durante el año pasado se calcula que en todo el país se registraron 120 mil heridos a raíz de los accidentes de tránsito y que las pérdidas ocasionadas rondan los 10 mil millones de dólares, según esta entidad constituida en 1990. 

En este marco, el presidente de Luchemos por la Vida, Alejandro Silveira, expresó el pasado 10 de junio cuando se conmemora el Día de la Seguridad Vial que la Argentina no ha logrado disminuir significativamente los muertos en el tránsito.

Al respecto, a pesar de que el Estado argentino asumió el compromiso internacional ante la ONU, como la mayoría de los estados del mundo, de disminuir durante el Decenio de Acción para la Seguridad Vial (entre 2011 y 2020), el número de muertos en un 50%, transcurridos ya siete años, de acuerdo a las cifras de Luchemos por la Vida, los muertos no disminuyeron significativamente, y según las últimas oficiales disponibles, estos aumentaron. Asimismo, consideró que no se aprecian avances sustentables en una política de Estado que acarreen una disminución significativa del número de muertos y heridos en el tránsito.

Para alcanzar las metas propuestas, el plan mundial propuesto por las Naciones Unidas promueve actividades claves a realizar en lo que denomina cinco pilares de acción para la Seguridad Vial. En tal sentido, uno de esos pilares es lograr usuarios de la vía pública más seguros, para lo cual se deben dar una serie de condiciones, como el uso permanente y generalizado de los cascos en ciclomotores, motocicletas y bicicletas, el uso permanente y generalizado de los cinturones de seguridad y sistemas de retención infantil en los demás vehículos automotores y el cumplimiento de los límites de velocidad,y también su reducción. Además, los conductores deben evitar el consumo de alcohol y/o drogas al volante y el uso del celular al volante, a la vez que otorgar la prioridad a los peatones.

De acuerdo a Luchemos por la Vida, la Argentina debe, para bajar la cantidad de muertos por la inseguridad vial, recorrer el camino de los países que lograron disminuir significativamente las víctimas en el tránsito. En esta lista incluye la necesidad de generalizar los controles eficaces en calles y rutas con sanciones efectivas a los infractores, implementar la educación vial sistemática y continua en escuelas primarias y secundarias, capacitando a los docentes, lograr la unificación nacional de un sistema de otorgamiento serio y responsable de las licencias de conducir, que incluya la licencia por puntos y capacitación a todos los conductores.

Además, destaca que es imprescindible incorporar a nuestro Código Penal los delitos contra la Seguridad Vial, para imponer penas de prisión para los transgresores muy graves.

Pero no son las únicas tareas pendientes, según la entidad. Una de ellas es lograr vías de tránsito más seguras por medio del mejoramiento de la infraestructura vial para la seguridad vial de todos los usuarios, en especial, los más vulnerables como lo son peatones, ciclistas y motociclistas, población con creciente y mortal siniestralidad. También poner en la calle vehículos más seguros avanzando en la obligatoriedad legal de la inclusión, en cada tipo de vehículos, de las nuevas tecnologías de seguridad pasiva y activa para la reducción de siniestros, como en los países más seguros. "Se trata, en síntesis, de hacer lo que hay que hacer para salvar las 20 vidas que se pierden cada día en el tránsito", afirma con sentido común el propio Silveira. 






 

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