Situación demográfica

Por Redacción

Según el informe titulado "El estado de las ciudades en América Latina", difundido por las Naciones Unidades Hábitat, el programa de esa organización internacional dedicado a los asentamientos humanos, pone al descubierto los importantes contrastes que se dan en la región, considerando en sus conclusiones como positivo el proceso de urbanización, aún con la salvedad formulada respecto a las degradaciones del medio ambiente.

Es que la América Latina rural esta descendiendo a niveles alarmantes, ya que en los últimos 60 años el 80% de los habitantes vive en ciudades, quedando expuestos en gran parte debido a estos procesos desordenados, a situaciones muy complicadas en cuanto a sus posibilidades de desarrollo humano. Justamente, esto viene dándose a pesar que la riqueza proviene en dos tercios de la producción de la tierra y el subsuelo, mientras que en los grandes centros urbanos se produce el tercio restante, consistente en los sectores de industria y servicios.

De acuerdo del modo en que vino dándose todo este proceso de traslado inmigratorio hacia los grandes centros urbanos en estos últimos 60 años, se llega a una proyección que da cuenta que en 2050 la proporción de habitantes en las ciudades será del 90%, aunque en la parte sur latinoamericana, es decir, donde se encuentra la Argentina, esa tasa podría llegar a concretarse muchísimo más rápido, a partir de 2020. 

Es por esas razones que las grandes ciudades siguen creciendo a ritmo acelerado, a veces más rápidamente que sus poblaciones, consecuencia de una ocupación horizontal y extendida de los terrenos urbanos, aunque en ese sentido Hábitat de Naciones Unidas se ha pronunciado decididamente en favor de la ocupación vertical, con lo cual se lograría el objetivo de limitar la extensión geográfica y se aumentaría la densidad demográfica de las ciudades, con menores dificultades.

Dos aspectos que aparecen como los grandes problemas de los conglomerados urbanos son la desigualdad y la violencia, ya que además en Latinoamérica las grandes ciudades son las más inequitativas y muchas veces las más peligrosas del planeta, haciéndose mención a la fractura urbana que existe en muchas de ellas, citándose como ejemplo a Río de Janeiro, donde conviven el asfalto (zonas residenciales) con los morros (favelas en las que vive la gente más pobre).

El informe da cuenta que sobre una población total de 558 millones que tienen los países de América Latina, son 111 millones los que viven en asentamientos de emergencia, estimándose que el déficit de vivienda afecta a 50 millones de hogares. Se destaca que la erradicación de las villas miseria corriéndolas hacia la periferia no constituye una solución, ya que de esa manera se aleja a sus habitantes de sus lugares de trabajo y de las infraestructuras modernas. También se da cuenta en este apartado, que a pesar de todos los programas de asistencia y ayuda que se han puesto en práctica en las últimas décadas, hay al menos 122 millones de habitantes en las ciudades que viven en situación de pobreza, y que además, la carencia de cobertura social que origina la economía informal, afecta de modo especial a los jóvenes y las mujeres.

En cuanto a la violencia, en zonas urbanas controladas por el crimen organizado y por los narcotraficantes, ilustra la complejidad que conforma el problema de la inseguridad, siendo para la mayoría de los latinoamericanos el principal de los problemas que enfrentan, siendo los más pobres los más afectados. También en nuestro país, desde hace muchos años, la inseguridad aparece a la cabeza de los problemas en todas las encuestas.

Hay en América Latina 16.000 grandes ciudades, entre las cuales existen megalópolis de más de 5 millones de habitantes, un creciente número de ciudades medianas que se encuentran en plena expansión, además de otras más pequeñas que también crecen aceleradamente.

El informe también destaca un perfil optimista, estimando que América Latina está tomando otro rumbo el encaminarse hacia un ciclo de transición urbana destinado a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de esas grandes conglomeraciones urbanas. Uno de los aspectos que se analiza es que los latinoamericanos cuentan con una ventaja al tener una población activa mayor a la cantidad de niños y personas ancianas, lo cual tendrá una marcada influencia en los próximos 30 años.