Por REDACCION
A pesar de que en numerosos países se estén administrando vacunas contra el COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que este año no se alcanzará la inmunidad de rebaño.
"No vamos a alcanzar ningún nivel de inmunidad de la población o inmunidad de rebaño en 2021", declaró Soumya Swaminathan, jefa de científicos de la OMS, en una rueda de prensa, insistiendo en la necesidad de mantener las medidas de higiene, de distanciamiento y el uso de mascarilla.
Swaminathan destacó el "increíble progreso" de la comunidad científica global para desarrollar numerosas vacunas en todo el mundo, algunas de las cuales ya se están aplicando en forma masiva, pero dejó en claro que producir las dosis y administrarlas a toda la población es un proceso largo.
"Lleva tiempo producir las vacunas en escala, no estamos hablando apenas de millones de dosis sino de miles de millones", al tiempo que le pidió a la gente, que se encuentra expectante ante la posibilidad de recuperar la normalidad tras un año de pandemia, "que sea paciente".
La jefa de científicos de la OMS señaló que "las vacunas finalmente llegarán a todos los países, pero mientras tanto no tenemos que olvidar las medidas para contener el COVID-19 que funcionan".
Por lo tanto será necesario seguir con las medidas actuales de distanciamiento social para prevenir la transmisión "al menos por el resto de este año", sostuvo Swaminathan.
Hasta ayer se habían registrado 90.604.773 contagios y 1.939.488 muertes por la pandemia en todo el planeta, de acuerdo al monitoreo que viene llevando a cabo la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos.
Los primeros contagios fueron confirmados en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, en China, y a partir de esa fecha, el nuevo coronavirus se diseminó por todo el mundo, dando inicio a una pandemia que persiste en la actualidad y generó largos períodos de cuarentena y distanciamiento social estrictos.
La enfermedad resultante por el contacto con el virus SARS-CoV-2, altamente contagioso, golpeó con mayor fuerza a los mayores de 60 años y a las personas con problemas médicos preexistentes, siendo sus principales síntomas la fiebre alta, pérdida del olfato y el gusto, insuficiencia pulmonar y cansancio corporal, aunque muchos otras señales han sido relacionadas con la infección, que en sus cuadros más graves genera usualmente neumonía.
Dentro de la extrema complejidad que representa el coronavirus, se destaca lo que sucede en Israel, que está avanzando a un ritmo muy veloz en el camino de vacunar a toda su población contra el COVID-19.
Hasta el momento unas dos millones de personas, el 20% de sus residentes, ya recibieron la primera dosis de la vacuna en menos de tres semanas.
¿Cómo pudo Israel establecer un mecanismo de vacunación tan eficiente? ¿Por qué recibió millones de dosis cuando países como Estados Unidos, Alemania, Reino Unido o Francia, no solo no recibieron tantas, sino que ni siquiera logran aprovechar al máximo los lotes recibidos?
Durante el fin de semana se dio a conocer que como parte del acuerdo entre la empresa Pfizer e Israel, a cambio de las millones de dosis de vacunas, el estado proporcionará al laboratorio el acceso a numerosas bases médicas de datos con información sobre las personas que reciben la vacuna.
Israel, en efecto, acordó funcionar como un lugar de experimentación global y todos los hallazgos sobre su público se utilizarán para determinar estrategias de vacunación en otros países y ayudar a la prestigiosa compañía a avanzar en la investigación de vacunas contra el coronavirus, además de otros medicamentos y tratamientos.
La respuesta a esto está basada en la historia del sistema de salud israelí. El país almacena los registros médicos de sus habitantes, desde el momento que nacen hasta que mueren.
Los ciudadanos israelíes están obligados por ley a comprar un seguro médico de uno de los cuatro grandes proveedores de atención médica pública para que, de esa manera, cada bebé que nazca en el país y cada inmigrante que llegue, tenga un registro médico que incluya todas las vacunas que se les administraron, las enfermedades que padecieron, los procedimientos a los que fueron sometidos, cada medicamento que se les recetó, una lista de alergias y sensibilidades.
Los datos confiables y de alta calidad son una materia prima muy valiosa. En el estado actual de la atención médica, quienes poseen esos datos, configuran una parte clave del proceso, ya que son los que proporcionan la base para que pueda desarrollarse una estrategia segura en la elaboración de nuevos medicamentos y tratamientos.
Los avances logrados, tanto en los campos de la inteligencia artificial, como en el aprendizaje automático, durante la última década configuran una revolución en la atención médica digital.
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.