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Editorial Martes 4 de Julio de 2017

Siempre el gasto

Las cuentas públicas siguen descarriadas. Dicen que luego de los comicios podrían venir las correcciones.

REDACCION

Por REDACCION

Si hay algo en lo que todos coinciden, tanto oficialismo como la mayor parte del arco opositor, es que se debe poner freno al déficit del gasto público, pues de lo contrario todo está enfilado hacia un nuevo crack, más allá de quien gobierne, de ideologías o de promesas sin sustento. Claro, que en estas instancias previas de la contienda electoral, es poco probable que se escuchen voces coincidentes, pues en realidad todos lo que buscan es tratar de obtener alguna ventaja que les permita arrimar sufragios a sus nucleamientos.

La situación es realmente complicada, pues luego de un año y medio el actual gobierno no pudo ponerle freno al gasto y más aún, lo incrementó notablemente, recordándose que se viene de un ciclo anterior como el kirchnerista, que había dejado un desmadre del gasto, incluso habiendo tenido ingresos excepcionales durante buena parte de su gestión, especialmente en la primera mitad del ciclo.

En el quinto mes del año las cuentas públicas registraron un rojo de 44.000 millones, significando un 84% respecto a los 24.000 millones de mayo del año pasado, aun cuando debe dejarse constancia que si bien el gasto se elevó desmedidamente por las cifras destinadas a la cobertura social -aún así se endilga al gobierno de administrar en favor de los ricos-, el gran incremento lo provocó el pago de intereses de la deuda, sumando 16.000 millones. Intereses que fueron subiendo exponencialmente porque el país en la primera parte de 2016 estaba en default, sin salir a los mercados. Razón por la cual el año pasado de enero a mayo se pagaron intereses por 37.000 millones, mientras que este año en igual período se debieron abonar 76.000 millones, es decir, el doble.

De todos modos el déficit primario de mayo, sin contar los intereses de la deuda, fue algo superior a los 27.000 millones, nada menos que 127% por sobre el déficit de 12.000 millones del año anterior. En este caso la explicación es más que sencilla: los ingresos crecieron 14,5% y los egresos 23,6%, quedando a la vista la enorme diferencia entre ambos rubros.

El ejemplo, para hacerlo mucho más entendible, aunque sea más que claro, es sin la complejidad del caso, aplicarlo al presupuesto de una familia. Es que donde hay un ingreso de 20 y se gasta 30, dificilmente se pueda seguir adelante mucho tiempo, pues cuando se termina la posibilidad del fiado, del endeudamiento o de cualquier otra artificialidad alejada de la realidad, no existe otra chance que caer en cesación de pagos. Terminología esta aplicable al país, pero en el caso familiar, simplemente reducir drásticamente los gastos y volver a empezar de nuevo -en otras condiciones de vida muy distintas-, siempre y cuando se tenga la ocasión de hacerlo.

En estos primeros cinco meses del año el déficit acumulado asciende a 87.000 millones, recordándose que la meta para todo el año es 4,2% del PBI, por lo cual se marcha en sentido correcto para cumplir esa pauta, incluso calculándose en el Ministerio de Hacienda que es muy probable de poder cerrar el año con 4 puntos de déficit, mejor en un 0,2% de lo previsto en los cálculos presupuestarios.

Respecto a las erogaciones de las arcas fiscales, están encabezadas por las jubilaciones y pensiones con 39% y obras consistentes en rutas, viviendas y cloacas con 38%, mientras que los gastos de capital se expandieron en mayo 15%, explicándose que eso sucedió en virtud de haberse equilibrado los envíos a los ministerios.

Echando la vista atrás, desde comienzos del presente año, el déficit fiscal que creciendo mes a mes hasta abril, con 5.500 millones en enero, 30.000 en febrero, 35.000 en marzo y 50.000 millones en abril, completándose con los 44.000 de mayo, quedando a la vista que aún siendo muy elevado fue la primera vez que el gasto estuvo en retroceso.

La situación es evidentemente compleja, pues al menor atisbo de un recorte de gastos, el sector alcanzado inmediatamente reacciona generando movilizaciones, medidas de fuerza, piquetes y todo el caos que genera esta clase de actos. Por otra parte, aún queda por delante otro ajuste de tarifas y un recorte de subsidios, todo lo cual también es probable que venga aparejado con una reforma tributaria, indispensable para el ordenamiento de las cuentas.

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