Sida en retroceso

Por REDACCION

Hay muy buenas noticias sobre el sida, pues así se deja constancia en el informe oficial anual del Programa de las Naciones Unidas contra el Sida (ONUSIDA) recientemente difundido desde la ciudad suiza de Ginebra, dando cuenta que durante 2013 la cantidad de infectados con el virus VIH descendió a 2,1 millones de casos. 

Desde el registro de 2001 de 3,4 millones de nuevos infectados, época en la cual cada año esa cantidad iba en ascenso, se inició un mayor control y prevención que fue generando una estabilización a partir de 2005 y de ahí en adelante la baja de nuevos infectados, que el año pasado quedó en la esperanzadora cantidad de 2,1 millones. Tanto es de esa manera que los integrantes del Programa sostienen que "el fin de esta epidemia es posible", mostrando un marcado optimismo en que la enfermedad podría quedar controlada en 2030.

Un aspecto muy positivo del avance logrado el año pasado fue el haber logrado significativos progresos en reducir los contagios en los menores, ya que durante 2013 resultados afectados con el virus 240.000 chicos, mientras que diez años atrás eran 580.000. Una de las razones que más influyó para que eso sea de tal manera fue la mayor disponibilidad de medicación antirretroviral para mujeres embarazadas con VIH, de manera especial en países africanos como Malawi, Ghana y Namibia, que son las regiones del mundo más afectadas por la enfermedad, estimándose que desde 2009 se ha logrado evitar el contagio de 900.000 niños.

También es positivo que haya aumentado la cantidad de personas que están recibiendo el tratamiento correspondiente para controlar o curar la enfermedad, ya que en 2013 fueron 13 millones los afectados que recibieron atención terapéutica a nivel mundial, frente a los 10,6 millones de personas que hubo en similares condiciones en 2012. Se trata de un claro indicativo, en el sentido que no es que está aumentando la cantidad de enfermos, sino que directamente son más los que se tratan.

Además, se mantiene la baja de la cantidad de muertos por causa del sida, lo que viene sucediendo desde 2005, año en el cual se registró la mayor cantidad de desenlaces fatales con 3,4 millones, en cambio el año pasado ese número fue de 1,5 millón de personas, habiendo sido la reducción del 35%. Se piensa que esta tendencia no sólo se mantendrá sino que será afianzada, por los buenos resultados que ofrece la combinación de la prevención y los cada vez más eficaces tratamientos.

De todos modos, y aún con todo este registro de datos positivos, el desafío que aún queda por delante es grande, suponiendo entonces que queda una importante lucha por librar, la que debe darse en todos los flancos si es que se pretende llegar a esa meta de 2030 con la enfermedad bajo absoluto control. Es que, por ejemplo, de los 35 millones de individuos infectados que hay en el mundo en este momento, solamente 19 millones son plenamente conscientes de su situación, y de ellos ascienden a 13 millones los que reciben el tratamiento antirretroviral completo y por lo tanto adecuado.

En América latina la cantidad de enfermos de sida está estimada en 1,6 millón de personas, hacia fines de 2013. Alrededor del 75% de esa cantidad estaba centralizado en estos cinco países: la Argentina, Brasil, Colombia, México y Venezuela. Un dato a tener en cuenta es que un tercio de los nuevos infectados en esta región del mundo está incluida dentro de la franja etaria de 15 a 24 años. Pero lo importante es que Latinoamérica continúa sosteniendo un muy buen posicionamiento en cuanto a la cobertura y atención de los enfermos.

En cuanto a nuestro país propiamente dicho, con datos actualizados a octubre del año pasado, tenemos que hay 110.000 personas que tienen VIH -de las que sólo el 60% está recibiendo el tratamiento correspondiente- enfocándose la mayor cantidad entre los 15 y 49 años, siendo mujeres 32.000 de los casos. Los nuevos infectados de cada año ascienden a 5.500 y las muertes anuales son 1.500.

Y para cerrar con una estadística de nivel mundial, digamos que el contagio de niños cayó un 24% entre 2009 y 2013, constituyendo una cifra generadora de esperanza.