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Editorial Jueves 5 de Agosto de 2021

Semana de Lactancia Materna

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REDACCION

Por REDACCION

Teniendo salud, todo lo demás se arregla. La frase resulta un lugar común, pero de tan común es que muchas veces perdemos el foco en la importancia de estar bien, tanto física como emocionalmente. Y la pandemia de Covid ha dejado en evidencia, al extremo, lo frágil que puede ser nuestra salud obligando además a revisar todo lo que podemos hacer para fortalecer nuestro sistema inmunitario para mejorar su capacidad de respuesta frente a las amenazas, como la que padecemos desde el año pasado a escala global. 

La lactancia materna constituye, sin lugar a dudas, la primera estación para crear una línea de defensa contra las enfermedades a lo largo de la vida y de esa manera mantener nuestro bienestar general. En este marco, del 1 al 7 de agosto se celebra en más de 170 países, entre ellos la Argentina, la Semana Mundial de la Lactancia Materna, con el fin de concienciar a la población de los múltiples beneficios y ventajas que supone para el bebé, alimentarse exclusivamente con leche de su mamá. La fecha recuerda la Declaración de Innocenti de 1990 que establecía como meta para la salud que todos los niños pudieran ser amamantados hasta los seis meses y exhortaba a los países a reforzar la lactancia materna.

Este año, la Alianza Mundial para la Acción sobre Lactancia Materna (WABA, por su sigla en inglés) ha seleccionado el lema "Proteger la lactancia materna: una responsabilidad compartida" para pensar esta práctica como un hecho cultural y colectivo en el que debe involucrarse toda la sociedad para garantizar los derechos de niños y niñas a ser amamantados. Es que el embarazo y la lactancia son un momento especialmente vulnerable para las mujeres trabajadoras y sus familias. Las mujeres embarazadas y lactantes requieren protección especial para prevenir daños a su salud o a la de sus bebés, y necesitan tiempo suficiente para dar a luz, recuperarse y amamantar a sus hijos. Al mismo tiempo, también necesitan protección para garantizar que sus puestos de trabajo no se vean amenazados por el embarazo o la licencia de maternidad.

Para poder sostener la lactancia es necesario el acompañamiento de la pareja, la familia y todo el entorno. A su vez, los ámbitos de trabajo deben adecuarse y propiciar ambientes que contribuyan a esta tarea. A través de leyes y políticas públicas, el Estado también cumple un rol fundamental en garantizar los derechos de las personas a amamantar y ser amamantadas. En la Argentina existe un amplio cuerpo normativo vigente, como la Ley N° 26.873 de Lactancia Materna o la "Ley de los 1000 días", que ofrece acompañamiento y asistencia en el embarazo y durante los primeros tres años de vida de los niños y las niñas a todas las personas gestantes que no cuenten con los recursos necesarios.

En nuestro país, la prevalencia de lactancia al momento del nacimiento es de más de un 95%. Sin embargo, a los 6 meses, la lactancia exclusiva se reduce bruscamente y se ubica alrededor del 40%. Según datos relevados en 2018 de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, 1 de cada 10 lactancias se pierden por motivos relacionados al regreso laboral.

El Ministerio de Salud de la Nación destacó que, con el fin de seguir avanzando en la ampliación de derechos, algunas provincias ya cuentan con leyes que extienden el tiempo de las licencias de trabajo. Además se promocionan y fortalecen los Espacios Amigos de la Lactancia en los ámbitos laborales para que el fin de la licencia por maternidad no se convierta también en el fin de la lactancia.

Se insiste que la lactancia es beneficiosa tanto para el bebé como para la persona que amamanta. En lactantes, baja la incidencia de infecciones respiratorias y de diarrea, reduciéndose el riesgo de hospitalización por ambas patologías en un 57% y 72%, respectivamente. A largo plazo, también se observa que disminuye en 26% el impacto del sobrepeso y de 35% en diabetes tipo 2. A su vez, la lactancia brinda una oportunidad de reforzar el apego, con beneficios para el desarrollo infantil.

Según WABA, la lactancia materna podría ayudar a salvar la vida de 820 mil recién nacidos en todo el mundo, además de 20 mil muertes maternas. En la Declaración conjunta de Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de UNICEF, y del Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, se afirma que la iniciación de la lactancia materna en la primera hora del nacimiento, seguida de la lactancia materna exclusiva durante seis meses y la continuación de la lactancia materna hasta los dos años o más, ofrecen una sólida línea de defensa contra todas las formas de malnutrición infantil, incluidas la emaciación y la obesidad. La lactancia materna también se puede considerar como la primera vacuna de los bebés, ya que les protege contra muchas enfermedades comunes de la infancia.





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