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Editorial Domingo 5 de Febrero de 2017

Ruta de la muerte

La ruta nacional 34 es una de las más peligrosas de la Argentina y sigue sumando muertos.

Redacción

Por Redacción

Los accidentes con víctimas fatales se siguen produciendo ininterrumpidamente, haciendo valer el calificativo de "ruta de la muerte", que lamentablemente tiene esta carretera que con 1.488 kilómetros de traza se encuentra estrechamente ligada a nuestra ciudad, pues como una especie de "tajo" cruza la zona urbana de sur a norte, y viceversa, por el sector oeste de la zona urbana. Y que además, en sus 400 kilómetros que cuenta en la provincia de Santa Fe desde su origen en la ciudad de Rosario, cruza de sur a norte el departamento Castellanos, justamente uno de los lugares más transitados de esta ruta con 8.000 vehículos diarios -cerca de la mitad de ellos de transporte pesado-, lo cual la convierte en sumamente peligrosa.

Justamente en este tramo de Angélica a Sunchales, es donde está construyéndose la autovía, lo cual con dos carriles de circulación por lado, traerá un enorme alivio cuando se encuentre concluido, lo cual se estima puede demandar todavía dos años. Pero claro, tomando todo el escenario de esta ruta que además de aquél calificativo trágico es también llamada "ruta de la producción" pues por la misma baja gran parte de la producción del norte argentino hacia el puerto de Rosario, cabe preguntarse ¿qué son 60 kilómetros de autovía en un total de 1.488 kilómetros? Algo insignificante, aunque favorezca a nuestra región y en especial a Rafaela, pues también la obra incluye la "variante", tal como se denomina a la circunvalación que por el oeste permitirá evitar el cruce de la zona urbana, favoreciendo aún más a esta ciudad, pues el tramo refuncionalizado de casi 8 kilómetros adquirirá la fisonomía propia de una avenida, una vez despojada del tránsito pesado.

Existen algunas estadísticas que ubican a la ruta nacional 34 entre las peores de la Argentina en cuanto a la cantidad de accidentes, y también por los muertos de tales siniestros. Uno de esos relevamientos en toda su traza que pasa por las provincias de Santa Fe, Tucumán, Santiago del Estero, Salta y Jujuy, comprendiendo 5 años entre 2004-2008, daba cuenta de 358 víctimas fatales.

Otro de los tramos realmente peligrosos es entre la salteña Rosario de la Frontera y su punto terminal jujeño en Salvador Mazza, donde en 2013 hubo 222 muertos, en 2014 se registraron 114 y en 2015 se bajó a 110, aunque constituyendo una cifra alarmante.

La cantidad de vidas lamentablemente perdidas, con todo lo que eso significa para grupos familiares destrozados y sus consecuencias de dolor que quedan instaladas por el resto de la vida, es realmente impresionante. De vez en cuando, aunque demasiado seguido, se reavivan todos estos conceptos y estos reclamos, cuando vuelven a producirse siniestros de alto impacto, como el sucedido el miércoles pasado a la altura de San Martín de las Escobas, ocasión en que perdieron la vida los 5 integrantes de una familia de nacionalidad boliviana, tras estrellarse el vehículo en que se movilizaban contra un camión. 

Es cierto, y lo reiteramos, que se aliviará la situación en este sector del departamento Castellanos desde Sunchales a Angélica, en esos 73 kilómetros, una vez que se concluyan los trabajos de la autovía, y que también buena parte del resto está en proyecto de reformulación. Por ejemplo se tiene pensado seguir luego con nuevas etapas para que desde Angélica a Rosario se extienda la autovía, lo que será un enorme paso adelante; y además, desde Sunchales hacia el norte se anunció oportunamente el ensanchamiento de la franja asfáltica, la construcción de puentes y accesos a las localidades, con otras obras paralelas que otorgarán un margen de seguridad mucho más importante, aunque en realidad, la aspiración que se tiene es que toda la traza hasta Salvador Mazza sea autovía.

Esa pretensión es lo menos que se puede tener en un país donde los impuestos y recargos son tan elevados en materia de combustibles, con el presunto destino de construir y mejorar carreteras, aunque habitualmente reservándole a esos cuantiosos fondos otro destino. 

No sin una importante cuota de ironía, alguien sostuvo en una oportunidad que si todos los impuestos destinados para hacer caminos se hubiesen destinado a eso, es probable que hoy la Argentina tendría totalmente pavimentados hasta los caminos rurales.


 

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