Por REDACCION
China volvió a crecer este año como en los mejores tiempos, sosteniéndose en la expansión del consumo interno, que en estos primeros seis meses fue a razón del 64,5% del PBI, y también en la suba del sector servicios, representando más de la mitad del aumento del producto, nada menos que 12 puntos por sobre la producción manufacturera. Esta fue la consecuencia de haber crecido la actividad 6,9% en el primer trimestre y 6,7% en el segundo, trasladándose a un ingreso per cápita de 7% anual. Consecuencia, los chinos de clase media hacia arriba nunca estuvieron tan bien como ahora, pues por primera vez una economía en crecimiento está trasladando los beneficios a la gente, aunque todavía tiene pendiente extender esa situación a los más carenciados, especialmente en las regiones rurales -cada vez más despobladas por otra parte-, ya que allí no se nota nada esta explosión productiva.
Claro que deben ampliarse algunas explicaciones ya que no todo es tan lineal y sencillo, pues si bien es la demanda interna la que sostiene la expansión de manera casi excluyente, debe decirse que viene también acompañada por una caída del superávit de cuenta corriente del 1,8% del producto, lo que significa un aporte casi nulo al PBI. Cabe también destacar que el cambio cualitativo de la economía china es que el 77% de su crecimiento es debido a la suba de la productividad de todos los factores, una situación a la cual se llega por la determinante participación de todos los sectores asistidos por nuevas tecnologías, donde hubo un crecimiento de 15,3% en el primer trimestre, representando una participación superior a 10 puntos trasladados al PBI.
Pero además, según un análisis realizado por el especialista Jorge Castro, todo lo hasta aquí puntualizado estuvo acompañado por una expansión de 22,6% en la inversión en los nuevos espacios de tecnología de punta, quedando claramente reflejado en los 950.000 pedidos de patentes internacionales.
Párrafo aparte merece el despliegue de ventas desde plataformas del comercio por la red internet, como Alibaba, Tencent, Baidu) que contabilizaron ventas por 3,8 billones de dólares en 2016, con un crecimiento de 19,8% anual y habiendo llegado a 467 millones de personas usuarias de sus sistemas.
En la última década el PBI chino se duplicó, llegando ahora a 11,4 billones de dólares constantes, donde queda claramente explicado el fenómeno chino de estos últimos años, ya que dentro de una perspectiva estable, la tasa de expansión promedio desde 2009 fue de 6,5% anual, en tanto que el saldo neto de cuenta corriente que era de 11% del producto en 2007, baja de manera constante acercándose a cero. Un dato contundente y que también explica todo este desarrollo: el nivel de inflación anual es de 1,9%.
Queda aún por resolver el problema de la pobreza extrema que es del 4% de la población, sumando 53 millones de individuos, lo cual se espera tener resuelto para 2020, un panorama que debe compararse con 1978, cuando China tenía 840 millones de pobres. Allí fue cuando comenzó a cambiar la historia, ya que Deng Xiaoping salió del sistema comunista volcándose al capitalismo.
Lo decisivo para este cambio, especialmente en estos últimos años, además del uso de la más avanzada tecnología, es que China lidera una nueva "revolución" industrial que está modificando a la manufacturera y servicios del capitalismo avanzado, haciéndolo esencialmente desde el uso de la inteligencia artificial. Un tema del cual ya nos hemos ocupado en comentar en esta misma sección.
El desarrollo chino fue sinónimo de convergencia estructural con Estados Unidos en los 39 años transcurridos desde 1978 con un alza de productividad e ingreso per cápita por sobre el nivel estadounidense. Un dato muy revelador: hoy la inteligencia artificial china es 50 veces superior a la norteamericana.
Desde 2009 han sido creadas en China 50 millones de empresas, de las cuales el 57% corresponden a distintas formas de altas tecnologías, lo que fue posible ya que hoy en China hay 170 millones de graduados universitarios y van agregándose a razón de 13 millones por año. Lo que se está buscando es convertir la fuerza de trabajo de 900 millones de operarios en un universo de emprendedores de la sociedad del conocimiento.
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