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Editorial Martes 8 de Septiembre de 2020

Responsabilidad social

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REDACCION

Por REDACCION

Como la cuarentena establecida por la pandemia de Covid 19 está próxima a los seis meses y los resultados deficientes de la misma se encuentran a la vista, es que produjo un hartazgo más que significativo en la población, que además debe soportar las dañinas consecuencias de la afectación experimentada por una economía que es cierto venía sumamente deteriorada, por lo cual se advierte un claro desentendimiento de ajustarse a los normas determinadas por el aislamiento. Esto sucede, exactamente cuando más habría que estarse cuidando, ya que es justo por estos días cuando en Rafaela están registrándose la mayor cantidad de personas afectadas.

La gente viene con una pesada carga sobre sus espaldas, y también con un deterioro espiritual muy pronunciado, pero es ahora el momento cuando más se requiere que aparezca en toda su dimensión la responsabilidad social, en todos sus niveles y sin excepciones de ninguna naturaleza.

Se han venido registrando numerosas de las denominadas "fiestas clandestinas", sólo 5 de ellas comprobadas el fin de semana anterior, y quizás cuantas otras más que no fueron denunciadas, ya que las referidas intervenciones por parte de las autoridades se produjeron en virtud de denuncias de vecinos sobre la realización de esta clase de eventos no autorizados. Sobresaliendo además, como dato muy contundente que no debe pasar desapercibido, que en casi todos los casos los participantes fueron personas jóvenes, de las cuales 37 fueron trasladadas a dependencias policiales para dejar constancia de las infracciones cometidas y las posibles sanciones que puedan ser aplicadas.

Lo mencionado respecto a los adultos jóvenes que incumplen las normas establecidas constituye una situación de muy elevado riesgo, que podría provocar un verdadero descalabro en la perspectiva sanitaria de la ciudad, de por sí muy endeble. Es que de darse positivos en esa clase de celebraciones, no sólo de debería proceder al aislamiento individual sino también proceder con el seguimiento de todos quienes mantuvieron cercanía, como así también sus familiares, lo que podría llevar a una situación muy precaria de todo el sistema sanitario, y por supuesto, obligar a retroceder en cuanto a las medidas de cuarentena y restricción de actividades, con todo el perjuicio que ello constituye, tal como aconteció con los cinco departamentos del sur de la Provincia, donde los casos de coronavirus han tenido una explosión muy importante.

También se alude, y es verdad aunque sólo a medias, que las personas más jóvenes tienen mucho menores chances de sufrir daños severos e incluso la muerte -aunque también las hubo-, pero lo que debe también ser tenido presente es que ellos pueden constituirse en vehículos de contagio con sus propios familiares, o círculo de personas allegadas. Es por esta razón humanitaria, además de las legales que lo impiden, que se exhorta al ejercicio de la máxima responsabilidad social a todo el conjunto de la sociedad, ya que el Covid 19 está justo ahora en su máximo nivel de contagio y afectación.

Es verdad que puede existir un cierto nivel de confusión con todo esto que nos está ocurriendo, y es comprensible que así suceda, ya que las informaciones en oportunidades que cada vez más van repitiendo, no son lo suficientemente claras y precisas, en especial desde el gobierno nacional, donde la pandemia ha experimentado una politización inadmisible. El propio presidente Alberto Fernández, quien se soslayaba con la imposición de la cuarentena cuando la misma lo hacía crecer en las encuestas y comparaba a la Argentina con otros países -aunque la realidad lo haya desmentido luego en todos los casos-, ahora que la cuarentena fracasó pues tenemos récord de contagios y muertes y la economía prácticamente destruida, asegura que la cuarentena no existe y se cuida de siquiera pronunciar esa palabra. Entonces ¿en qué quedamos?, si la cuarentena no existe según el propio presidente, la gente sale,no sólo en tren de esparcimiento sino para procurarse los necesarios recursos para su supervivencia.

En el cierre insistimos, existe imperiosa necesidad que aquí en Rafaela se cumplan las disposiciones vigentes y que absolutamente todos contribuyamos para hacer este pesado aislamiento lo más llevadero posible.

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