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Editorial Jueves 10 de Julio de 2014

Recesión y empleo

La recesión económica que viene desde fines del año pasado, tiene efectos negativos sobre el mercado laboral, en el cual se advierte una fuerte declinación.

REDACCION

Por REDACCION

La recesión está instalada desde fines del año pasado, y ahora, mejor dicho desde hace varios meses, está haciendo sentir cada vez más sus fuertes efectos negativos, siendo uno de los sectores donde impacta con mayor poder el mercado laboral. Es que además de los despidos que van produciéndose, muchas veces ocultados bajo ciertas formas legales, se suman las restricciones de todo tipo, con eliminación de horas extra, suspensiones y recorte absoluto de adicionales, y si bien no existen estadísticas directas, ya que como siempre se trata de disimular la situación o directamente ignorarla, con sólo enterarse de las noticias es suficiente para hacerse de una imagen del deterioro que se extiende con rapidez sobre todos los sectores.

Concretamente, en el trabajo, se obtienen datos de aproximación por  lo que viene sucediendo con la recaudación y contribuciones patronales, que reflejan la perspectiva creada tras los aumentos salariales inferiores al nivel inflacionario, la reducción de la cantidad de aportantes y la caída de las horas extra trabajadas. Yendo a los números concretos, según algunos organismos privados que realizan relevamientos laborales, en el primer trimestre de este año la cantidad de ocupados formales cayó en unos 150.000 puestos de trabajo.

En cuanto a las perspectivas, el mismo INDEC con referencia a la construcción y la industria, dos sectores clave dentro del andamiaje laboral, dan cuenta que la mayoría de las empresas no incrementará sus plantillas laborales y que por el contrario tienen previstas reducciones laborales en todos los planos, siendo una cantidad mínima las plantas que tienen previsto incrementar sus dotaciones.

Dentro de una expectativa negativa, los operarios y el personal eventual o tercerizado aparece como el de mayor grado de afectación en sus condiciones laborales, en tanto que en el análisis del futuro inmediato, en todas los casos se acentúa la tendencia negativa.

Es que más allá de la evolución habitual que se produce dentro de las dotaciones de personal, la mayoría de las empresas están aplicando medidas que apuntan a tratar de prevenir una retracción en la generación de empleo, revelando algunas encuestas que en lo que resta del año se profundizarán las medidas destinadas al recorte de horas extra, duplicando lo que sucedía en enero pasado, además de las prescindencia de personal contratado. Lo cual marca claramente el retroceso que se viene produciendo en el mundo del trabajo.

Otro aspecto fundamental y que no hace otra cosa que profundizar la recesión es la falta de inversiones de las empresas, que resta posibilidades de una pronta recuperación, agregándose a la caída de las inversiones de capitales del exterior, lo que termina por conformar un escenario decididamente negativo. En este último caso, el impacto viene de lejos, debido a la inestabilidad de las reglas de juego, habiendo tenido un efecto negativo tremendo desde mediados de 2011 cuando comenzó a imponerse el cepo sobre las divisas extranjeras.

El empleo formal privado se encuentra estancado desde hace prácticamente dos años en poco más de 6 millones de trabajadores, con un retroceso de 0,3% en el último año. Si cuando el empleo no crece es malo, no debe esforzarse la imaginación de cuáles son los efectos cuando además de no crearse nuevos trabajos se produce una caída de la cantidad de empleos. 

La contracara ocurre en el sector público donde el empleo vino aumentando a razón de 2,5% por año, con lo cual se alimenta aceleradamente un círculo vicioso, pues mientras el trabajo privado que es el que sostiene al sector público con sus aportes, en este último se sigue incorporando personal que no hace otra cosa que incrementar el gasto público, realmente asfixiante para todo el conjunto de la economía y la actividad productiva.

Uno de los sectores más afectados por la recesión es la construcción, que hace 5 meses consecutivas que ve disminuir la cantidad de trabajadores, alcanzando un total del 3% y habiendo quedado a fines de abril 328.216. Si retrocedemos algo más, tomando 2008 como referencia, tenemos que la caída ha sido desde entonces 11%, quedando plasmado que aún habiendo crecido la economía en todos esos años anteriores, el trabajo no lo hizo en igual proporción, ni mucho menos habiendo dado la suficiente sustentabilidad, ya que ante la aparición de los inconvenientes, surgidos casi todos ellos por la inflación, los problemas parecen ser poco menos que imposibles de solucionar.

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