Recaudación y soja

Por Redacción

El mes de julio registró una buena recaudación fiscal, sostenida por un 28% que le permitió a la AFIP, y especialmente al gobierno, mostrar números muy positivos, aunque en realidad ello ocurre si se toma el nivel inflacionario del INDEC, pero en cambio tomando como comparación la inflación real, que casi todas las consultoras privadas y también las pocas provinciales que quedan dentro del sistema, estiman entre 25 y 30 por ciento, el enfoque cambia totalmente de ángulo. Es que desde ese lugar, el crecimiento recaudatorio es apenas sostenerse dentro de los mismos números del año pasado, inflación mediante. Lo cual, en economía suele considerarse un retroceso, aunque en las actuales circunstancias haya atenuantes más que suficientes, dada la situación que afronta gran parte del mundo, no pudiendo recuperarse de la gran crisis iniciada a mediados de 2007.

Esta buena performance fiscal del séptimo mes del año puede explicarse a través de dos rubros fundamentales: el primero de ellos, y de mucha mayor significación, el aporte de las exportaciones de soja y maíz, como así también de petróleo, que debido a su mayor valor en el mercado internacional, significaron una suba del 50,1%, mientras que los ingresos de la Seguridad Social se incrementaron 30,1%, constituyendo por lo tanto los dos grandes pilares del sostenimiento de las cuentas públicas.

El ingreso total al fisco fue ese mes de 61,316 millones de pesos, exactamente 28,2% que la comparación interanual, y apareciendo bastante equilibrada con la inflación real, tal como se dijo al comienzo. Para algunos, incluso puede estar un par de puntos por encima cuando el tope es el medido por las provincias, aunque no logra sostenerse cuando la medición inflacionaria es el de las consultoras privadas, algo mayor que aquella. De todos modos, se trata de una cuestión de simple apreciación, aunque para el análisis, ni siquiera los economistas del oficialismo toman el índice medido por el INDEC.

Para alcanzar este buen desempeño, dentro de lo ya mencionado, tuvo una participación muy especial la soja y sus derivados, por los excelentes precios que tiene en el mercado internacional, lo cual ha permitido que en estos primeros 7 meses del año la recaudación ascendiera a 378.953 millones, un 25,5% más que en igual lapso de 2011, manteniendo cierto equilibrio con la inflación real.

Además de lo expuesto hubo subas de alrededor 20 puntos tanto del IVA -aunque se trate de un impuesto directo que, por lo tanto, por afectarse al consumo castiga con mayor fuerza siempre a la gente de menores recursos- como del impuesto al cheque, teniendo ambos rubros un lineamiento similar al aumento de precios. Las más perjudicadas resultaron las Provincias, ya que los impuestos coparticipables crecieron 22,9% y por lo tanto se verán afectadas por la recepción de menores recursos, lo cual agravará sin dudas su situación fiscal, ya que en lo que va del año vienen acumulando un endeudamiento conjunto de 9.500 millones de pesos.

Como casi siempre sucede en esta clase de presentaciones, al realizarse comparaciones se evita eludir a la inflación local, para de esa manera magnificar los registros. Así lo hizo la presidenta Cristina Fernández ante el Grupo de los 20, cuando habló del aumento salarial otorgado en la Argentina, aunque sin mencionar a la inflación, lo cual anularía por completo el efecto anterior. Ahora, en el caso de la recaudación, al formalizarse su presentación oficial, se ofreció un cuadro con los registros internacionales, apareciendo en el mismo al tope la Argentina con 25,5%, aunque ignorándose en forma total la inflación, lo cual haría que esa expansión se transforme automáticamente en cero.

Un dato a tener en cuenta, más allá del volumen y significación que alcanza dentro del contexto general de la recaudación, es que la recaudación por el IVA fue de sólo 18,9%, viniendo en baja. Lo cual no haría otra cosa que reflejar la caída que vienen teniendo las ventas internas, tal como se viene informando de las diferentes Cámaras que agrupan a los distintos sectores de la comercialización. Este "enfriamiento" de la producción y la economía, que tanto irrita al gobierno cuando se hacen menciones, queda ahora expuesto a través de los mismos informes oficiales, como en este caso. Cuando el IVA cae no hay otro justificativo que las menores ventas.