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Editorial Miércoles 13 de Marzo de 2013

Rafaela estudia

El 78,9% de los estudiantes que concluyeron el ciclo medio tiene pensado seguir carreras terciarias o universitarias. De ellos el 64,6% en establecimientos de Rafaela.

Redacción

Por Redacción

Los rafaelinos quieren estudiar, tan simple como eso, podría constituir la síntesis más apretada de un muy interesante trabajo realizado por el Instituto de Capacitación y Estudios para el Desarrollo Local (ICeDel) identificado como "Alumnos que finalizaron estudios medios en 2012" y que recabó la opinión de 903 estudiantes de los que egresaron en todos los establecimientos de la ciudad, ofreciendo de tal manera una perspectiva lo suficientemente amplia y documentada como para tener una idea muy cercana a la realidad para obtener conclusiones. Una de ellas, justamente la referida al comienzo de esta nota editorial, es que el 78,7% de los consultados se manifestó por la continuidad de estudios terciarios o universitarios.

Un dato que es importante de tener en cuenta, pero que no es novedoso, sino que por el contrario viene experimentando altibajos, en estos últimos años, manteniendo el techo 2006 cuando se habían pronunciado por la continuidad de sus estudios el 89% de los encuestados. 

En cuanto a la elección de la carrera a seguir, se cuenta con dos parámetros importantes, el principal de ellos la vocación (67,7%) y la rápida salida laboral (23,1%), pero además un dato relevante es que de ese 78,9% que quiere darle continuidad a sus estudios el 64,6% está decidido a hacerlo en Rafaela -donde existe una variada y amplia oferta de carreras universitarias y terciarias-, apareciendo como los otros destinos más elegidos, aunque para sólo el 14,3% del total de los 903 consultados, las ciudades de Rosario, Santa Fe y Córdoba. 

La situación económica marca fuerte participación dentro de las decisiones de esta naturaleza, pues tal como se ve en el 23,1% que opta por carreras con la mayor salida laboral posible, también el 49,7% del total que seguirá estudiando tiene en sus planes la gestión de becas, una cuestión que creció 10% con relación a 2011, teniendo las opciones que en ese sentido se brindan tanto desde la Municipalidad como de las propias Universidades.

Las carreras preferidas siguen mostrando al tope las tradicionales, pues la ubicada en primer sitio es contador público, en tanto en el segundo se ubica abogacía. Luego se escalonan de este modo: profesorado de nivel inicial, ingeniería industrial, licenciatura en recursos humanos, psicología, organización industrial, comunicación social, informática y medicina. Para decidirse por estas carreras, el 47,1% sostuvo haber recibido orientación vocacional en el proceso de selección, en tanto que el 27,7% de los consultados tiene proyectado realizar cursos de capacitación, especialmente formación de oficios, computación e idiomas.

En cuanto al 21,1% de los 903 estudiantes que no continuarán en estudios superiores, el 31,4% argumenta razones económicas como impedimento para seguir una carrera, en tanto que el 9,4% directamente opta por el trabajo en lugar del estudio. Se trata sin dudas de cantidades bastante acotadas, que de todos modos se van nutriendo posteriormente con las deserciones que se van produciendo en los iniciados en carreras terciarias y universitarias.

Un dato que habla de vocación y esfuerzo, es que el 28% de los que concluyeron los estudios secundarios, combinaron estudio y trabajo, que además de trasuntar la necesidad económica a nivel familiar, sirve para rescatar el espíritu y la contracción de estos jóvenes que se procuran de tal forma el acceso a bienes que, es probable, de otra manera no poseerían. El esfuerzo es sin dudas un bien de altísimo valor y estimación, que va más allá del estudio que es el tema central de esta nota, que se proyecta hacia el futuro con toda su fuerza, constituyendo un distintivo que se vino imprimiendo desde los albores de la colonización y que continuaron afianzándose a través de los tiempos transcurridos. 

Toda esta perspectiva es un elemento de gran valor para la fijación de ciertas políticas complementarias dentro de la educación, como es la orientación en su ejemplo más concreto, facilitando de tal modo la elección más acertada en cuanto a la combinación de aspiraciones y exigencias. Es que con resultados a la vista, se pueden desarrollar con mayores chances de éxito las acciones futuras, tanto desde el orden público como de las propias instituciones educativas. 

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