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Editorial Sábado 22 de Noviembre de 2014

Presupuesto chicle

Con estos nuevos 40 mil millones añadidos al presupuesto para cubrir el gasto público, ya se llegó a 1.137.281 millones, dejando atrás sobradamente el billón.

REDACCION

Por REDACCION

Debido a las urgencias financieras a las que se encuentra sometido, y desinteresándose del flagelo inflacionario con cuyo efecto nocivo recae sobre los más necesitados, el gobierno nacional volvió a aumentar por un decreto de necesidad y urgencia el gasto público. Esta vez fueron otros dos decretos de necesidad y urgencia casi simultáneos, por 40.000 y 10.000 millones de pesos respectivamente., y que según van las cosas, no serán los últimos agregados en lo que resta del año, estimándose que esta clase de manotazos volverán a reiterarse.

Con esta nueva añadidura el gasto público se llevará este año 1.147.281,9 millones, habiendo dejado atrás sobradamente la barrera del billón de pesos. Una cantidad que contrasta con el presupuesto 2014, en el cual se habían previsto 859.582 millones para afrontar los gastos del período. Una prueba más de los dibujos ajustados al relato oficial que son los presupuestos, ya que con la realidad tienen muy poco que ver, pues en los mismos -tal como ocurre con el previsto para el año que viene- se habla de un índice inflacionario que después nada tiene que ver con los hechos, al igual que la cotización del dólar, o bien tomando cualquier otra clase de asignación.

Un dato muy llamativo de estos nuevos 50.000 millones que se incorporan para afrontar el gasto público, es que sólo 12.401 millones está previsto -lo que no significa que luego se concrete-  cubrirlo con mayores ingresos, los que de todos modos serían mayores intereses percibidos por el Fondo de Sustentabilidad de la ANSeS, es decir, y para hacerlo mucho más directo y comprensible, ahora no sólo se quedarán con los recursos de capital de los jubilados sino también con sus intereses. Todo lo cual, no parece ser otra cosa que un dibujo más que se agrega a toda esta maraña contable que se hace en las cuentas del Estado y sus organismos afines, para rascar hasta el fondo de cada una de las cajas al alcance. En cuanto a los 27.559 millones restantes, directamente va a engrosar el déficit fiscal, pues sin ninguna clase de maquillaje ni disimulo, es una cifra que directamente deberá ser enjugada por la emisión monetaria, lo cual no es otra cosa que una motorización inflacionaria, por si a este altura del año faltara algo en ese sentido, cuando está superando la barrera del 40% en la medición interanual, según fuentes privadas por supuesto, ya que para el INDEC es del 24%, lo cual de todas maneras constituye una cifra que hace sonar todas las alarmas.

Con este nuevo agregado, el déficit llegará a los 201.000 millones, cuando en el presupuesto original estaba previsto alcanzar un superávit de 830 millones de pesos, existiendo entre ambos extremos, tal como puede advertirse, una notable diferencia, dejando al descubierto la enorme improvisación existente en el manejo y control de las cuentas públicas.

Tomando sólo esa referencia de los 201.000 millones del rojo de este año, que es altamente probable que sea bastante más, tenemos un déficit mensual de  16.800 millones de pesos. Eso supone que cada mañana el país inicia su actividad con una pérdida de 560 millones de pesos, lo que termina por describir el muy complicado panorama existente, que el gobierno no sólo se encarga de desmentir sino de describir exactamente al revés, aun cuando se trate de sus propios números.

Sobre lo anterior debe dejarse a salvo que en estas cuentas no están incluidas las transferencias que se hacen del Banco Central, ni de otro decreto de necesidad y urgencia que autoriza un bono de moneda nacional y extranjera para tomar deuda por otros 30.010 millones, con lo cual el déficit real de este año -quedando todavía el mes de diciembre por delante- treparía a 300.000 millones de pesos.

Lo más curioso es que de este volumen de 40.000 millones anexados, dos importantes partidas están asignadas a la ANSeS 16.000 y al PAMI 1.158 millones para que puedan sostener sus gastos. Ahora se recurre al manoteo de estas nuevas partidas sostenidas por la urgencia, cuando durante todo el año se recurrió a las cajas de ambos organismos para financiar los enormes agujeros de las cuentas públicas. Pero además, tiende también un manto de sospecha sobre el verdadero estado en que se encuentran los fondos de los jubilados, que ahora deben recibir este agregado para afrontar gastos, como por ejemplo, el pago del haber de diciembre más el medio aguinaldo.

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