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Editorial Jueves 31 de Mayo de 2018

Presupuesto afectado

La mayor inflación, menor crecimiento, suba del dólar y devaluación, pegaron fuerte en el Presupuesto 2018 que quedó desactualizado.

REDACCION

Por REDACCION

Los últimos acontecimientos económicos, traducidos en mayor inflación, menor crecimiento, devaluación y disparada del dólar, significaron un fuerte impacto en el presupuesto del presente año, ya que lo oportunamente aprobado como hipótesis para el presente año, ahora experimentó alteraciones, como por ejemplo dan cuenta las estimaciones iniciales de expansión de 3,5% del PBI, meta inflacionaria de 8/12% hasta fines de diciembre, un dólar a 19,30 pesos y déficit financiero de 681.000 millones equivalente al 5,5% del PBI, a su vez desglosado en 3,2% de déficit primario y 2,3% de intereses por la deuda.

Todos esos números y supuestos quedaron prácticamente pulverizados por la realidad de estos últimos acontecimientos, ya que la economía tendrá un muy débil crecimiento, la inflación es altamente probable que no baje de 28 puntos anuales, el dólar está ahora en 25 pesos y con esfuerzo para sostenerlo, mientras que las tasas andan por el 40% anual. Todo, o casi, en un desbarranque completo con relación a las estimaciones del gobierno.

De todos modos, existe un aspecto en el cual habrá mejoría, es decir, en los ingresos a las arcas estatales, consecuencia del denominado "impuesto inflacionario", algo que el anterior gobierno K había manejado con habilidad para disponer de recursos a su antojo y libertad para su direccionamiento. Pero por el contrario, se necesitará un volumen de pesos mucho mayor para pagar los intereses de la deuda en moneda extranjera y los bonos atados al CER, como así también la inflación de la deuda pública, que en los primeros cuatro meses del año ya llega a los 340.000 millones de pesos. Y también se incrementarán notablemente los presupuestos de Cammesa y Enarsa -las mayoristas oficiales de electricidad y gas- que tienen sus contratos en dólares con transportistas, distribuidores y generadoras de energía. Además con las refinadoras, debido a la suba internacional del precio del petróleo y por supuesto del dólar, lo cual estará atado al momento en el que se de de vía libre al aumento del precio de los combustibles, como así también en los pagos comprometidos en el Plan Gas.

Finalmente, donde también habrá fuerte impacto, será por el lado de la suba de las tasas de interés, ya que el Banco Central deberá afrontar una carga financiera bastante más abultada en cuanto al pago de las Lebac y otros títulos y letras similares.

En general, la devaluación -como siempre que se recurre a este recurso- tiene efectos directos, siendo positivos en los ingresos pero negativos por el lado de los egresos, cuya gran parte está comprometida en dólares. Veamos algunos casos: los derechos de exportación (retenciones) en pesos lograrán una mejor performance a la prevista, incluso a pesar de la sequía que redujo ingresos por 8.000 millones de dólares en la cosecha como consecuencia de la sequía, estimándose que se recaudarán 14.430 millones de dólares adicionales a lo previsto. Por su parte los derechos de importación, que dependen de la decisión de inversión, podrían aportar unos 4.000 millones de dólares extra a los ingresos previstos.

Pasando al rubro "gastos", la mayor afectación por la depreciación del peso será en los intereses de la deuda en moneda extranjera, ya que con esta nueva situación este pago por servicios de deuda aumentarían en 29.400 millones de pesos, significando una mayor participación del 0,2% del PBI.

Se puntualiza que el impacto directo de la devaluación sobre el resultado global de las finanzas públicas varía de acuerdo al componente considerado, no existiendo una afectación lineal en tal sentido. Es que sobre el resultado primario sería positivo, ya que la suba en los ingresos aportaría un 0,14% del PBI extra, mientras que por el lado de los gastos habría un efecto real equivalente a un aumento de 0,2% del PBI. En perspectiva se tiene que la suba en los ingresos totales amortiguaría el esfuerzo fiscal necesario para alcanzar la meta del 2,7% del PBI de déficit primario en 2018. No obstante, si el resultado considerado es el fiscal -tras el pago de intereses de la deuda- la devaluación empeoraría el resultado a un equivalente del 0,1% del PBI.

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