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Editorial Domingo 22 de Julio de 2012

Predicción negativa

Todas las perspectivas de la economía del mundo se encuentran en retroceso, estando pendientes de lo que suceda en Europa y Estados Unidos.

Redacción

Por Redacción

Cada trimestre el FMI difunde un trabajo denominado Perspectivas Económicas Mundiales, sostenido en la actualización de todos los índices que hacen al comportamiento general de la economía globalizada. El correspondiente a los segundos tres meses de 2012 es bastante pesimista con relación a la evaluación correspondiente a los primeros tres meses, ya que las estimaciones de crecimiento se encuentran en retroceso. Mientras la economía mundial tiene una expansión estimada en 3,5%, para Latinoamérica es de 3,4% con lo cual en ambos casos hubo un descenso de 0,1 y 0,3% debido a lo que el organismo financiero considera como la aparición de "señales de debilidad", esencialmente en la zona euro y en los Estados Unidos, que tendrán impacto en el resto del mundo.

En forma concreta, el informe difundido por el FMI sostiene que Brasil crecerá 2,5%, lo cual significa un 0,6% menos de lo que se había estimado en el mes de abril, en tanto que China alcanzará una expansión de 8% retrocediendo 0,2% y la India 6,1% con 0,7 de merma. Con relación a nuestro país, aún cuando no se formule ninguna alusión directa, lo preocupante es la desaceleración de las economías emergentes en general, esas mismas que en 2008 habían resistido la crisis desatada por la caída de Lehman Brothers.

De acuerdo con el organismo las economías de países en vías de desarrollo han disminuido en virtud que "las condiciones externas han empeorado, la demanda doméstica ha caído mucho en respuesta a las restricciones de la capacidad y a los ajustes del último año, aunque también se remarca que "muchas economías emergentes han padecido el impacto del incremento de la aversión al riesgo que se observa entre los inversores, la incertidumbre que reina en los mercados que no sólo ha conducido a que caigan los precios de los activos sino también a la fuga de capitales y a la depreciación de las monedas".

Dada esta situación, el FMI recomienda a los países emergentes -como la Argentina- que se dispongan para tomar nuevas medidas estructurales. Pero claro, a esta altura es que ya deben formularse algunas consideraciones, pues desde siempre las recetas del organismo y sus técnicos han sido las del ajuste, en base a reducción del gasto y contracción del salario, viéndose que en muchos casos sólo han logrado un efecto contrario al buscado, como sucede ahora en algunos países de Europa -casos más claros los de Grecia, Italia y España- donde el resultado ha sido un abultado desempleo y gran deterioro de las condiciones socioeconómicas de la población. Aquí mismo en nuestro país, cuando el FMI reclamaba ajuste sobre ajuste, los resultados fueron nefastos, aunque debe también admitirse que aquellas disposiciones se cumplían sólo a medias, pues el gasto y los excesos siempre continuaron sin remedio, pese a las distintas circunstancias.

Volviendo a la perspectiva actual de la economía mundial y su estimación sobre el momento, digamos que ubica a Europa como el mayor riesgo, ya que se habría conformado, especialmente en el eje España-Italia un "círculo vicioso", que en caso de agravarse "y se pierde acceso a los mercados las consecuencias serán tales que descarrilarán fácilmente la economía mundial". El alerta está dado en cuanto a las estimaciones para esos dos países, ya que mientras España tendrá una tasa negativa de 1,5% al concluir el año, lo mismo ocurrirá con Italia con un retroceso de 1,9%. Incluso ambos, aunque en menor medida, continuarán con tasas negativas en 2013, por lo cual la situación que se traslada al resto del mundo, es altamente comprometida.

En cuanto a Estados Unidos, el presidente Barack Obama deberá llegar a un acuerdo con el Congreso para reducir el déficit en forma racional, lo cual si no es conseguido deberá hacerse por decreto, estimándose que será de hasta un 4% del PBI estadounidense. Algo que también se correrá impactando a gran parte del resto del mundo.

Es cierto que el FMI no tiene la credibilidad de unos años atrás, pero todos los países, en diferentes medidas, continúan teniendo una gran dependencia con el mismo, ya que sus informes suelen ser rígidamente seguidos por el mundo de las finanzas, que es el que moviliza a la economía. Y por ahora al menos, transcurrida la primera mitad del año, las perspectivas aparecen sumamente comprometidas.

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