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Editorial Miércoles 9 de Noviembre de 2011

Pobreza en EE.UU.

Las tasas de pobreza en los Estados Unidos son las más altas de los últimos 35 años, afectando al 6,7% de la población

Redacción

Por Redacción

En Estados Unidos, la mayor potencia económica mundial, la pobreza extrema -nivel que aquí en la Argentina se conoce como indigencia- alcanzó índices récord con un total de 20 millones de personas afectadas, de las cuales son mayoría los habitantes de origen hispano. Una de cada quince personas se encuentra incluida dentro de esta categoría, la más castigada de toda la escala social, existiendo la mayor concentración en las grandes áreas urbanas, habiéndose acrecentado este fenómeno luego que el descalabro ocurrido en el mercado inmobiliario hizo que muchísimas familias perdieran su vivienda, debiéndose trasladar a los suburbios y otros sitios periféricos, viéndose además perjudicados por la pérdida de empleos.

Los datos fueron revelados por el reciente Censo realizado en Estados Unidos, donde se advierte además el cada vez más amplio contraste que existe entre ricos y pobres, sin que se visualicen posibilidades ciertas de poder aspirar a una mejoría, ya que el desempleo continúa siendo del 9%, excesivamente alto para la economía norteamericana, aunque escaso si lo comparamos por ejemplo con el 21,60% de desocupación que hay en España.

De acuerdo al relevamiento, hay 20,5 millones de estadounidenses -lo cual constituye el 6,7% de la población total del país- integrando el sector más pobre entre los pobres, definidos como quienes están un 50% o más por debajo del nivel oficial de la pobreza. Justamente, ese porcentaje mencionado es el más alto de los últimos 35 años, dejando atrás anteriores marcas récords de 6% que se habían registrado en 1993 y 2009.

En tanto, el total de quienes viven apenas abajo del nivel de pobreza son 46,2 millones de personas, una situación que es definida por los ingresos. En 2010 se encontraban en el sector más pobre quienes no alcanzaban a superar un ingreso anual de 5.570 dólares, en tanto que para estar en situación de pobreza una familia tipo no debió tener más de 11.157 dólares por año. 

Los sectores más perjudicados por esta crisis que se viene prolongando en los últimos años, son los hispanos, ancianos y los pobres en edad de trabajar que han caído en la miseria.

Resulta una descripción que años atrás hubiese resultado poco menos que inadmisible para una potencia del calibre de Estados Unidos, pero que ahora ha caído en una situación de la cual le está costando mucho más de lo previsto recuperarse, a pesar de todos los intentos que se efectuaron por lograr una reactivación que, al menos hasta ahora, no se ha podido conseguir.

Expertos que analizan la crisis estadounidense sostienen que "las recesiones son temporales, y cuando terminan, todo regresa adonde estaba. Pero la preocupación ahora es que la desaceleración económica -la cual deberá terminar tarde o temprano- tendrá efectos de larga duración sobre las familias que perdieron empleos, que empeoraron y no pueden recuperarse". Sin dudas, una descripción realmente intranquilizadora, pues además de hacer una cruda descripción del presente, siembra oscuros nubarrones sobre el futuro inmediato, lo cual está dejando entrever que para que Estados Unidos recupere la prosperidad de antes, deberá pasar todavía un tiempo, el que nadie se atreve estimar.

Este aumento de la pobreza está produciendo un cambio en la conformación de las grandes ciudades, ya que los barrios periféricos que antes era casi una exclusividad de los negros, ahora están recibiendo una verdadera invasión de los hispanos, modificándose sustancialmente la composición demográfica de los mismos. Bien puede decirse que lo único que está creciendo ahora en los Estados Unidos son los barrios marginales.

Un estudio de una organización privada sostiene que la población de 133 barrios históricos de negros ha experimentado una merma del 36% en los últimos 40 años, por factores como la disminución de la tasa de crecimiento de la raza negra y también por el traslado de muchas familias a otras áreas más prósperas. Los nuevos habitantes de estos barrios pobres son ahora los hispanos, habiendo tenido últimamente una aceleración de ese cambio como consecuencia de la crisis.

Estas dos colectividades son las que tienen más pobres, habiendo demostrado el Censo que el 23,4% de la población negra es pobre, y en igual situación está el 27,6% de los hispanos. 

Se trata sin dudas de una realidad que hoy está cambiando en el mundo, debido a los nuevos ordenamientos que vienen produciéndose.

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