Por REDACCION
En un año atravesado por elecciones provinciales y nacionales, las proyecciones sobre lo que sucederá con la economía argentina en el 2015 no son tan alentadores, más aún considerando la recesión actual y el sostenido aumento de los precios. Si bien se advierte una modesta recuperación del consumo en supermercados, los indicadores de la industria continúan en retroceso, como el sector automotriz que a pesar del Procreauto no puede despegar de un año pésimo.
Desde el Gobierno procuran, relato de por medio, desdramatizar la situación actual y salió a cuestionar severamente a las consultoras privadas por instalar la sensación de que la inflación terminará en un 40 por ciento durante este 2014. Pero en el camino debió admitir, en un cambio de actitud poco frecuente, que la medición oficial reflejará un aumento de precios del 24 por ciento, una enormidad para un país en el cual el Gobierno prácticamente ignoraba el problema hasta hace pocos meses.
Con la premisa de dar una señal positiva a la gente, a los mercados y a los analistas que realizan proyecciones sobre el 2015, el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, deslizó que quizás en el 2015 se flexibilice el cepo cambiario y se quiten restricciones para la compra de dólares.
Anteriormente, el ministro de Economía Axel Kicillof lanzó un arriesgado pago anticipado de los bonos Bonar 2015 y un canje por los Bonar 2024, nuevamente en una estrategia que pretendió transmitir que el Estado nacional tiene solidez para pagar sus obligaciones más allá de que la realidad muestra tensiones a partir de la falta de dólares. El funcionario estrella del Gobierno nacional buscó ganar confianza del mercado pero fracasó en su intento, más allá que luego quiso edulcorar el balance de esta movida. La conclusión es que hubo un marcado desinterés en el cambio de Boden 15 por Bonar 24 y el pago adelantado, lo que repercutió en el mercado cambiario donde otra vez el dólar paralelo superó la barrera de los 13 pesos.
Un importante analista económico fue contundente sobre esta frustrada operación al señalar que "el ministro debe estar preguntándose todavía por qué a Bolivia le prestan al 4 por ciento y la Argentina no puede colocar bonos al 9 por ciento al año".
Así que la mala noticia es que el Gobierno, ante la imposibilidad de buscar fondos frescos en el mercado por la falta redoblará la presión sobre sus proveedores habituales de dinero como el Banco Central, ANSeS y hasta el Banco Nación.
La consultora Ecolatina consideró que el 2015 "será un año complejo y dicotómico, ya que el problema más urgente que enfrenta la economía argentina, que es la escasez de dólares, corre el riesgo de tensionarse" debido a que "las reservas no son muy elevadas y se espera un deterioro en los términos de intercambio, esto es mayor caída de precios de las exportaciones respecto de las importaciones, y el doble de vencimientos de deuda pública respecto de 2014.
Según el estudio divulgado en la última semana, si el Gobierno no logra reabrir el canal financiero (para la Nación, Provincias, YPF y/o privados), los menores influjos de exportaciones que sufren la caída de los precios internacionales obligarán al BCRA a optar continuamente entre devaluar o incrementar las trabas a las importaciones.
Así, el modelo de "vivir con lo nuestro" se profundizaría la recesión y/o la inestabilidad cambiaria. Agrega que en este posible escenario no sólo se profundiza la escasez de dólares sino que se suma una creciente emisión de pesos para cubrir el rojo fiscal, ya que sin un ajuste de gastos como contrapartida el déficit podría incrementarse producto de la recesión.
"Con insuficiencia estructural de divisas, exceso de pesos y expectativas deprimidas, la trayectoria de ´vivir con lo nuestro´ se encamina hacia la materialización de un stress cambiario, definido como una escasez crónica de reservas que presiona crecientemente al BCRA a la hora de controlar el tipo de cambio oficial. Este Escenario de Stress está definido
por la convalidación de saltos cambiarios y la permanente imposibilidad de anclar las expectativas de devaluación. Esta trayectoria cambiaria tiene impactos negativos de magnitud tanto en la inflación como en la actividad económica" afirma Ecolatina en uno de los tramos centrales de su reporte.
Por último, Ecolatina coincide con otras consultoras al expresar que "de cara a un año electoral, el objetivo económico del gobierno es apuntalar el consumo". De todos modos, serán clave para el humor social, que luego puede manifestarse en las urnas, el desarrollo de las paritarias del próximo año. Con empresas que venden menos debido a la recesión y gremios que piden más, y un gobierno que no quiere tensiones que influyan en el calendario electoral, será todo un desafío llegar a acuerdos paritarios.
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