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Editorial Martes 8 de Junio de 2021

Perspectivas desalentadoras

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REDACCION

Por REDACCION

La Argentina puede recuperar parcialmente su economía pero no crecer en los próximos años. Recuperar en el sentido de volver a tener algo que se perdió pero no significa una mejora real a la situación anterior. Esto es lo que pasará con la economía argentina en el próximo lustro según las estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que se encuentran en el Informe de Perspectivas Económicas. En el documento recientemente publicado en París se estima que la economía de Argentina crecerá 6,1% en 2021 y un 1,8% en 2022. A este ritmo, el país será uno de lo que más tardaría en recuperar los niveles de actividad económica previos a la pandemia, entre los miembros del G20, con fecha estimativa para fines de 2026. El informe asegura que los persistentes desequilibrios macroeconómicos y las nuevas restricciones a la movilidad en Argentina lastran la demanda interna y limitan la recuperación.

Según la OCDE, la monetización del déficit fiscal mantendrá la inflación en niveles altos. La creación de empleo se recuperará lentamente, pero la elevada informalidad sigue siendo motivo de preocupación. Además, detalla que el aumento de los ingresos, relacionado con los altos precios de las materias primas en el mercado internacional, ha mejorado ligeramente los resultados fiscales y vaticina que la necesidad de financiamiento monetario en el corto plazo se reducirá gracias a la disminución de los gastos ligados a la pandemia.

El informe sugiere lo que debería hacer el país. Al respecto, subraya que trazar una senda a mediano plazo hacia la sostenibilidad fiscal contribuiría a reforzar la confianza y estimular la inversión. La mejora de la eficiencia del gasto público y una revisión de las exenciones del sistema tributario son dos medidas que pueden generar sustanciales ahorros fiscales. Ampliar las transferencias monetarias condicionadas puede ayudar a reducir la pobreza, que afecta al 42% de la población, y a mantener los ingresos, inclusive los de los trabajadores del sector informal, sostiene.

A nivel global, la OCDE proyectó que la economía de Estados Unidos crecerá 6,9% en 2021, recuperará todo lo perdido en pandemia e impulsará a toda la economía mundial que, en conjunto, mejorará 5,8% este año, según los pronósticos. De todos modos, aclara que las perspectivas para la economía mundial han mejorado considerablemente, pero en diferente medida entre las economías. Por caso, resaltó que en las economías avanzadas, el lanzamiento progresivo de una vacuna eficaz ha comenzado a permitir que las actividades de contacto más intensivo, frenadas por medidas para contener las infecciones, se reabrieran gradualmente. Al mismo tiempo, el estímulo fiscal adicional este año está ayudando a impulsar la demanda, reducir la capacidad disponible y disminuir los riesgos de cicatrices considerables a largo plazo por la pandemia.

El documento de OCDE señala como probable que en 2022 se modere el apoyo fiscal en los planes actuales, pero una mayor confianza y menos restricciones de salud pública deberían alentar a los hogares a gastar. Sin embargo, en muchas economías de mercados emergentes, el lento despliegue de la vacunación, los nuevos brotes de infección y las medidas de contención asociadas continuarán frenando el crecimiento durante algún tiempo, añadió.

La economía mundial ha vuelto ahora a los niveles de actividad previos a la pandemia -según el informe- pero se mantendrá por debajo de lo que se esperaba antes de la crisis para fines de 2022. Con relación a China, señaló que se país ya se ha puesto al día en este camino y se espera que se mantenga en esta trayectoria en 2021 y 2022. Algunas otras economías de mercados emergentes, incluida la India, pueden seguir teniendo grandes déficits en el PBI en relación con las expectativas prepandémicas: se proyecta que crezca a tasas sólidas solo una vez que el impacto del virus desaparezca, evaluó la OCDE.

Las expectativas de la OCDE coinciden en gran medida con las estimaciones que hace dos semanas presentó el director del Departamento Occidental del FMI, Alejandro Werner, quien advirtió que el retraso de la vacunación en América Latina impactará en la pobreza, y vaticinó que el ingreso per cápita en la región, en 2025, probablemente sea similar al de 2015. Ante este panorama, indicó que América Latina va a requerir además que en el ámbito fiscal y financiero se tomen medidas importantes para fortalecer las finanzas públicas. 

Sin duda que las proyecciones internacionales son realistas respecto al futuro mediato de nuestro país. Los indicadores socioeconómicos no ofrecen hoy buenas noticias mientras que en la escena política las divisiones se imponen ante cualquier posibilidad de diálogo, el insumo que se necesita para generar los consensos que permitan enfrentar los problemas de raíz. El negocio de la política, por ahora, es la grieta. 






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