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Editorial Jueves 19 de Septiembre de 2019

Pérdida del poder adquisitivo

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REDACCION

Por REDACCION

A esta altura resulta evidente que la Argentina continúa muy confundida y atrapada en el laberinto de la economía, en el que solo encuentra problemas y más problemas sin hallar siquiera una solución. Por si el caos que se observa en los asuntos económicos no fuera suficiente, el país transita la campaña electoral rumbo a las presidenciales del 27 de octubre, donde cada palabra de un candidato puede generar la ira o una tensa calma de los mercados. En medio de este escenario, están los salarios que ante la sorpresiva inflación post elecciones primarias vuelven a perder poder de compra. 

La cuestión fue objeto de análisis de la consultora Ecolatina, que en su informe da cuenta que el salario real de los trabajadores formales cayó 12% a lo largo de 2018, una dinámica que respondió a una aceleración inflacionaria imprevista al momento del cierre de las paritarias. Durante el segundo trimestre, se estimaba una suba de precios cercana a 25% para el año, sirviendo de guía para los acuerdos salariales. Sin embargo, por las sucesivas disparadas del dólar la misma acumuló casi 50% en el total anual. Por su parte, la pérdida de los trabajadores informales, sin negociaciones colectivas, fue aún mayor el año pasado al trepar hasta el 14%.

Así, pese a la batería de herramientas implementadas para reducir las pérdidas, como las recomposiciones, cláusulas gatillo y bonos de compensación pautados, el poder adquisitivo arrojó en 2018 su mayor retroceso desde 2002. Este desenlace llevó a que las paritarias de este 2019 buscaran ponerle un piso al deterioro en la mayoría de los casos, e incluso alcanzar una recomposición en los sectores menos golpeados por la crisis. En un año electoral, otro desenlace tan negativo no parecía posible.

Sin embargo, advierte Ecolatina, el resultado de las elecciones primarias de agosto quebró la calma cambiaria. Con el nuevo salto del dólar, cercano al 25% en esta oportunidad, la inflación se aceleró y superará las estimaciones anteriores. Por caso, las proyecciones de inflación para este año del Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central pasaron de 40% en el segundo trimestre a 55% el mes pasado. Aunque la recesión, el congelamiento de las tarifas de servicios públicos residenciales y de combustibles y la quita del IVA a algunos productos de la canasta básica atenuarán el traslado a precios de la depreciación del peso, lo cierto es que la inflación llegará por lo menos a 50% este año. Dado que casi ninguna paritaria acordó una suba similar a este valor, la pérdida de poder adquisitivo se repetirá en 2019. 

Cabe acotar que en la primera mitad del 2019 (junio es el último dato disponible), los salarios reales acumularon una caída de 2% en relación al cierre de 2018. No obstante, producto de la desaceleración inflacionaria, la pérdida de poder adquisitivo venía morigerándose y habría mostrado una recuperación en julio, que prácticamente neutralizó el deterioro de los meses anteriores. 

Incluso esta mejora continuaba en los primeros días de agosto, de modo que los ingresos parecían volver a terreno positivo luego de más de un año en rojo. Sin embargo, la disparada del tipo de cambio y la posterior aceleración inflacionaria dieron por tierra con este avance. Lamentablemente, los próximos meses no permitirán revertir la pérdida sino que la agravarán. Según las proyecciones de Ecolatina, el salario real de los trabajadores formales caería cerca de 7% a lo largo de 2019.

A modo de resumen, la situación de los trabajadores se deterioró de manera significativa en el último año y medio, al igual que la situación macroeconómica y de las empresas. Sin embargo, la pérdida no fue igual para todos. Mientras que los trabajadores pautan sus ingresos en contratos a plazo, usualmente, los empresarios ajustan sus precios mes a mes, conforme a la evolución de sus costos. Por lo tanto, esta discrepancia entre la inflación esperada y la efectivamente materializada tuvo mayores repercusiones sobre el poder de compra de los asalariados, aumentando el impacto de la crisis en este sector concluye Ecolatina. 

¿Y ahora cómo sigue? Si el mercado cambiario se estabiliza, es posible que los sindicatos comiencen a buscar paliar las pérdidas de los últimos meses y cubrirse ante futuras aceleraciones inesperadas de la inflación. En este escenario, aparecen dos salidas posibles para los trabajadores tras dos años de aceleraciones inflacionarias no esperadas: un acortamiento generalizado de los contratos o, directamente, una indexación de los salarios.

Sin embargo, sostiene el reporte de la consultora, estas alternativas endurecen la inercia e incrementan sensiblemente los riesgos de espiralización, de modo que no son óptimas para el conjunto de la economía. No obstante, su contrario, aceptar tamaña pérdida del salario real tampoco lo es. Por lo tanto, el próximo presidente electo deberá convocar a un acuerdo de precios y salarios a fin de recomponer los ingresos reales con el menor impacto inflacionario posible, un resultado tan deseable como difícil de lograr.












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