Panorama exportador

Por REDACCION

Al fin hubo un índice positivo dentro de la economía, en medio de este verdadero vendaval de señales e indicadores negativos que se produjeron en los siete meses transcurridos. Es que así aconteció con la balanza comercial de junio, recientemente difundida por el INDEC, la cual con 1.379 millones de dólares de superávit se transformó en la más positiva del año, pero además, con lo que significa el haber interrumpido la tendencia bajista. Lo ocurrido el sexto mes del año constituyó una mejora del 13% respecto a su antecesor mayo, donde si bien el resultado final no es un valor realmente importante si se lo compara con lo sucedido otros años, es de todas maneras destacable por el significado que tiene al poner una barrera de contención al permanente descenso que venía dándose desde enero en adelante.

De todas maneras no es aún una situación para manifestaciones demasiado optimistas, ya que el repunte se debió esencialmente a las ventas al exterior de los subproductos de la soja, en tanto que otros rubros estuvieron en baja. En total las exportaciones de junio sumaron 7.387 millones de dólares y las importaciones 6.008 millones, que si bien fueron superiores a mayo si en cambio la comparación la hacemos interanual con 2013 tenemos que hubo 3% menos de ventas y 6% menos de compras. 

Pero en cambio la diferencia sí adquiere una magnitud notable cuando en lugar de mes a mes es analizado el semestre completo, el cual arrojó un superávit de 3.684 millones de dólares, que significaron un retroceso del 28% en cuanto a los 5.147 millones de igual período del año pasado. De reiterarse en esta segunda parte del año una performance parecida la balanza comercial arrojará un superávit de poco más de 7.000 millones de dólares, muy lejos de los 12.000 del período anterior, con lo cual tenemos una muy elocuente radiografía del comercio exterior y las razones por las cuales no alcanzan los dólares.

Respecto a las ventas al exterior, fue importante la suba del 14% en los ingresos por las manufacturas de origen agropecuario, las que de paso registraron un aumento del 5% en los precios, con el acompañamiento de un 8% más en el volumen de ventas, sostenido por lo que se denomina "residuos de soja". En cambio la exportación de productos primarios descendió un fuerte 14% por la merma de las cantidades, en especial de cereales.

Las manufacturas de origen industrial en cambio, que son las de mayor valor agregado, experimentaron un fuerte retroceso del 12%, pese haber tenido precios un 5% por sobre los que se encontraban en vigencia el año pasado a esta misma altura. Si tomamos el volumen total, la caída alcanzó al 16%, de modo especial por todo lo relacionado con el transporte.

Pasando ahora a las importaciones, se produjo un 24% de aumento en cuanto al ingreso de bienes de capital, por la compra de grupos electrógenos a Alemania. Un detalle directamente relacionado con la grave crisis energética que viene padeciendo nuestro país, producto de toda una década sin inversiones y con tarifas subsidiadas indiscriminadamente, tanto a aquellos que las necesitaban por su débil situación social como a sectores de fuerte poder adquisitivo, desequilibrio que debe trasladarse a todo el resto de sectores en los que prevaleció también el mismo criterio, con las consecuencias a la vista de todos, pasando de ser la Argentina un país autoabastecido de energía a depender fuertemente de la importación. Actualmente, unos 12.000 millones de dólares deben destinarse a la compra de toda clase de fluidos destinados a la generación de energía, para poder sostener el abastecimiento.

Continuando con precisiones sobre la balanza comercial, digamos que justamente la compra de combustibles por 1.538 millones de dólares en junio fue el mayor rubro importador, resultando apenas un 2% menor que en junio de 2013 en volumen, pero con precios 10% más caros.

Los bienes intermedios alcanzaron una erogación de 1.514 millones de dólares, siendo la segunda cantidad en importancia. En cambio, la más fuerte caída de las adquisiciones en el exterior fue en los automotores, con una merma del 45% totalizando sólo 336 millones de dólares.

El principal destino comercial de las exportaciones fue el Mercosur con el 27%, luego la región Asia-Pacífico 20%, la Unión Europea 14% y Estados Unidos-México con 9%. En cuanto al mayor proveedor también encabezó el Mercosur con 24 por ciento.