Por Redacción
Entre leyendas, cuentos y tradiciones populares, de las más conocidas se cuenta la de los Reyes Magos, que será justamente mañana 6 de enero, aunque la presencia -por decirlo de alguna manera- será esta noche cuando Melchor, Gaspar y Baltazar pasen con sus obsequios para los niños, quienes dejarán a cambio un pequeño atado de paso y un recipiente con agua para los camellos que llevan a esos personajes de leyenda. Una acción que alcanzó a tener una importante penetración como parte de las fiestas que comienzan con la Navidad y siguen con las celebraciones del cambio de año, pero que el tiempo fue diluyendo en parte, si bien mantiene su vigencia.
Cuenta la leyenda que estos magos -así simplemente lo decía el Evangelio, sin la añadidura de reyes, ni tampoco estableciendo la cantidad de ellos ni menos por supuesto sus nombres-, acudieron desde países de Oriente luego del nacimiento de Jesús de Nazaret, para rendirle homenaje y obsequiarlo con regalos de una enorme riqueza simbólica. Muchos de los aspectos que hacen a esta creencia se fueron añadiendo varios siglos después, terminando así de redondear la historia y la tradición popular.
Según la creencia católica, estos magos eran representantes de religiones paganas de pueblos vecinos, que los Evangelios ven como las primicias de las naciones que aceptarán la religión católica.
En algunos países, en especial los hispanohablantes, existe la tradición de representar a los reyes trayendo los regalos que los niños les han pedido en sus cartas durante la noche anterior a la Epifanía. Los Reyes Magos, por tradiciones de algunos países, forman parte del pesebre junto a José, el niño Jesús y María.
La figura católica de los Reyes Magos -según se describe en constancias en internet- tiene su origen en los relatos del nacimiento de Jesús, algunos, fueron integrados de los evangelios canónicos que hoy conforman el Nuevo testamento de la Biblia. Concretamente el Evangelio de Mateo es la única fuente bíblica que menciona a unos magos (aunque no especifica los nombres, el número ni el título de reyes) quienes, tras seguir una supuesta estrella, buscan al "rey de los judíos que ha nacido" en Jerusalén, guiándoles dicha estrella hasta Jesús nacido en Belén, y a quien presentan ofrendas de oro, incienso y mirra.
Según interpretaciones posteriores, los Magos fueron considerados originarios de Europa, Asia, y de Africa. En el último libro escrito por el papa Benedicto XVI sobre Jesús de Nazaret, "La infancia de Jesús", se menciona de tal modo a los Reyes Magos que algunos han sostenido que probablemente no venían de Oriente, sino de Tartessos, una zona que los historiadores ubican entre Huelva, Cádiz y Sevilla (Andalucía, España).
La primera vez que surge el nombre con que hoy conocemos a los Reyes Magos es en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena (Italia). El friso de la imagen está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan la procesión de las Vírgenes. Esta procesión está conducida por tres personajes vestidos a la moda persa, tocados con un gorro frigio y su actitud es la de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen que está sentada en un trono y tiene al Niño en su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer tres nombres, de derecha a izquierda: Melchor, Gaspar, Baltasar...
Poco a poco la tradición ha ido añadiendo otros detalles a modo de simbología: se les ha hecho representantes de las tres razas conocidas en la antigüedad y representantes de las tres edades del hombre. Supuestamente los restos de los Reyes Magos fueron llevados a Constantinopla por Santa Elena, aunque hoy estarían en la catedral de Colonia.
Lo cierto es, más allá de estas referencias para conocer un poco más la leyenda, que esta noche volverán a estar muy presentes en el espíritu y también la ansiedad y espera de muchos niños, los reyes magos Melchor, Gaspar y Baltazar, como hace siglos viene sucediendo. Una historia que se repite cada año, siempre renovada.
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