Por Redacción
La inflación de la primera mitad del año en Rafaela fue realmente preocupante, quedando fijada en 18,9% según las mediciones que viene realizando la consultora Develar sobre un relevamiento mensual a 360 bienes y productos, suma total a la cual el mes de junio aportó 1,8% -algo más que el 1,63% del índice Congreso, pero muy por encima del 0,7% del INDEC-, quedando claramente en evidencia las diferencias que existen entre la realidad y la ficción.
Se trata sin dudas de un tema que, por tan remanido, es innecesario abundar pues desde hace tiempo las estadísticas del organismo oficial han quedado totalmente desvirtuadas, no siendo contradecidas sólo por estas mediciones de consultoras privadas -como ocurre en el Congreso donde debieron refugiarse para evitar las sanciones de Comercio Interior-, sino también por las estadísticas oficiales de algunas provincias, aun cuando vayan quedando solamente San Luis y Santa Fe, además de Mendoza que ya anunció que dejará de elaborar el índice inflacionario de su territorio, pues las identificadas con el gobierno nacional fueron anulándose sistemáticamente para evitar confrontar con los números del INDEC, siendo uno de los últimos casos el ocurrido en Jujuy, que ya no elabora más los índices inflacionarios.
En el caso de nuestra ciudad, tenemos entonces que en apenas la mitad del año se está en una cifra inflacionaria que prácticamente anula el efecto de muchos de los aumentos salariales acordados, y que mucho peor continuará en la segunda parte del año que aún resta transcurrir de seguir dándose estas condiciones. Es que, hay gran coincidencia desde todos los sectores que el alza del costo de vida no será en ningún caso inferior al 30%, siempre y cuando comience a advertirse alguna moderación en los índices de aquí hasta diciembre, ya que de lo contrario ese tope en el cual casi todos coinciden será claramente superado.
En realidad, si bien este tema es inevitable relacionarlo con lo que sucede en el resto del país, lo que más interesa en este caso a los rafaelinos es la afectación que impacta en sus propios bolsillos. Es que este relevamiento que mensualmente realiza Develar y hace público a través de las páginas de LA OPINION desde hace algunos años, se constituye en una verdadera fotografía de la realidad, en la cual queda estampada la evolución que tienen los precios locales.
Esos 360 bienes y productos, en los cuales se incluyen los indispensables para conformar una canasta básica, además de alimentos y bebidas contienen productos de limpieza, de higiene personal y varios. En lo que hace a los principales aumentos de la canasta, fueron en junio cereales y pastas 0,64%, carnes y fiambres 1,50%, aceites y grasas 2,81%, lácteos y huevos 2,68%, frutas y verduras 6,26% -el rubro que mayor aumento tuvo-, azúcar, dulce, miel y cacaos 1,56%, bebidas alcohólicas 1,07%, bebidas sin alcohol 0,60%. Higiene personal 0,23%, productos de limpieza 0,37%, y varios 1,22%. Dentro de este fárrago de subas, y para sorpresa, también se registró una baja: las infusiones se redujeron 0,06%.
Los porcentajes mencionados, son los que los rafaelinos debieron desembolsillar más durante el mes de junio para comprar los mismos productos que en mayo, promediando 1,80% más en total. Una cantidad realmente importante por su poder de acumulación, ya que trasladada a la suma entre enero y junio, cubriendo el primer semestre, nos da como resultado una suba de 18,9%, que entonces sí adquiere un impacto muy fuerte, al punto de absorber prácticamente los aumentos obtenidos en las negociaciones paritarias, incluso en algunos casos sin haberse llegado a percibir todavía en su totalidad por haber sido establecidos en forma escalonada.
Esta es en realidad la inflación que debe enfrentar la gente, más allá de números, estadísticas, índices y diferenciaciones entre quienes la miden y los diferentes escenarios que describen. Se trata, sin dudas, como se la ha calificado reiteradamente a la inflación, como "la madre de todos los problemas", ya que de ahí parten cada uno de los aspectos negativos que impactan no sólo en la economía sino también, y muy especialmente, en la situación socioeconómica.
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