Por Redacción
El lunes 1 de agosto pasó a integrar las fechas históricas de la ciudad de Rafaela, tal como antes lo había sido el 29 de agosto de 1922, debiéndose retroceder nada menos que casi 89 años para encontrar el único antecedente de una caída de nieve sobre nuestra ciudad. Es cierto que no fue una nevada de gran intensidad, pero sí lo suficiente como para haber dejado algunos lugares de la ciudad bajo un fino manto blanco, que le otorgaron a nuestro paisaje un aspecto desconocido.
Este fenómeno de la naturaleza, que ocurre tan de cuando en cuando, se extendió por gran parte del país, y especialmente en esta región del oeste santafesino, por lo cual esa mañana de lunes del primer día del octavo mes de 2011 será recordada por este acontecimiento que despertó la curiosidad y el interés de tantísima gente, la mayoría de la cual es probable que nunca antes había visto caer copos de nieve en forma directa, es decir, sobre su propio cuerpo.
Una vieja fotografía, con la escasa calidad de aquél entonces, cuando en 1922 cayó nieve sobre la ciudad, fue publicada como apoyatura de la crónica desarrollada ofrecida el martes 2 de agosto pasado por esta nueva nevada. Allí se pudo apreciar no solamente la acumulación del níveo elemento en la calle, sino también el curioso aspecto que tenía el centro de la Rafaela de entonces. Aunque además, en la breve reseña recordatoria, el Diario comentó que "la ciudad amaneció con sus calles de tierra cubiertas por una alfombra blanca", para agregarse que "los comerciantes se vieron reconfortados por las ventas de frazadas, carbón, braseros, remedios y vasos chicos destinados a la colocación de ventosas".
En esta nueva ocasión de caer nieve sobre una Rafaela absolutamente distinta, las condiciones fueron diferentes, remitidas casi con exclusividad al interés de la gente por observar y participar de un fenómeno que no está reservado para nuestra zona, en la cual durante el verano las temperaturas suelen ser muy elevadas, e incluso con sensaciones térmicas que muchas veces van más allá de los 50 grados. ¿Qué en un territorio de esas condiciones caiga nieve en invierno? pues así fue, y por lo tanto se justifica entonces que haya producido tanto revuelo entre los rafaelinos, que tuvieron en realidad una mañana muy distinta.
Por otra parte, tanto se habla del recalentamiento global del cual está siendo víctima el planeta, con el deshielo de los casquetes polares a la vista, que poco podría llegar a suponerse que tan fuerte ola de frío junto a las condiciones meteorológicas concluyeran con una nevada en una región como la nuestra.
Y volvemos a las comparaciones entre estos dos episodios ocurridos en 1922 y 2011, con tan distintas alternativas de por medio. Aquella vez, 89 años atrás y con pocas referencias más que las mencionadas y algunas otras que fueron registradas en una edición de este Diario en oportunidad de entrevistar a don Lorenzo Inardi, quien había sido testigo presencial de aquél hecho, daba cuenta de la curiosidad, el fortísimo y penetrante frío, y los pocos elementos que se contaban para contrarrestarlo. Ahora en cambio, vestimentas mucho más apropiadas, calefactores eléctricos, a gas y hogares con leña, como así también sistemas de calefacción central en grandes edificios, permiten enfrentar el frío con mayor éxito, pero también todo el moderno sistema informático posibilita una comunicación amplia y muy precisa, con testimonios que pudieron ser vistos por una amplia mayoría.
Digamos en tal sentido, que la página web de LA OPINION, en la cual se volcaron crónicas, videos caseros y fotografías enviadas desde diversas localidades de la región, además de testimonios de quienes presenciaron y disfrutaron este fenómeno, fue visitada el martes por más de 18.000 personas. Una marca más que elocuente del interés generado por este episodio, y también, de la significación que alcanza este servicio gratuito que ofrece el Diario para todo aquél que desee interiorizarse gratuitamente sobre las noticias de Rafaela y la región.
Constituyó en definitiva, un inusual pero muy calificado fenómeno natural, que pudo disfrutarse debido a la inédito del mismo. Es que tuvieron que transcurrir nada menos que 89 años para estar nuevamente frente a una Rafaela con nieve en su superficie.
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