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Editorial Jueves 19 de Enero de 2017

Mundo y alimentos

La demanda seguirá fuerte por parte de los asiáticos, encabezados por China.

Redacción

Por Redacción

Si hay algo que define la tendencia alimentaria mundial, es el sostenido crecimiento de la demanda, viniendo tanto de los países industrializados y de alto nivel de desarrollo como así también de los emergentes. De tal manera lo señalan todos los informes de organismos internacionales especializados en estos temas.

El mayor demandante es y seguirá siendo China, encabezando la nómina de los asiáticos, que es donde se originan los mayores volúmenes de demanda de alimentos, cuando en el gigante asiático también está avanzando de manera notable un cambio de dieta en una parte importante de su población, con un vuelco al consumo de carnes, lo cual incentiva una mayor necesidad de granos para alimentar a los animales destinados al consumo, en especial soja y maíz.

Esta variación dietaria de los chinos, que se extiende a una franja de su población que integran unos 540 millones de personas, está directamente relacionada con los ingresos, que hoy para ese sector están en el orden de los 7.800 dólares anuales, creciendo los salarios urbanos a razón de 20% anual en los últimos 8 años, lo cual está sosteniendo esta clase de cambios, en especial en la alimentación que ahora incluye fuertemente la carne vacuna, hasta no hace muchos años prácticamente desconocida para la mayoría de los chinos.

Pero además, dentro de estos cambios está jugando un rol muy fuerte la urbanización que se está produciendo, ya que son muchos los que tratan por todos los medios de abandonar las zonas rurales, desprovistas de comodidades y en muchos casos teniendo que trabajar la tierra como hace dos siglos atrás. Hoy el 54% de los chinos vive en áreas urbanas, proyectándose que en 2020 aumentará al 60% y en sólo el 2030 ya se elevará al 75% de sus habitantes. Un dato es clave: el consumo de carne es tres veces mayor viviendo en zonas urbanas que en las rurales, y si a eso le sumamos los mayores ingresos que vienen teniendo los chinos en los últimos años, y al parecer no se detendrá -es que partieron de muy bajos salarios-, existe una consolidada proyección hacia más y mejor calidad de su alimentación.

En el resto del mundo, especialmente e desarrollado, no es precisamente esa la variante que existe, pues hay estancamiento de la demanda. Es que esos países avanzados en conjunto suman unos 1.000 millones de habitantes, cantidad que no es determinante en los más de 7.100 millones que se estima para todo el mundo, pero además tienen una tasa de crecimiento demográfico prácticamente nula, estando en ellos el consumo prácticamente saturado en los niveles de este momento.

Según lo señala el especialista Jorge Castro, existe una situación de estancamiento estructural en la economía global, la cual prácticamente no experimentó expansión en los últimos 5 años, lapso en el cual se mantuvo una tasa de crecimiento de 3 puntos anuales, con una baja en la expansión potencial de largo plazo, que ahora quedó estancada en 2% por año.

De acuerdo con los organismos internacionales como FAO de las Naciones Unidas y OCDE (Organización para Cooperación del Desarrollo Económico) la demanda global alimentaria aumentará con menor intensidad durante los próximos 10 años, y además, con índices totalmente diferentes según las diversas regiones del mundo, existiendo algunas excepciones, como por ejemplo los Estados Unidos, donde los biocombustibles y otro tipo de usos industriales aumentaron de manera significativa la demanda de granos. Por esta razón esencialmente la demanda de maíz se triplicó en la última década, merced a su destino para la producción de biocombustibles, que absorbió el 40% de la producción en 2015.

Según los cálculos y proyecciones, el consumo mundial de granos crecerá unos 390 millones de toneladas en 2024, y dentro de esta perspectiva, lo destinado para la alimentación de animales será prácticamente la mitad. Este promedio en los últimos 10 años fue de 36%, en tanto que en 2025 se elevará al 70%, quedando para consumo humano apenas 30%, es decir sólo una tercera parte de los granos producidos será para la gente en forma directa.

Estos son los trazos gruesos del mapa agroalimentario mundial del siglo XXI, que tendrá un impacto directo y muy importante en la Argentina, uno de los grandes productores mundiales de granos.

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