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Editorial Jueves 12 de Junio de 2014

Mundial polémico

El inicio del Mundial de Fútbol será en medio de polémicas y expectativas que van más allá de las exclusivamente deportivas.

REDACCION

Por REDACCION

Este jueves comenzará el Campeonato Mundial de Fútbol, sin dudas el evento deportivo más trascendente de todos los que se realizan, el cual tiene efecto cada cuatro años, habiéndole correspondido en esta ocasión a nuestro vecino Brasil, quien es además con sus cinco títulos ecuménicos el más ganador de la historia. Aún cuando importante, no enfocaremos el aspecto deportivo en su esencia, ya que para ello está la correspondiente Sección, pero sí en cambio caben algunas otras reflexiones, pues en torno a este certamen que durante un mes centralizará la atención de buena parte del mundo, con cientos de millones de espectadores atrapados por las pantallas de sus televisores, se han generalizado algunas situaciones que al menos cabe calificar de extrañas, o bien llamativas en otros casos.

Brasil es un país que respira fútbol y lo vive con apasionamiento e intensidad, siendo junto a sus famosos carnavales, las fiestas populares de mayor arraigo, que llegan a tener una amalgama increíble con su gente, de corazón caliente y mente muy alegre. Sin embargo esta vez, lo que se suponía sería un clima de verdadera fiesta, no fue tal pues los reclamos por las altísimas sumas en dólares que debieron invertirse en estadios y toda la infraestructura necesaria, le imprimieron un cariz absolutamente diferente al de la alegría y la euforia por esta fiesta de un deporte que los brasileños tienen a flor de piel. Hubo protestas y cuestionamientos muy duros, que llegaron a reflejarse en manifestaciones y actos que hicieron temer por la realización del evento, y aún hoy por el normal desarrollo que debería tener una justa de esta naturaleza.

La gente, o buena parte de ella, pide escuelas, hospitales, mejores salarios, acceso a la vivienda, más trabajo y asistencia para los más carenciados, librando una batalla sin cuartel contra la pobreza, algo que al parecer en Brasil es todavía una cuenta no saldada a pesar de haber llegado a ser considerada su economía como la sexta del mundo. El enfoque del grito popular está dado en las enormes masas de dinero destinado al Mundial de Fútbol y a los Juegos Olímpicos que se harán allí en 2016, mientras que hay tantas otras cosas por hacer.

El reclamo es sin dudas legítimo y mantuvo una evidente intranquilidad hasta estos mismos momentos en que la competencia más importante del mundo está a punto de comenzar.

Pero existen además otras puntualizaciones por hacer, siendo la seguridad una de ellas, que despertó una inquietud más que justificada, en especial haciendo foco en los extranjeros que ya se encuentran y que llegarán a Brasil en estos días. Es cierto que se han tomado prevenciones, pero queda latente el interrogante ¿serán suficientes? ¡Ojalá que sí! 

Precisamente, por todo este clima previo al Mundial, que no es nuevo sino que viene desde hace un par de meses, mezclándose reclamos populares y falta de seguridad, fueron muchas las cancelaciones de reservas turísticas ya previstas como así también la interrupción de planes de último momento en ese mismo sentido. De acuerdo a las estimaciones efectuadas por los propios brasileños, todo este clima previo de incertidumbre en ciertos aspectos, hizo que el turismo se vea afectado con una contracción de al menos el 25 por ciento.

Los precios son otro tema, por cierto no menos importantes, ya que también generaron una baja en el entusiasmo. Se asegura que por estos días Brasil es increíblemente caro, donde absolutamente todo cotiza en dólares, no dejando margen para sorpresas. Es que los extranjeros, que ya debieron pagar pasajes, estadías y traslados a precios muy elevados, ahora durante su estadía se encontrarán con costos adicionales que en realidad no estaban en ni en conocimiento previo ni tampoco hasta un par de semanas atrás.

De acuerdo con informes que llegan de corresponsales en el vecino país, el promedio necesario para alojamiento y comidas en Río de Janeiro asciende a 682 dólares diarios, en Fortaleza 602, en Manaos 554, en Cuiaba 457 y en San Pablo 477. Eso da una idea de los costos, pero además, en las extras que son tan frecuentes cuando de turismo se trata, puede decirse por ejemplo que una pizza cuesta 35 dólares y una hamburguesa 15, lo que da una idea los valores que se manejan. 

 

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